TREINTA Y DOS

1.9K 160 31
                                    

-¿Aquel no era...?

-Sí -responde Laia con sequedad antes de que el chico acabe de formular la pregunta.

Su corazón late muy fuerte y trata por todos los medios de calmarse. Ni por un momento pudo imaginar que se lo encontraría, y mucho menos acompañado. No tiene muy claro quién es esa chica, pero la ha visto alguna vez por el instituto.

Reprime sus ganas de llorar evitando pensar en el recién encontronazo. Han actuado como desconocidos, y le duele muchísimo.

-¿Estás bien? -le pregunta Dustin observando su expresión. Ya está otra vez igual.

-Claro.

-¿Por qué no os habéis saludado? ¿No se supone que es tu mejor amigo?

-Se supone.

El chico para, obligándola a detener el paseo.

-Por eso te he notado rara en algunas ocasiones, ha pasado algo con él. ¿Me equivoco?

La chica se pone nerviosa. No cree que sospeche lo más mínimo de lo que ha sucedido de verdad.

-Solo ha sido una discusión.

-¿De verdad? Puedes hablarme de ello, si quieres.

-No... No pasa nada.

Dustin aprieta su mano con suavidad para que sepa que puede contar con él para lo que sea. Luego la suelta y le pasa el brazo por los hombros.

-Seguro que solucionareis el problema. No te preocupes -le anima él y reanudan la caminata.

***

-¿Esa no era tu "muy buena amiga"? -pregunta Gisele siguiéndola con la mirada cuando se aleja con aquel chico alto tan guapo.

Louis no le responde, porque prácticamente no la ha oído. Sus cinco sentidos están centrados en la chica que camina de la mano junto al universitario. Se han ignorado el uno al otro, como unos críos malhumorados y resentidos. Tenía razón, no era buena idea haber quedado con Gisele. Ahora sí le queda claro que la ha perdido.

-¡Eyyy! -la chica llama su atención agitando los brazos delante de su cara.

-¿Qué?

-Que era Laia.

-Ya lo sé -responde un poco molesto, intentando así darle una pista de que no quiere hablar de ello.

-¿Ese es su novio? Parece mayor, ¿no?

-Gisele... Me gustaría irme ya a casa. Trabajo mañana temprano.

-Ah, claro. -La chica se pone en pie, extrañada, y con miles de preguntas rondando por su cabeza. ¿Por qué no le ha respondido? Y si son amigos, ¿por qué se han ignorado? Y ¿por qué tiene la sensación de que Louis se ha molestado por algún motivo?-. Te llevo a casa, si te apetece.

-Te lo agradezco. -Él también se pone de pie, alborotando un poco su pelo con nerviosismo, y andan de camino al coche.

-¿Te pasa algo? -pregunta la morena al volante, rompiendo el silencio. En todo el trayecto solo se ha escuchado la música de la radio, ningún otro sonido ni palabra. Ahora mismo suena Bruno Mars de fondo, una canción demasiado lenta y sentimental que solo consigue sumar incomodidad al momento.

-No, ¿por? -dice él sin apartar la vista de la ventanilla.

-Te pasa algo, no sé por qué lo he dicho en tono de pregunta. Si te apetece hablarlo, aquí tienes dos oídos dispuestos a escucharte.

Louis sonríe débilmente y la mira de reojo.

-No es nada.

Gisele no está satisfecha con la respuesta pero no insiste. No quiere molestarlo más.
Simplemente sigue sus indicaciones y se para frente a un edificio.

¿Y si te digo que te quiero? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora