Especial de Halloween

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N/A: Es la primera vez que hago esto. No pensaba hacerlo, pero me pareció divertido intentarlo. No podía dejar pasar la idea. Éste especial muestra porqué Alexander le dijo a Leah que era peligrosa con tacones en el capítulo anterior. Está situado cinco años atrás, en su época de universidad, antes de su viaje a las cabañas de Rockport. ¡Disfruten!

(Leah)

—Debes ser alguna especie de deidad, Leah—Ethan revisó con el pulgar cada uno de los disfraces dispuestos en la pared, riendo para sí mismo.— No pensé que Jordan accedería de nuevo a una fiesta en su casa de verano después de lo que sucedió el año anterior.

—Sí, bueno, más te vale apreciarlo—siseé con irritación.— ¿Tienes idea de lo que me costó? Me hizo prometerle asistir al menos una vez a la semana a cenas con su familia, ¡hasta Navidad!

—Mi pequeña y dulce mártir—se tocó el pecho y soltó una carcajada, pasándome un brazo por los hombros.— ¿Por qué no le diste una miradita de lo que hay debajo de tu falda? Habrías logrado que hiciera lo que tú quisieras al instante—chasqueó los dedos para mayor efecto y arrugué los ojos por el latigazo de dolor que el nimio sonido me provocó.

Lo empujé con el hombro indignada y rio con mayor ahínco.

—Si mi memoria no me falla, estás saliendo con alguien ahora—le recordé severa.— Y por lo que sé, ella es una maldita loca capaz de raparte la cabeza mientras duermes, así que te recomiendo que mantengas tus comentarios lascivos al mínimo.

—Deja de usar palabras que no entiendo, mujer. Tú y ella son exactamente iguales, todas las mujeres lo son. Están dementes.

Sonreí con malicia, el dolor de cabeza generado por la resaca acentuándose.

—Además, dudaba que pudiera convencerlo luego de que alguien lanzara un escusado por la maldita ventana.

Ethan silbó, sus rizos oscuros moviéndose sobre su cabeza cuando negó con diversión. Lo seguí a otro pasillo con más disfraces horribles.

—Esa fiesta fue épica. Tuvimos suerte que no hubiera nadie debajo, o habría sido una tragedia.

Bufé.

—La tragedia fue la inundación del piso donde retiraron el baño. Era como el Titanic, pero nos hundíamos en aguas llenas de mierda.

—No recuerdo eso.

—¡Porque te largaste!—reproché, tocándome el puente de la nariz al sentir el dolor martilleando.

Para convencer a Jordan de hacer la fiesta en su casa de verano luego del desastre vivido el año anterior tuve que comprar una botella de vodka, encerrarme en su departamento y hacerlo beber hasta estar al borde la inconciencia.

Tenía mucha resistencia al alcohol, así que no pude eximirme de beber cuando me lo pidió; tristemente aún no estaba ebrio.

Tomó todo de mí mantenerme lo suficientemente lúcida para pedírselo. Ni siquiera recordaba cómo se lo había propuesto, pero al menos había funcionado luego de que el hijo de puta no perdiera la oportunidad de obtener algo a cambio.

El estómago me escoció sólo de pensar en todas los comentarios machistas de Abraham que debía soportar durante la cena, sin mencionar las sutiles intervenciones venenosas de Regina menospreciando mi valía porque no deseaba ser una maldita incubadora.

Lo único bueno de beber una botella entera de vodka entre dos personas era que eventualmente terminabas noqueado. Para mi suerte, Jordan cayó mucho antes de que lograra tener una erección.

Irresistible Error. [+18] ✔EN LIBRERÍASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora