Pokémon, ¡Soy un Pokemon! Entre Fronteras

Capítulo 27: Desapego

La cara mostraba signos de haber estado llorando. Se miraba fijamente sin saber por qué. Poco a poco iba siendo consciente de su situación.

Habían sido unos años muy productivos, pero por alguna razón, Ruth se sentía mal.

Elisa entró en la habitación sobresaltando a Ruth.

-Ruth, tu madre está aquí- dijo al entrar.

Elisa tampoco tenía una expresión de felicidad. Más bien, su voz sonaba muy seria.

De pronto, los recuerdos de la última semana le golpearon de sopetón, haciéndo que cayera al suelo completamente sumida en un mar de lágrimas...

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-... tras explicar todo lo ocurrido, no puedo hacer otra cosa que expulsarla de la universidad.- declaró firmemente el director

Su madre estaba ahí, viendo como le relataban lo ocurrido, sobre todo el día anterior. Sabía que era su culpa, pero su...

-Señorita Raven- la voz del director le sacó de su ensimismamiento.

-¿Sí?- dijo Ruth con voz trémula

-Vaya a su habitación y recoja sus cosas

Ruth se levantó sin rechistar.

Mientras caminaba a su cuarto, los recuerdos le asaltaban recuerdos de esa semana.

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Dia 1

-... y con esto está terminado.

Ruth salió de debajo de un aparato que parecía un helicóptero pequeño.

-Creo que poniendo este cable aquí debería funcionar- dijo Isaac examinando una pantalla.

-Hola chicos- Elisa entraba por la puerta del laboratorio donde trabajaban los dos

-Elisa- Ruth la abrazó con toda la suciedad

-¿Qué tal está mi hermanito?- preguntó Elisa

-Estoy aquí- respondió Isaac- ni que estuviera enfermo

Elise rió.

- ¿Cómo va el trabajo de fin de grado?

-Pues va bien- contestó Ruth- creo que con esto ya va a estar

-Lleváis dos años trabajando en esto- dijo Elisa asombrada por esa especie de helicóptero.

-Ya es hora de acabarlo.

Por increíble que parezca, Ruth había logrado aprobar todas las asignaturas de primero y segundo curso en un año. Había estado desde el minuto 1 encerrada en su habitación estudiando, aprendiendo y leyendo todo tipo de información relacionada con la biología y la genética. Tal era su pasión, que por las noches, cuando Elisa llegaba a la habitación, Ruth tenía que apartar una pila de libros todos los días y más de una vez al mes, tenía que cogerla y llevársela a caminar para que respirase aire fresco.