Leah
Dejé de leer cuando Edith soltó una risa, derribando mi muralla de concentración para darle paso al montón de pensamientos que trataba de mantener a raya.
Dos semanas.
Habían transcurrido dos semanas desde la última vez que había visto a Alexander, y nada sabía desde entonces, excepto que estaba vivo y su recuperación la llevaba en casa, custodiado por Agnes y Sabine.
Me masajeé las sienes y cerré los ojos intentando amortiguar las punzadas en mi cabeza, producto de mi falta de sueño.
—Creo que has molestado a la abeja reina—se burló Matt conteniendo una risa y le lancé una mirada asesina en respuesta.— Oh sí, en definitiva la hemos hecho enojar.
—Estoy tratando de concentrarme.
Edith arrugó los labios. Estaba segura de que sabía a qué se debía mi mal humor.
—Lo sabemos, perd...
—Oh mierda, Leah—la interrumpió—¿Recuerdas cuando hicimos esa fiesta en casa de Sara y esta idiota nos dio de comer esos brownies MORTALES?—le recriminó a la rubia, que comenzó a doblarse de risa.
—¡Fue solo un experimento de cocina!—se defendió.— No tenía cómo medir las cantidades, además tú fuiste quien me pidió que los horneara.
—Nunca le cocines a tu marido, lo vas a matar—negó con energía.— Yo mismo pensé que iba a morir.
—Qué exagerado, Dios.
—Al menos no estabas vomitando en la alfombra—intervino Jordan, que apareció detrás de mí y procedió a sentarse a un lado, seguido de Ethan que tomó su lugar junto a Edith, tendiéndole un vaso térmico de café.
—Te he traído uno, sin azúcar como te gusta. ¿Necesitas algo más?
—No, gracias, es perfecto.
Mi amiga sonrió con afecto y quise sonreír a la par. Eran una combinación extraña, pero parecían encajar bien.
—Creo que también necesito uno—anunció Jordan levantándose.
—¿Podrías traerme uno a mí?—pidió Matt batiendo sus pestañas.
—¿Qué mierda soy, tu gata? Consíguelo tú.
—Cabrón—se quejó con indignación, cruzándose de brazos.
—Leah, ¿necesitas algo?—preguntó cambiando su tono estoico a uno suave en menos de un milisegundo.
—No, gracias. Estoy bien.
Matt puso los ojos en blanco.
—¿Quieres algo más de la cafet...? Oh, esperen, no tengo a quién preguntarle—dijo mordaz.
—¿No te gusta ser el mal quinteto?—lo molestó Jordan y resistí el impulso de corregirlo, porque la única pareja ahí eran Edith e Ethan.
—Al contrario, me encanta tener mi libertad—posó sus manos tras su cabeza y sus ojos claros brillaron—. Yo no soy tan idiota para dejarme esclavizar por una novia.
—¿Esclavizar?—apunté enarcando las cejas.
Jordan negó y giró sobre sus talones para ir por su bebida.
—Sí, por Dios—dijo con dramatismo.— Mi primer nombre es Matthew, el segundo es Soltero.
—Es Pene Pequeño—se burló Ethan y reí junto a la rubia, mientras Matt enrojecía hasta las raíces del cabello.
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Irresistible Error. [+18] ✔EN LIBRERÍAS
ChickLit《C O M P L E T A》 ‹‹Había algo extraño, atrayente y oscuramente fascinante en él›› s. Amor: locura temporal curable por el matrimonio. - Ambrose Bierce. Lo miré junto a mí en la cama y mi corazón dio un salto al tiempo que mi trasero pegaba contra...