¿Y si te digo que te quiero?

CUARENTA Y NUEVE

-Vamos, chica, no le des más vueltas. El no ya lo tienes si no pruebas.

-No puedo... -murmura negando con la cabeza. Es más fuerte su miedo al rechazo que sus ganas de intentarlo.

-No tienes por qué decírselo directamente -le propone Sam sentado a su lado, mirando de lejos al chico rubio y alto del tupé-. Demuéstraselo de otra forma, con lenguaje no verbal.

-¿Te refieres a gestos? -Ari frunce el ceño. El hermano de Laia es un espécimen curioso. A parte de sus buenas condiciones físicas y las gafas de pasta que le dan un toque adorable, tiene unos comentarios tanto graciosos como absurdos, pero a la vez es inteligente, y exageradamente sociable. En la noche ha hablado más con él que con Laia o Andrea en todo el curso. A ella no le gusta abrirse a la gente con sus temas personales, sin embargo, Sam... tiene algo que le hace sentirse más o menos cómoda a pesar de la reciente "amistad".

-No me refiero a gestos, sino a expresiones, miradas... Necesitas ver un tutorial sobre cómo ligar.

Ariana sonríe, aunque con cierta tristeza por la veracidad de sus palabras.

-Yo no he notado ese tipo de lenguaje no verbal por su parte, así que supongo que no será recíproco.

-Quizá sea como tú y no tenga el valor para hacerlo.

-Lo dudo. Él es mucho más lanzado y extrovertido.

-Ariana -espeta Sam, desesperado-, no seas así de ne-ga-ti-va.

-Prefiero ser negativa para luego no llevarme malas sorpresas.

-Just try sometimes -Sam aprovecha para cantar la canción al mismo tiempo y sonríe-. Ya sabes.

-Qué oportuna... -murmura entre dientes, apoyando los codos sobre la mesa. Resopla y reflexiona en silencio.

Hasta que se pone en pie y sin decir nada, sin pensarlo, deja a Sam allí sentado y se abre hueco entre las parejas que bailan la primera canción lenta de la fiesta. No se fija demasiado en los demás y se acerca decidida hacia Isaac. Se alisa el vestido y da un largo suspiro. Si la respuesta no resulta ser la deseada, al menos se llevará el beso que le robó aquella madrugada. Si lo piensa, ni sabe de dónde sacó el valor para hacerlo, aunque es consciente de que se lo debe al alcohol que había tomado, otro hecho que no termina de creerse.

Los tres chicos paran de reír cuando Ariana se acerca. Uno de ellos es el que busca, los otros dos los reconoce del instituto, pero ni está al tanto de sus nombres. Le sonríen con educación en forma de saludo, mientras que Isaac se muestra más expresivo con una sonrisa amplia.

Ahora es cuando la chica se da cuenta de que no tiene nada preparado para decirle. Maldito Sam.

-¿Dónde te metes? Casi ni te he visto -Isaac inicia la conversación con ella-. Te camuflas como un camaleón.

Ari sonríe por la comparación, aunque no le agrada que esa sea la imagen que tiene de ella; él y todos, porque la imagen coincide con la realidad.

-Es la primera vez que me comparan con un animal -contesta sintiendo que cada vez su iniciativa por hablar con él se va desvaneciendo.

-No te lo tomes a mal -se disculpa rápidamente.

-No lo hago.

El rubio sonríe aliviado mientras que los dos morenos prestan atención a la conversación, curiosos por la chica tímida y misteriosa que suelen ver por los pasillos del instituto.

-¿No deberías estar bailando en pareja? Es lo que todos hacen -bromea él.

-¿Y tú?

Isaac levanta una ceja, ladeando una sonrisa. Buena observación.