Alexander
Enarqué una ceja cuando los encontré a los tres hablando en el porche de la casa; sus espaldas recibiéndome y sus manos moviéndose rápido para gesticular e intervenir en cualquier cosa que estuviesen discutiendo.
—Llegas temprano—saludó Bastian cuando se percató de mi presencia.
Erik y Leo se giraron para mirarme, sin emitir palabra.
—Ustedes llegaron más temprano—recalqué mordaz lo obvio.
Bastian esbozó el amargo de una sonrisa.
—¿No deberías estar recuperándote en casa, custodiado por tu esposa?—pregunté curioso.— Pensé que Malika se tomaría más enserio su papel de policía.
—Se lo toma enserio. Logré escapar sólo para hacer esto—dijo con un atisbo de solemnidad.— Después creo que permaneceré en confinamiento absoluto.
—Eso espero—acotó Erik—, parecía muy preocupada en el hospital.
Soltó una risita.
—Se acostumbrará.
—Espero que no—lo contradije hosco por el tonto comentario, y me miró con un toque de diversión.— Terminemos con esto de una vez.
Di un paso hacia adelante, antes de que Leo colocara una mano enfrente para detener mi andar. Sus facciones de piedra y la postura tensa.
Tuve que resistir el impulso de empujarlo para hacerlo a un lado.
El hechizo de la tregua que habíamos alcanzado se iría a la mierda si no me daba una buena razón para impedirme el paso.
Me sentía tenso y volátil.
La noche de ayer no había ayudado a ventilar los sentimientos abrasivos que me carcomían como un animalillo voraz y persistente. Al contrario, había significado todo un reto el mantenerme colectado el tiempo suficiente para lucir lo más normal posible durante el desarrollo de la exposición.
La galería había estado atestada, y si hubiese sido otro momento, en otra situación distinta, quizás la presencia de tanta gente habría resultado halagadora, estimulante, y no un grano en el culo.
Incluso mi manager, y quien era también el asesor de relaciones públicas de mamá, abrió una botella de champagne al final para celebrar el éxito de la exposición y el porcentaje de ganancias que había generado. Habría sido un buen gesto de no ser porque ya estaba saliendo del edificio antes de que sirviera la primera copa.
Ese no era el lugar donde debía estar. Había desperdiciado demasiado tiempo en el insulso evento, y ahora estaba de mal humor.
—Un segundo—la seca voz de Leo me trajo de vuelta.— Primero necesitamos dejar claras algunas cosas antes de...
—Habla de una vez—lo interrumpí ofuscado por tanto formalismo innecesario y sus orbes relampaguearon con fastidio.— Sabes que estamos perdiendo el tiempo parados aquí, ¿no?
—Lo sé—se mantuvo firme en su postura.—Pero también sé que es fácil que te dejes llevar por tu implicación personal en...
—Tú también tienes una implicación personal—remarqué, hastiado.— Pero yo no gasté mi aliento en darte consejos cuando tuviste tu oport...
—Sólo queremos estar seguros de que te controlarás lo suficiente—habló Bastian entonces.— No puedes permitir que pase lo mismo que...
—El imbécil secuestra a Leah, la tortura por días, casi muere por su culpa, posiblemente hizo cosas de las que no tenemos ni puta idea, ¿y tú me pides que sea profesional?—cuestioné incrédulo—¿No quieres que le bese las manos también?
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Irresistible Error. [+18] ✔EN LIBRERÍAS
ChickLit《C O M P L E T A》 ‹‹Había algo extraño, atrayente y oscuramente fascinante en él›› s. Amor: locura temporal curable por el matrimonio. - Ambrose Bierce. Lo miré junto a mí en la cama y mi corazón dio un salto al tiempo que mi trasero pegaba contra...