Había un folio en blanco doblado por la mitad. Entonces lo abrí y pude leer:
<<Tu hermano va a pagar por lo que ha hecho. Y si la justicia no le incrimina, pagará de todas maneras.>>
Después de leer aquello, no entendía si se refería a la paliza o al asesinato. Eso suponiendo que no había sobrevivido. Aunque aquella caligrafía era demasiado feúcha para ser de mujer, no tenía duda de que su autora era Aída. Porque...¿Quién más podía ser? No creía que sus padres se habían acercado al instituto para dejarle una nota amenazante a una adolescente en su taquilla...qué estupidez más grande. Me preguntaba cómo aguantaría Alex la tensión en clase con Aída. O tal vez ésta todavía no asistía a clase y Alex no se sentiría incómodo. Pero aunque no estuviera asistiendo a clase una cosa estaba clara: aquel día sí se presentó en el instituto, al menos para dejarme aquella nota a mi. Cogí la nota, la doblé como se encontraba inicialmente y la metí en la mochila vigilando alrededor para que nadie me viera. Cambié los libros y me fui a la siguiente clase. Tocaba literatura y el otro día el profesor nos había mandado un trabajo especial. Teníamos que escoger un poema del Renacimiento, exponerlo delante de todos y explicar qué es lo que nos transmitía.
<<Dame, amor, besos sin cuento,
asida de mis cabellos,
y mil y ciento tras ellos,
y tras ellos mil y ciento,
y después
de muchos millares, tres;
y porque nadie lo sienta,
desbaratemos la cuenta
y contemos al revés.>>—Cristóbal de Castillejo.
Y después de que Alejandro expusiera aquel poema tan precioso parado al frente de toda la clase, a pesar de ser evidente, el profesor le preguntó a la par que le miraba desde su silla:
—¿Qué te transmite? <<¿Es que acaso no es evidente?>> —Le respondí en mi cabeza. Y después seguí discurriendo: <<Parece que alguien está enamorado. ¿De quién de la clase? ¿Será correspondido?>> Estaba claro que no iba a preguntárselo a él, ya que apenas tenía contacto con su persona.
—Me transmite paz. Es lo que hace el amor, ¿no? Brindarte paz en medio de la tormenta. Y después de mirar al profesor mientras respondía, desvió la mirada por unos breves segundos hacia Hannah y después regresó su vista al maestro.
<<...Yo no nací sino para quereros;
mi alma os ha cortado a su medida;
por hábito del alma misma os quiero;
cuanto tengo confieso yo deberos;
por vos nací, por vos tengo la vida,
por vos he de morir y por vos muero.>>No había escrito el poema entero, y justo cuando terminé de recitar aquella estrofa de Garcilaso De la Vega miré a Julia unos segundos, después volvió a preguntar el maestro:
—¿Qué dirías que nos comunican las palabras del Señor De la Vega? <<Que está enamorado hasta las trancas. Al igual que yo.>> —Discurrí.
—Diría que su lenguaje expresa el amor en su máximo apogeo. El ser que ama se entregaría por completo a su ser amado.
—Excelente, Alexia. Puedes sentarte. ¿Alguien tiene otro que no tenga la misma temática? —Preguntó el profesor mientras miraba al frente a todos los alumnos y yo iba camino a mi pupitre. Entonces Hannah levantó la mano y el profesor la dio permiso para levantarse y salir al frente.<<Te amo y tú también me amas.
Ni los cielos ni el infierno nos hubieran podido separar, y lo hiciste tú...¿por qué?>>He de admitir que me hacía un poco de gracia su acento gringo pronunciando el español, pero me contuve para no dejar salir la risa. ¿De qué amor no correspondido estaba hablando? ¿Podría ser de la negativa de Julia? Empezaba a pensar que era una acosadora obsesa. ¿Habría estado siguiéndola a través de Instagram antes de venir al instituto? Si sus padres se conocían, ella debía saber de su existencia. Y tal vez haberse matriculado en nuestro mismo instituto no había sido casualidad. Desde luego en su cuarto no había evidencia alguna, pero todos sabemos que en pleno siglo XXI, si quieres conocer los secretos que oculta alguna persona, no tienes que husmear en su cuarto, sino acceder a su móvil. Pero eso no iba a ser tarea fácil. Porque aunque me tenía por una tipa bastante culta hackear celulares no entraba precisamente dentro de mis conocimientos. Y si todo lo hacía en secreto, probablemente Julia no tendría ni pajolera idea. ¿Y si no era tan secreto? ¿Y si sí le había mandado mensajes? Recordé aquella directa que le hizo Hannah en aquel baño para ir a su casa...pero aquello era diferente. En la red sí quedan las pruebas, mientras que aquello Julia lo tomaría como un detalle nimio, de poca importancia. Sacando tantas conclusiones me empecé a preguntar qué habría pasado con su casco. ¿Se lo habría devuelto? Y en caso de tenerlo en sus manos, ¿cómo lo había hecho? ¿Se había acercado a su casa con la excusa de brindarle el casco? ¿O habría logrado finalmente que Julia fuera a su casa? Fuera como fuese aquella situación me alarmaba un poco. Y aunque confiaba en Julia, desconfiaba plenamente de ella. Y me entró más desconfianza aún, cuando en el recreo, estando yo a lo lejos del pasillo, vi cómo agarraba a Julia del brazo y ésta movía el brazo hacia atrás como zafándose de sus garras. ¿Me contaría Julia lo que estaba pasando con ella? ¿O me lo ocultaría? ¿Y si lo ocultaba por qué razón lo haría? No es que me diera vergüenza preguntarle a la que era oficialmente mi novia lo que estaba pasando entre ella y Hannah, pero era de las personas que pensaban que si ella realmente me quería, me contaría lo que estaba sucediendo sin necesidad si quiera de que yo sacara el tema. Después de ver aquella escena, lo último que me apetecía era salir al recreo, estaba bastante alterada, necesitaba relajarme. Así que como de costumbre, saqué de la taquilla la llave y me dirigí al aula de música. Mis manos se movían solas, no tenía ni que pensar qué canción iba a tocar, parecía que mi corazón marcaba los compases. Y cerrando los ojos me transporté a la habitación de Julia. A ese momento en que tarareaba esa misma canción a la par que la acariciaba. Y en ese instante deseé que la escena hubiera sido al revés, que ella fuera yo y que yo fuera ella.
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Fuera de lugar
Roman pour AdolescentsAlexia es una estudiante sobresaliente que pasa desapercibida en el instituto, hasta que se descubre el suicidio de Erick Gómez, ahí su vida da un giro de 180 grados. Empieza a ser vista por la despiadada Julia, la cual se encargará de hacerle la vi...