II. Capítulo 34: La teoría de la Esencia

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El Valle de los Eevees

Un inmenso mar se extendía a lo largo de la costa. A espaldas del Sylveon, la gran montaña cerraba con sus brazos el Valle que se había convertido en su hogar.

Unos metros más adentro del bosque estaba el lugar donde perdió su humanidad. Cada cierto tiempo regresaba para reflexionar sobre su vida. Por mucho que la paz estuviese ahí, no podía olvidar todo lo que había pasado. El laboratorio, su dualidad salvaje, la explosión...

Cuando las pesadillas le golpeaban, se retiraba un rato a reflexionar ahí abajo y comenzaba a pensar en todo lo que había pasado tras su llegada al Valle.
Su encuentro con Xerneas, Jirachi, Arce, Fir, Aria; la expulsión de los Graveler, la traición de Gueri, la muerte de Eanor y Beri; el intento de asesinato de Fir; el incendió del sur.... Entre otras cosas.

Y la que más lo dejó pensativo: la llegada del barco de investigación de los hombres grises; y cómo logró expulsarlos sin revelar su identidad... Pero luego de que se fueran, muchos quisieron expulsarlo por saber que era humano, pero con mucho dolor, permaneció un tiempo exiliado hasta que Fir, Aria y Arce lograron convencer a gran parte de lo valioso que en realidad era.

Muchos recuerdos bastante dolorosos le inundaban mientras paseaba por ellos. Pero tras haber perseverado ahora podía tener la paz que ahora tenía.

Fue en ese momento en el que Xerneas empezó a susurrarle que "era la hora", durante varios años. ¿Cómo era posible que a pesar de todo, de haber dejado a sus amigos, sacrificar todo lo que el había sido, alguien le seguía pidiendo más?

Se había ganado el respeto de la aldea y con esfuerzo se había convertido en su protector. Ahora tenía un lugar en el que descansar, un propósito de vida: cuidar a Aria y a su familia. ¿Por qué aún así seguía teniendo esa sensación de insatisfacción?¿Por qué esa sensación de ir hacía Musharna y viajar en sueños?

Una luz azul y rosada, emergía con el último rayo de luz del ocaso. Dani salió de sus pensamientos.

Esta vez no era solo una voz en su cabeza, ni una ilusión.
Ante él, el Pokemon ciervo se posaba majestuoso en la linde del bosque. Xerneas lo miraba analizando su alma. El Sylveon tragó saliva.

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-Deja que te explique - dijo Zerio mirando a una Aly y una Zarky confundidas- Zarky, llevo varios años investigando la genética entre humanos y Pokemon con el fin de unirlos en uno.- Zarky asintió- Cuando aquel portal se cerró pude observar varias anomalías que sucedieron en ese momento.

-¿Llegaste a estar? - preguntó la Zorua. Zerio asintió.

-Aunque solo pude estar en el momento en el que se cerraba y Deimos preguntaba que había pasado. Como el líquido se había disuelto al realizar el portal se enfadó muchísimo y mandó traer más; pero en el segundo intento fracasó.
Analizándolo se descubrió que contenía cuatro códigos genéticos de cadenas diferentes - se detuvo un momento a mirar a Jack- sondeando el territorio entero, se descubrió que una fisura dimensional similar a la que sucedió en el laboratorio se generó en Sinnoh; por lo que usaron sus medios para localizar esa fisura. Para sorpresa de los científicos y de Deimos, cuatro estelas cruzaron aquel portal entre rayos y aterrizaron en un lugar bastante lejos de ahí; por lo que enviaron patrullas para encontrar esas estelas. En ese tiempo ya se estaba poniendo a prueba el control de la voluntad; por lo que varios sujetos comenzaron a ser transformados y controlados. Se centraron especialmente en aquella zona para localizar esos objetos extraños.

-Isaac, Jack, Raven y Dani - interrumpió Aly- por eso Ikena fue controlado, por eso a mi madre la transformaron y nos intentaron controlar...

Pokémon, ¡Soy un Pokemon! Entre FronterasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora