Y por fin llegó el día esperado. El nueve de Noviembre. Sin duda una fecha que recordaba cada año desde que nací, y que seguiría recordando el resto de mi vida a partir de la entrada de mi hermano en prisión. Y allí estábamos mamá, Alex y yo. Mamá lloraba a moco tendido mientras le abrazaba y yo intentaba retenerlas para que no cayeran mientras les observaba a ellos. Una vez que mamá terminó de abrazarle, le abracé yo.
—Te visitaré cuando pueda. Cuídate mucho hermanito.
—Lo haré. —Respondió.
Y tras esa angustiosa despedida, Alex con la mochila a la espalda, las manos en los bolsillos y el semblante decaído empezó a caminar hacia la puerta. Y mamá se seguía despidiendo de él con la mano mientras seguía llorando. Entonces la abracé y tratando de consolarla añadí:
—Todo va a estar bien.
Y después de aquel "hasta pronto", tocaba despedirnos hasta siempre. En el funeral de papá. Y aunque por fuera no dejaba mostrar ni un ápice de dolor en su semblante, sé que también le dolía. No puede irse de este mundo la persona con la que has compartido tantos años de tu vida y con la que has tenido dos hijos y no removerse nada en ti. Es imposible. Pero tampoco la culpaba si no quería hacérselo saber a los demás. Y así, nos regresamos al coche y subimos. No había mucha gente en el funeral. Desde que papá se había ido del bufete todas las personas que trabajaban en él apoyaron a mamá y se desentendieron de su amistad. Y parecía que en su nueva vida tampoco tenía a mucha gente más. Solo estaba Lisa, la que ahora había pasado a convertirse en su viuda. Y me pareció raro no habérmela encontrado ninguna de las veces que fui a visitarle. Tal vez era casualidad que las horas a las que yo fui ella ya se había ido. Pero no estaba sola. Agarraba de la mano a una niña de dos años. Y si mi intuición no fallaba, todo apuntaba a que esa niña era mi hermanastra. La vida no dejaba de sorprenderme. Era increíble. No había día monótono en mi días. Si no ocurría algo bueno, ocurría algo malo. Así que...¡no podía quejarme de aburrimiento! Aunque si la noticia era mala, prefería mil veces el tedio de la monotonía. Supongo que como todos. Una vez dieron sepultura a papá, Lisa que aún lloraba se acercó y le dio a la niña una rosa para que ésta la dejara en su tumba. Y eso hizo la hija obedeciendo a las órdenes de su madre. Después Lisa puso su mano sobre sus labios y se besó los dedos, para acto seguido depositar la mano en el mármol y pronunciar un <<Hasta siempre.>> Era la segunda vez que nos despedíamos de alguien en ese mismo día, y aunque ambas despedidas eran distintas, tanto la una como la otra me rompían por dentro. Entonces cuando Lisa y su hija se preparaban para irse las alcancé, posé mi mano sobre su hombro, y al girarse es cuando la di el pésame. Ella sonrió forzadamente y asintió con la cabeza. Y aproveché la oportunidad para resolver mis dudas.
—¿Cómo se llama? —Pregunté mientras miraba a la niña.
—Hannah. —Respondió mientras la miraba y sonreía. He de admitir que me esperaba cualquier otro nombre menos ese. Entonces Lisa añadió: —Es lo único que me queda de él. Y ahí confirmó mis sospechas. <<Genial, ahora tengo una hermana que se llama Hannah, igual que la chica que me arrebató a Julia.>> —Medité. Sin duda la vida me lo estaba poniendo difícil. No me daba tregua ni un segundo. Entonces forcé la sonrisa junto con la respuesta:
—Bonito nombre. Y como no sabía de qué manera consolar a Lisa, me agaché y me puse a hablar con Hannah.
—Hola Hannah, soy Alexia. ¿Sabes quién soy? —Dije mientras le sonreía y ponía tono amable, el mismo tono estúpido que ponen los adultos cuando hablan con niños pequeños. Hannah miró a su madre y acto seguido se escondió detrás de ella.
—Es muy vergonzosa. Sobre todo con gente extraña. —Intervino en su defensa la madre. <<Claro que soy una extraña, si papá no llamó para comunicar que tenía una hermana ni para hacernos saber que os habíais casado. Tampoco llamó para preguntar cómo les iba a sus hijos olvidados. Porque simplemente no llamó nunca.>> Y aunque me hubiese gustado responderle de esa manera tan brusca pero tan veraz, no lo hice. En su lugar me limité a sonreír y a responder:
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Fuera de lugar
Teen FictionAlexia es una estudiante sobresaliente que pasa desapercibida en el instituto, hasta que se descubre el suicidio de Erick Gómez, ahí su vida da un giro de 180 grados. Empieza a ser vista por la despiadada Julia, la cual se encargará de hacerle la vi...