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Advertencia! Este capítulo contiene escenas delicadas para algunas personas. Recomiendo discreción, si no te gusta este tipo de contenido, puedes pasarlo de largo.

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El día de la separación de dos corazones se llegó. Bajo la promesa de un "Dos semanas se pasarán volando", Minho y Mi-suk se despidieron.

Sin embargo, la lejanía del viaje no fue impedimento para que ambos jóvenes no se comunicaran. Agradecieron la tecnología del presente y pudieron llamarse todos los días a casi todas horas, terminando por fastidiar a los que llegaban a presenciarlos.

La primera semana antes de navidad no resultó ser tan mala para ambas partes. Mi-suk, por un lado, se acostumbró rápidamente a su antiguo hogar. La familia de su madre no era de dinero, así que no tenía qué preocuparse por aparentar ser alguien que no era, además de que su abuela se encargó de hacerla sentir bastante amada y cómoda durante su estancia ahí. Por otro lado, Minho y Jisoo visitaron constantemente al abuelo. Principalmente, su idea era hacerlo a espaldas de sus respectivas madres, pero sólo pudieron hacerlo por tres días, ya que al cuarto fueron descubiertos gracias a un descuido de Jin. Para su suerte, ni Suni ni Yon lo tomaron a mal y pudieron seguir con su rutina de visitas. Desgraciadamente, fue inevitable no pretender que estas cada vez se volvían más deprimentes. Ver al abuelo volviéndose más débil frente a sus ojos, resultaba bastante doloroso y abrumador para ambos primos.

Minho decidió aparentar frente a todos, que el asunto no le afectaba, aunque por dentro estaba ahogándose en la impotencia de no poder hacer algo más, que sentarse al costado de su abuelo para hablar un poco con él.

—¡Anda, Minho!

—Yo no quería venir —masculló.

Después de la partida de Mi-suk, Seungmin y Han le plantearon a su amigo la idea de salir a divertirse al parque de diversiones, pero este se negó. Tuvieron que replantearlo un par de veces más, hasta que finalmente, la señora Lee lo obligó a ir.

Lo que nunca le quisieron decir a Minho, es que en su ruta planeada estaba la idea de subirse a los juegos mecánicos que implicaban la adrenalina y las alturas, ganándose así el título de "Malditos traidores hijos de puta".

—Nos importa una mierda, corre que ya es nuestro turno de subir.

—¡Pero yo le tengo pavor a las alturas, par de idiotas!

—Ese es el plan, estúpido —respondió Seungmin, rodando los ojos —. Tienes que despejar tu cabeza de los problemas con tu abuelo, ¿entiendes?

—¿¡Y piensan hacerlo matándome ahí!?  —gritó, llamando la atención de los que pasaban.

—Yah, tranquilo, no va a pasar nada... ¡Señor! —llamó Han

El encargado de la montaña rusa se giró hacia ellos con una sonrisa amable, dando paso a que le cuestionen.

—Usted podría decirnos si, ¿ha habido algún accidente en este juego?

El hombre inclinó ligeramente la cabeza, confundido, luego se puso a pensar, tomándose unos segundos.

¡Oh!, hubo uno —señaló—. Una chica se puso a gritar como loca diciendo que habría un accidente, nadie le creyó y terminó siendo real, muchos murieron inevitablemente, pero ya se le dio mantenimiento al juego, así que es poco probable que pueda volver a suceder —explicó, con cierto sarcasmo y burla en su voz.

Dos de los tres muchachos sonrieron y el otro se tensó.

—Yo me voy —amenazó dándose vuelta.

—Pero si serás un grandísimo idiota, el señor está jugando, eso es de una película.

SAVE ME || LEE KNOWDonde viven las historias. Descúbrelo ahora