Un verdadero amor. 8a parte.

💘1407

Capítulo 1407

"¿Qué harás cuando se cases? ¿Te vas a quedar viviendo aquí o te mudarás? En esta casa siempre tendrás un lugar".
Eso era lo que pensaba Hyun. Si Lucas y Yeineth decidieran quedarse allí, él reorganizaría las habitaciones de su casa; pero si preferían vivir en otro lugar, solo tendrían que buscar la casa perfecta para ellos.

"No lo hemos discutido todavía, pero creo que lo más probable es que nos mudemos. He estado buscando y le tengo el ojo puesto a varias casas en esta zona".
La razón por la que Lucas no quería quedarse allí era porque no deseaba que la familia encontrara nada extraño entre ellos, le preocupaba el hecho de que su relación pudiera ser el centro de atención en la casa.

Tener su propio espacio sería bueno para mantener su privacidad, por eso era que prefería vivir solo con su futura esposa.

"Está bien, entiendo, yo me encargaré de encontrarte una casa, no tienes por qué preocuparte por eso".
Dijo Hyun seriamente. Cuando se trataba de cosas importantes como esa, él no se lo tomaba a la ligera.

"¡No, no, descuida! ¡Puedo pagar por una casa!"
Se negó Lucas. Él había ahorrado una buena cantidad de dinero a lo largo de todos esos años, tanto así que incluso podía permitirse comprar un centro comercial si lo quisiera.

Gracias a Hyun, él siempre había sido bien remunerado; además de eso, poseía acciones del FX International Group. La verdad era que Lucas era bastante rico.

"¡Considéralo nuestro regalo de bodas para ti y tu futura esposa! ¡No se diga más! No lo rechaces, por favor".
Con toda certeza Hyun sabía que a Lucas no le faltaba el dinero, pues conocía exactamente cuánto dinero ganaba; pero realmente quería regalarle una casa y no aceptaría un "no" como respuesta.

Además, para Hyun no sería ningún problema conseguirle una casa cerca porque el dinero le sobraba.

Así que le compró una casa no muy lejos de la suya al precio más alto; era una construcción completamente nueva, nadie había vivido allí antes. El vendedor ni siquiera vivía en la ciudad, tan solo la había construido como inversión, y aceptó sin chistar la generosa oferta de Hyun.

Además, hizo el trato a través de FX International Group, ese era el punto clave, pues todos los empresarios en la ciudad sabían que obtendrían generosas ganancias si hacían un trato con FX International Group.

Todos, a excepción de Saeng, quien estaba trabajando, estuvieron presentes cuando las dos familias se conocieron.

Antes de ese encuentro, el padre de Yeineth no estaba muy entusiasmado al respecto. Al fin y al cabo, era su única hija y él esperaba que tuviera una fastuosa ceremonia de bodas en vez de un simple registro.

Pero cuando se enteró de que el padre de Lucas era el antiguo jefe del FX International Group, dejó de quejarse por eso. Él no era ningún tonto, y obviamente conocía al FX International Group y todo el poder e influencia que tenía.

Aunque al mismo tiempo no pudo evitar sentirse preocupado por el hecho de que ellos estaban en la cúspide de la sociedad y eran bastante inalcanzables. ¿Estaría feliz su hija con pertenecer a esa familia y adoptar su estilo de vida? ¿La rechazarían ellos por su historia familiar?

Como su padre, no dejaba de pensar en eso; para él, esa chica fuerte y segura de sí misma nunca dejaría de ser su niñita. Por otro lado, la madre se encariñaba cada vez más con Lucas a medida que pasaba rato con él.

Ella no le hacía caso a las opiniones de su esposo y estaba bastante satisfecha con el muchacho. Todo el tiempo miraba a Lucas con una sonrisa en el rostro, lo cual lo incomodaba. Ahora entendió por qué Yeineth era tan buena mirando fijamente a la gente ¡Había heredado esa habilidad de su madre!

"Creo que ya está dicho, aunque todavía puedes dar marcha a atrás si lo deseas. ¿Estás segura de que quieres hacer esto?"
Le preguntó Lucas antes de entrar en la oficina de asuntos civiles, dándole la última oportunidad de cambiar de parecer.

"¿Acaso lo estás tú? ¡Hagamos esto de una vez!"
Dijo Yeineth, respirando hondo. Ella lo había decidido desde hacía tiempo; así que no le importaba cuán difícil podía tornarse la vida en el futuro, ella sería fuerte y encararía cualquier situación con buena disposición y una sonrisa en el rostro; haría todo por ese hombre tan complicado a quien amaba tanto.

En la oficina habían varias parejas esperando, pero ninguno tenía el semblante tan tranquilo y sereno como ellos. Yeineth no pudo evitar sentirse un tanto incómoda ante semejante escena, todas las parejas a su alrededor hablaban y reían íntimamente excepto ellos, que tenían una expresión muy seria en el rostro y no sonreían para nada.

Parecía como si hubiesen ido a divorciarse y no a casarse. Por su parte, Lucas se quedó de pie con una expresión gélida en el rostro, estaba inmutable, como si hubiera sido capturado como rehén y no pudiera moverse. Él simplemente se mantuvo distante, a pesar del ambiente festivo de las parejas a su alrededor.

Cuando estaba por firmar, Yeineth se detuvo por un momento como si lo estuviera considerando, lo que hizo que Lucas frunciera el ceño. ¿Ahora en qué estaba pensando? ¿Acaso se arrepentiría?

"Señorita, aún está a tiempo de dar marcha a atrás si no quiere casarse con él".
Dijo la joven mujer quien estaba encargada del registro del matrimonio. Ella nunca había visto a nadie venir a casarse con una expresión tan gélida como la de Lucas.

Él había leído la declaración de matrimonio de mala gana y con una voz tan monótona que la hizo pensar que él estaba allí por obligación.

"No, no ya firmo".
Dijo Yeineth con una torpe sonrisa. Se había maquillado poco ese día y tenía puesta una falda que casi no solía usar; HongKi la había ayudado a lucir elegante.

Pues era un.diseñador célebre, así que se aseguró de hacer que su amiga luciera espléndida el día de su matrimonio.

Cuando finalmente les sellaron su certificado de matrimonio, ambos se sintieron tan aliviados como si el sello hubiese sido estampado en sus corazones.

Ella sentía que por fin ese hombre que tanto amaba le pertenecería por toda la eternidad; mientras que él sabía que su vida cambiaría completamente a partir de ese momento, lo cual lo atemorizaba.