N/A: Este extra se sitúa unos meses después de la boda de Leah y Alexander. Pueden tomarlo como su luna de miel si así lo desean. Alto contenido +18 que es por lo que estamos aquí sisi, no se engañen. Contiene también consumo de drogas, alcohol y muchas estupideces. ¡Disfruten!
«¿Pero el erotismo? El erotismo no te jode el cuerpo, te jode los sentidos, seduce tu mente y da vida a tus fantasías»
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(Alexander)
Pasé la toalla por mi cabello a tiempo para reparar en Leah, que se removía inquieta en su letargo sobre la cama.
—Leah—la llamé mientras andaba por la habitación.
No reaccionó. Parecía morir siempre que dormía.
Anduve hasta ella, me incliné y toqué su hombro suavemente.
— Leah, despierta.
Su cuerpo descansaba sobre su estómago y tenía la mitad de la cara oculta en la almohada, con la espesa mata de cabello oscuro contrastando con la blanquecina tela de las sábanas.
La aflicción asaltaba su rostro entre sueños y lo transformaba en una máscara de terror que pocas veces había contemplado. Se ceñía a sus facciones y llenaba sus expresiones de ansiedad y temor, uno tan palpable que incluso yo podía sentirlo algunas veces.
—Leah—la llamé de nuevo, removiéndola con más fuerza.
Inspiró profundo de pronto, como si no alcanzara respiración. Se movió con pesadez, como si luchara por salir del angustioso sueño. Sus nudillos hicieron puños las sábanas, sus hombros se tensaron y el ceño entre sus cejas se hundió al tiempo que su respirar se volvía corto y laborioso.
Me incliné más cerca y la giré con brusquedad, temiendo que viviera otro ataque de ansiedad por culpa de alguna de sus pesadillas.
—Leah, necesito que despiertes. Estás soñando, no es real—repetí sacudiendo sus hombros con ímpetu.—No es real.
Su cuerpo reaccionó entonces, sus sentidos agudizados por el trauma entrando en acción para colocarla en estado de alerta y provocando un despertar repentino.
Todo pasó demasiado rápido para procesarlo: lanzó un grito abrumado y se alejó de mi toque, la fuerza de la acción proyectándola más allá del borde de la cama y mandándola al suelo con un ruidoso estruendo.
El corazón se me estremeció afectado y me apresuré a ponerme de cuclillas frente a ella.
—Leah.
Estiré un brazo cauteloso para tocarla antes de que se alejara.
—No me toques—pidió agitada.
—Soy yo.
—Aléjate—la exigencia colándose en sus palabras a causa del shock.
No era la primera vez que esto sucedía. Ni la segunda. O la tercera.
—Necesito que reacciones, concéntrate Leah. No es real.
—¡Vete! ¡Déjame en paz! ¡Déjame tranquila!
Me acerqué para tocarla de nuevo, pero se hizo un ovillo, pegándose lo más posible al mueble que había a su espalda.
—Aléjate de mí.
—Leah, soy tu...
Intenté tocarla y lo siguiente que sentí fue el ardor que se extendía por mi mejilla a causa de la bofetada que me propinó.
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Chick-Lit《C O M P L E T A》 ‹‹Había algo extraño, atrayente y oscuramente fascinante en él›› s. Amor: locura temporal curable por el matrimonio. - Ambrose Bierce. Lo miré junto a mí en la cama y mi corazón dio un salto al tiempo que mi trasero pegaba contra...