52.

156 10 0
                                    

El equipo de fútbol había pasado con éxito el juego de entrenamiento y ahora todos se duchaban en los vestidores, para continuar su día con normalidad.

Minho junto a otros tantos, habían sido invitados como siempre para poner a prueba a los jugadores oficiales, por ello mismo también se encontraban en los vestidores. El azabache, consciente de su estado, fue de los últimos en ducharse teniendo máximo cuidado en no dejarse mirar el cuerpo. No obstante sus intentos se fueron al garete cuando se formó el alboroto en el área seca del bloque.

-¡Hey Lee! ¿No es Kang Mi-suk tu exnovia?

Minho sintió un escalofrío al escucharlo. Respondió con un tarareo alto mientras seguía colocándose los pantalones y la camisa de manga corta.

-Dicen que acaba de intentar lanzarse de la torre y ahora está custodiada en oficinas.

A Minho se le bajó la sangre. Pudo escuchar lejanas las voces de sus amigos. Se olvidó por completo de colocarse la sudadera y salió del sitio en un santiamén.

El lugar se quedó en completo silencio, con las miradas incómodas de todos con todos que se alternaban entre sí.

-¿A caso él...

-Ni una palabra -amenazó Bang a todos, tomando la sudadera de su amigo, para después salir y seguirlo.

La desesperación de Minho era enorme. La historia de Lisa estuvo a punto de repetirse y eso solamente lo hizo hundirse en el mar de miseria que había creado en su propia cabeza. La culpa de probablemente ser uno de los detonantes de aquel acto comenzó a quemarle. Y poco a poco podía confirmar que realmente era una maldita bestia.

Se adentró al edificio de administración, dirigiéndose a la oficina de su prima como mera reacción principal sin embargo, en esta sólo se encontró con dos de sus amigos y la azabache mayor.

-¿Dónde está?

Los tres enfrente suyo se quedaron sin responderle y simplemente le veían en silencio. Aquella conducta le fastidió y sentía que iba a perder la cordura si no veía a Mi-suk en ese momento.

-¡Carajo, Jisoo! ¿Dónde está? -exigió.

-Con Rosé -balbuceó la mayor, finalmente.

Minho no se lo pensó dos veces y salió con dirección a la siguiente oficina. Hizo de lado los actos de cortesía y se adentró a la habitación sin tocar. Rosé levantó la mirada, con intenciones de reprenderlo, pero se quedó con las palabras en la boca cuando vio la piel sucia del menor.

Lee se acercó despacio a la rubia menor. Le tocó el hombro siendo correspondido con un abrazo. Éste le dejó pequeños besos en la sien, sin soltarla, adentrándose en un silencio melancólico.

Cuando ya pudieron calmar sus nervios. Mi-suk se dio cuenta de la situación en la que estaba envuelto el azabache. Tomó el suéter de su amigo y cubrió el cuerpo del contrario.

-Min...

-Ya es tarde para seguirlo ocultando, Mi-suk.

La voz de Jisoo los asustó, poniéndolos impacientes. La pelinegra ingresó a la oficina cerrando la puerta detrás suyo con la mirada afligida y los ojos irritados. Se acercó al azabache y retiró de nuevo la prenda, terminando de desarmarse cuando confirmó que en efecto, esas cicatrices ya eran viejas.

-¿Desde cuándo? -preguntó como pudo.

El nudo en su garganta distorsionó su voz y la presión en su pecho le estaba dificultando la tarea de concentrarse.

-No creo que sea de tu incumbencia -respondió con frialdad.

-Te cuidé y te crié como mío desde que naciste, no puedes decir que no es de mi incumbencia, Minho.

SAVE ME || LEE KNOWDonde viven las historias. Descúbrelo ahora