Especial de San Valentín

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N/A: Este extra se sitúa en el primer San Valentín de Leah y Alex como casados. ¡Disfruten!

«Los ramos de flores son para gente que no tiene sus propios jardines, y yo te daría todos en el mundo si me lo pidieras». 

──── ∗ ⋅◈⋅ ∗ ──── 

(Leah)

Era uno de esos días donde todo salía mal. 

Había despertado tarde sin Alex a mi lado y el idiota no tuvo la cortesía de despertarme también. Llegué una hora tarde a una reunión por el tráfico y sin mi café matutino porque no estaba listo como solía estarlo siempre, y justo cuando salía del ascensor, mi secretaria se acercó a mí con líneas de preocupación y un café frío que sabía a mierda.

Entré corriendo a la sala de juntas, discutí con un montón de hombres intransigentes y mujeres aún más tercas hasta convencerlos de invertir, cerré los tratos y me mantuve impasible sin perder los estribos, todo en menos de treinta minutos. 

Salí corriendo a mi oficina y por poco tropiezo con un hombrecillo que cargaba un arreglo de flores más grande que él mismo intentando llegar a no sé dónde. Estaba tan distraída con el enorme regalo que tropecé por accidente con una empleada que se disculpó apenada y me regaló algo que empuñé sin siquiera mirarlo y continué mi camino a mi lugar. 

Me dejé caer en la silla tras mi escritorio cuando por fin llegué, mi corazón acelerado y mi cabeza punzando por la adrenalina. Fue entonces cuando me di cuenta y reparé en ello. 

Todo el piso estaba decorado con globos y flores, todo el mundo entregaba chocolates y dulces, lo sabía por el chocolate que empuñaba en mi palma y que aquella atolondrada chica me había regalado. 

Era el día de San Valentín. Oh. 

¥

—Feliz día a mi amargada favorita—Edith extendió una carta y un chocolate mientras se sentaba frente a mí en la mesa del restaurante. 

Enarqué ambas cejas y tomé los regalos. 

—No sabía que me amabas en secreto—me burlé— Pero me temo que debo romper tu corazón porque no er...

—Sí, sí, lo sé, lo sé—me cortó haciendo un gesto con la mano—. No soy tu perfecto esposo con cuerpo de infarto y polla de cinco velocidades y...

—¡Edith!

Soltó una risotada. 

—No solo se celebra el amor, también la amistad, idiota y yo aprecio la amistad que tengo con una amargada como tú que es un dolor en el culo. 

Puse los ojos en blanco. 

—No te traje ningún regalo, lo siento. 

Se encogió de hombros. 

—No necesitas hacerlo, solo necesito que me des la aprobación para estar con tu hermano. 

Endurecí el rostro enseguida. Se lo tomaba a broma pero era una fibra sensible para mí. Damen era menor que Edith y aunque la diferencia de edad poco importaba, me preocupaba lo parecidos que eran ambos y lo explosivos que resultaban cuando estaban juntos. 

Era obvio que a mi hermano le gustaba Edith o de lo contrario no habría follado con ella más de una vez. Lo que ellos tenían ya se había convertido en algo recurrente, más no formal y no quería que ninguno saliera lastimado en esa relación que ninguno veía como una...relación. 

Irresistible Error. [+18] ✔EN LIBRERÍASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora