II. Capítulo 20: Ciudad Vetusta

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-Encantado - sonrió Paul mientras la estrechaba la mano.

Cira se sentía menos insegura. Aquel hombre le inspiraba confianza.

- Bueno, dime, ¿qué hace una humana por aquí? Creía que todos los que no fueron seducidos por las palabras de Deimos habían huido de la ciudad. - preguntó mientras se sentaba en la cama

Al oír ese nombre Cira se estremeció. Paul la miró preocupado.

-Oye, no quiero que te sientas mal. Hace mucho tiempo que no encuentro alguien con quien hablar, perdóname- suspiró Paul resignado.

Cira sacudió la cabeza y respondió un poco nerviosa

-No, no, es que...- suspiró- es que no fue hace mucho que me encontré cara a cara con él.

-¡¿Qué te cruzaste con él?!- Paul exclamó sorprendido

- Hace algunas semanas... En un bosque él...- no pudo evitar soltar una lágrima, pero hizo acopio de fuerza para respirar hondo y evitar colapsar- Secuestró a mi hermana luego de haber invadido un almacén suyo...

Paul la miró atentamente. Se sintió incómoda ya que parecía que la estaba analizando.

- No creo que por entrar en uno de los edificios de esos estúpidos el Campeón haya ido a por ti.  Sino, a mi no me hubieran intentado secuestrarme.

-¿Te secuestraron?- preguntó

-Sí, estaba con mi hijo ayudando a evacuar a alguno de los humanos que se rehusaban a transformarse cuando nos intentaron atrapar. Ray pudo escapar, pero a mi me cogieron- respondió un poco sombrío- después de interrogarme, intentaron transformarme, pero hubo un problema de infiltración en el laboratorio y pude escapar aprovechando la confusión. - se levantó y tomó una botella de zumo de una nevera- fue el Campeón mismo a interrogarme en uno de esos días ya que supo que guardaba relación con quienes estaba buscando- bebió un poco de zumo y le ofreció otro a Cira.

Cira lo tomó y comenzó a beber. Tenía bastante sed. Paul continuó

- Por lo que he visto, Deimos no se digna a aparecer si no le interesas. Por eso siempre lo han visto en la televisión en aquellos días. Hizo algunas apariciones en cada región; pero nunca se le ha visto la cara a partir de entonces - volvió a tomar otro trago y continuó:- Siento que ha conseguido lo que quiere y por eso ya no aparece.

Cira pareció oír que susurraba algo más.

-Pero uno de ellos sigue... Bueno, no me voy a enrollar más- con un tono jocoso le preguntó: - Y a ti, ¿a qué vino el honor de su presencia?

Cira tragó saliva. Ella sabía perfectamente a lo que se refería. Su madre le prohibía hablar de ello; sobre todo porque podrían aprovecharse de ella.

-Supongo que porque molesté mucho. Llevo dos años robando comida y demás cosas - dijo con una sonrisa intentando ocultar su nerviosismo- supongo que le molestó que tomásemos PokéBalls

-¡PokéBalls! Hace 4 años que no veo una; después de que confiscaran todas en ese acto de "liberación" - hizo el signo de las comillas.

-Si - contestó Cira tapando sus nervios.

-Pero no lo creo- dijo Paul mirándola fijamente- Ray también ha robado durante todo este tiempo y nunca le atraparon.

Cira tragó saliva. ¿Qué podía hacer?

-Dime qué o quién eres, no creo que hayas hecho algo tan malo como lo de Deimos; ¿o sí?- dijo Paul a modo de broma.

La chica suspiró. De pronto, sintió un dolor de cabeza muy fuerte. Notó como la gema en su frente comenzaba a brillar. Con un movimiento, tomó un cojín y se lo puso en la cara. Paul la miró preocupado.

Pokémon, ¡Soy un Pokemon! Entre FronterasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora