DIECISIETE

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Su padre pone en marcha el coche y hace un gesto con la cabeza a su hija a través de la ventanilla. Ella niega en respuesta. Prefiere ir en el coche de su hermano que con sus padres, los dos, juntos, en el mismo espacio. A saber lo que puede pasar durante el trayecto. Aun así, no le preocupa demasiado. Ellos saben actuar muy bien delante de la gente.

Sam toma el asiento del piloto mientras que Louis y Laia se sientan detrás.

-¿Esto es un taxi? -pregunta poniendo en marcha el motor. Ajusta el espejo retrovisor para poder verlos-. Os voy a estar vigilando.

-No tienes de qué preocuparte, Samuel -contesta ella. Él sonríe ligeramente divertido entrecerrando sus ojos oscuros. Está muy elegante, y no lleva sus gafas. Lo más probable es que las haya sustituido por lentillas para la ocasión.

Saca el coche del jardín y comienza a manejarlo siguiendo el Mercedes de Jeremy que circula frente a ellos.

Sam en seguida enciende la radio y la música rellena el silencio. Laia mira pensativa por la ventanilla y de vez en cuando comparte alguna mirada con Louis.

-Podéis hablar, eh. Como si yo no estuviera -habla Sam sin apartar la vista de la carretera. Su hermana sonríe.

-Tú lo que quieres es cotillear todo lo posible.

-Claro que no. Solo estoy intentando que os sintáis cómodos. Son unos cincuenta minutos para llegar a la iglesia, así que no es plan ir aburridos.

Laia se ríe y Louis oculta una sonrisa mirando por su ventanilla. Los tres se vuelven a quedar en silencio por un rato.

-Y ¿desde cuando estáis saliendo juntos? -salta Sam de nuevo, que parece que no puede estar callado.

Los dos se miran a la vez y Laia presiona los labios para no sonreír. No se acordaba de que Sam sigue creyendo que son pareja. Vuelve a mirar a Louis y mueve sus labios para decirle que le siga la corriente.

-¿No os acordais? -insiste.

Ella intenta calcular el tiempo que ha pasado desde que son amigos pero Louis se adelanta a responder.

-Seis meses y dieciséis días.

Sam silba impresionado.

-Bah, no es tanto tiempo -añade luego, retirando toda mueca de sorpresa.

-El suficiente -responde Louis.

Laia aún sigue pensando en la respuesta de Louis. Es posible que los datos que ha dicho sean exactos. Se hicieron amigos desde que comenzó el curso en septiembre. Es posible que seis meses y dieciséis días sean completamente exactos.

-¿Es tu primera relación, Louis?

-No, no lo es.

-¿Y la tuya, Laia? -le pregunta Sam haciendo que salga de su trance. ¿Por qué está su hermano haciéndoles estas preguntas? No le resulta cómodo, aun tratándose de una mentira. Bueno, una pequeña mentirijilla de nada.

-Sam, no estamos saliendo. Solo somos amigos.

-¿Qué? ¡Venga ya! -exclama, girando la cabeza hacia la parte trasera para mirarlos-. ¿Es coña?

Los dos se echan a reír.

-Ahora no sé cuál es la verdad y cuál es la mentira.

-Ya te lo he dicho, somos amigos.

-Pues me lo había creído.

-Eres demasiado inocente -le dice su hermana con una sonrisa.

-Y vosotros muy buenos actores.

¿Y si te digo que te quiero? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora