Capitulo 8: Familia Restaurada

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Dani entró a la casa con Ikena. Sus padres todavía no sabían que era él. Se dirigieron al salón de la casa. Ahí, se sentaron.

-Señor- comenzó Dani- sé que va a parecer muy raro y muy imposible... Pero este Zangoose es su hijo Ikena

El hombre se asombró

-¿Cómo lo puedes afirmar?- preguntó el señor

- Verá... Yo fui transformado y convertido en un Lucario. Una misteriosa galleta me ha vuelto a hacer humano. Me encontré a su hijo por el camino y decidí buscaros... - Dani empezó a relatar todo lo que había vivido.

Diez minutos después, reinó el silencio.

-Si...- el padre de Ikena intentó articular alguna palabra- Si... Ese es mi hijo... Necesito una prueba firme que lo demuestre.

Instantáneamente, Ikena fue a su cuarto y cogió el portátil que tenía. Lo encendió y lo bajó.

El hombre estaba asombrado, pero no lo creía.

Ikena, dentro de sus limitaciones, empezó a escribir:

Si papá, soy yo, tu hijo Ikena. Sé que no me creerías pero es la pura verdad, tal y como me ves, soy Ikena, pero transformado en Zangoose. Cuando desaparecí, me llevaron a un cuarto oscuro donde me transformaron y controlaron mi mente. De eso hace ya una semana... No sabes cuánto te he echado de menos y lo mucho que me gustaría que me aceptases ahora tal como soy, aunque no sea humano, sigo siendo tu hijo... Si me miras a los ojos lo sabrás, sabrás que soy Ikena

El padre leyó lo que Ikena había escrito. Se levantó rápidamente.

-¡Myriam!- gritó el hombre-¡Baja rápido, hemos encontrado a nuestro hijo!

Se escucharon unos pasos del piso de arriba. Una mujer apareció bajando las escaleras. Cruzó el pasillo y fue directa al salón.

Cuando llegó se quedó inmóvil. Dani se había retirado y fingido que iba al baño para que estuviera la familia a solas. Decidió usar sus poderes de Lucario ( Atención: como dije en capítulos anteriores, cuando Isaac se vuelve humano, hay una parte de el que es Sylveon, por lo que Dani tiene alguno de los poderes de Lucario en su forma humana( la de Dani)) para que los padres le pudieran entender la voz del Zangoose.

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-Mamá- dijo Ikena

-Esa voz... - la madre de Ikena se sobresaltó

-Mamá soy yo, el Zangoose que te está hablando

La madre miro a Ikena. Sollozaba

-Se que no querías que me encontrases así, pero no hay otra forma- dijo Ikena

Su padre callaba por momentos

-¿Cómo sé que tú eres mi hijo? -preguntó la madre

Ikena alzó el brazo

-En la cadera tengo una marca de un arañazo que el Purrloin de la tía me hizo- Ikena bajo el brazo y mostró la palma de su mano- en la palma de mi mano( bueno, pata) tengo la marca de una espadita con fuego, que tú también tienes en la espalda, en el hombro izquierdo...

La madre lloraba. No se lo podía creer

Extendió los brazos.

-IKENA- la madre corrió a abrazar a su hijo. Lloraba de emoción- mi hijo ha vuelto... Ha vuelto a casa

Ikena no pudo reprimir un llanto y también comenzó a llorar

-Sí, estoy aquí

Madre e hijo estuvieron un rato abrazados

El padre, mientras tanto, contemplaba la escena con asombro... Una lagrima caía es por su mejilla. Ikena al verlo tan quieto, se acercó...

-Papá- le sacudió el brazo

El padre se giró

- Si quieres más pruebas... Mira esto con atención...

Cogió uno de las galletas y se la comió

Sus padres se asombraron al ver la regresión de Ikena volviéndose humano...

-Imposible... - susurró el padre

Ikena se acercó y abrazo a su padre. El se arrodilló... Y le abrazó

Padre e hijo abrazados

Su madre se acercó y los dos empezaron a abrazar a su hijo que había regresado a casa.

Mientras tanto, Dani lloraba de emoción. La ilusión de Ikena por ver a su familia le había contagiado y estaba empezando a sentir nostalgia de su propia casa... y se fue a hurtadillas al baño para dejarlos solos.

"Tengo que volver" pensó Dani.

Luego, salió del baño y encontró a los padres y a Ikena sentados hablando sobre lo ocurrido...

Myriam, la madre, seguía llorando, sobre todo por lo que había pasado Ikena todo ese tiempo. Su padre, en cambio, sonreía al ver que su hijo estaba todavía con él y en su casa.

Se giraron para ver a Dani.

El padre se levanto y abrazó a Dani

- Muchas gracias por traer a Ikena a casa, me has devuelto otra vez la alegría de vivir

-...De nada...- respondió Dani- pero antes tengo que deciros algo.

Se volvieron a sentar en el salón y Dani comenzó a relatar, desde el momento de la cueva, todo lo ocurrido.

Cuando terminó, el padre preguntó:

-Entonces... Dices que vienes de otro lugar que no es de este mundo, que te han transformado en Lucario y a tus amigos en otros Pokemon, que la galleta que se ha tomado mi hijo solo dura seis horas en la que es humano durante ese tiempo... Y que Ikena va a ser un Zangoose hasta que encontréis una cura...

-Si - Dani asintió

Los padres se quedaron callados.

- Me da igual en qué forma o que es lo que haya pasado, bien es verdad que mi hijo es un Zangoose... Pero Zangoose o no, es mi hijo, y me da igual si al final no encontráis ni una cura, pero este es mi hijo y lo cuidaré hasta que ya no pueda más - dijo Myriam señalando a su hijo.

Ikena no podía hablar. Varias lágrimas recorrían otra vez su mejilla.

- Gracias mamá- y la abrazó

Diez minutos después, Dani tuvo que irse, con la excusa de que tenía que irse ya a su casa. Estaba a punto de salir de la casa de Ikena cuando sus amigos aparecieron por el horizonte.

-¡Dani!¡Dani!- gritó Isaac- Tenemos que deciros a Ikena y a ti algo muy preocupante

-Eh...

-Tenemos que hablar



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Pokémon, ¡Soy un Pokemon! Entre FronterasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora