Extra: El cumpleaños de Alexander [parte 2]

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N/A: Este extra se sitúa cinco años después de que Jarrel pidiera a su hermana como deseo de Navidad, veremos mucho sobre la relación entre Alex y Haley, la hija menor de los Colbourn McCartney, y también muchas cosas hot que tanto nos gustan. ¡Disfruten!

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Leah

Los pequeños dedos de Haley se sentían cálidos y suaves sobre mi espalda, su tacto siguiendo la forma de cada cicatriz que adornaba mi espalda como si fueran las piezas de un desordenado cuadro que ella quisiera comprender.

Emití un quejido cuando me pinchó la piel.

—Mami—me llamó con voz infantil.

Me removí sobre la tumbona para hacerle ver que estaba despierta, y ella, que estaba recostada sobre mi espalda, se acercó a mi hombro.

—¿Te duele cuando toco aquí?—volvió a pincharme.

Abrí un ojo entonces, la playa de Hawái tranquila y apacible desde la carpa a la orilla de la bahía.

—No.

Apoyé el cuerpo sobre mis codos y giré el cuello para mirar a mi hija. Apreciaba las cicatrices en silencio, asombrada. Mi corazón se compungió un poco bajo el peso de la vista, porque la había contemplado antes, en Alex. La diferencia era que, mientras Haley las miraba con curiosidad, su padre lo hacía con arrepentimiento y dolor, porque sabía la historia detrás de cada marca.

Sus pequeños labios se fruncieron en una mueca que era de Alexander por completo.

—¿Yo también tendré esas marcas cuando crezca?

Sentí cómo el miedo se anidaba en mi estómago, emboscándolo.

—No—sentencié segura—. Ven aquí, cariño.

Haley dejó de tocar mi espalda para hincarse frente a mí, sus rodillas enterradas en la arena y sus insondables ojos azules mirándome atentos. Casi dolió contemplar la inocencia que brillaba en ellos, infantil y centellante. Me recordaba a mí de cierto modo, cuando era más joven y mis padres hicieron todo para prevenir que se desvaneciera, solo para terminar perdiéndola de la peor manera posible.

—Tú nunca las tendrás, Haley—acaricié su mejilla regordeta y sonrojada con devoción.

Hundió el entrecejo.

—Pero ¿cómo seré una heroína?

—¿Qué quieres decir? Ya lo eres, pequeña.

—No—movió la cabeza negando con ímpetu— ¿Cómo puedo ser una heroína si no tengo marcas como mamá?

Su inocencia desmedida me conmovió, pero fue la perspectiva de saber que algún día la perdería lo que me estrujó el corazón. Sí, la perdería y vería el mundo cómo realmente era, con sus matices grises y sus contrastes crueles, pero Alex y yo la criaríamos para soportarlo y dominarlo.

—No necesitas cicatrices para ser una heroína—refuté, acariciando su lacio cabello oscuro.

—Pero todos los superhéroes tienen una, porque son valientes—entonces empezó a contar con sus dedos—. Como la Mujer Maravilla, Batman, Superman y tú.

Solté una risa porque me contara entre sus superhéroes favoritos.

—Puede que no tengas las mismas que yo—aclaré—. Tal vez tendrás las tuyas propias, como la que tienes en tu rodilla, ¿lo recuerdas? ¿Recuerdas cómo te tropezaste mientras jugabas con papá?

Irresistible Error. [+18] ✔EN LIBRERÍASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora