Un verdadero amor. 8a parte.

💘1486

Capítulo 1486

"¿Por qué tardaste tanto en subir? ¿Qué estabas haciendo abajo?"
Preguntó PolPruk con una sonrisa juguetona. Luego caminó hacia la cama y se sentó junto a él.

"Uh... ¿Cuándo has entrado?"
Saint se enderezó y pensó: '¡Maldita sea! ¿Sabe lo que estaba imaginando? ¡Vaya!'.

"¿Cuándo? Justo a tiempo para ver cómo agarrabas mi almohada y la olías".
Bromeó PolPruk mientras se apoyaba contra la cabecera de la cama. Tenía una pose muy seductora mientras cruzaba sus largas piernas y se volvía hacia su esposo.

Luego agregó: "Osea que... ¿de verdad estás tan loco por mí? Por como hueles mi almohada eso parece".

"No, no lo estoy. Solamente lo hacía para comprobar si hay algo de sudor. ¿No dicen que las almohadas de los hombres son las más malolientes, además de sus calcetines?"
Saint había oído eso en su época de estudiante.

"Podría ser cierto para otros hombres, pero yo soy médico. ¿Crees que soy tan sucio? Un hombre como yo nunca dejaría que su almohada apestara".
PolPruk se sintió reconfortado mientras hablaba con Saint, parecía que, al fin y al cabo, el matrimonio no era algo molesto en absoluto. En realidad, se sentía genial.

'Supongo que es bueno tener a alguien cerca con quien hablar de las cosas triviales del día a día. Tal vez la vida debería ser siempre así de simple y dulce', pensó.

"Para tu información, no tengo ni idea de la higiene de los médicos. Solo quería asegurarme de que tu olor a sudor no me despierte por la noche en caso de que me mueva a tu almohada".
Después de escuchar su explicación, no sabía qué decir, así que empezó a protestar ligeramente.

"Esto no suena nada convincente. Ven aquí".
Ordenó PolPruk mientras lo miraba como si fuera un rey esperando a que le obedecieran.

"¿Qué quieres?"
Saint inconscientemente tiró del cuello de su camisón como si quisiera protegerse.

"Dímelo tú. ¿Qué crees que debe hacer una pareja de recién casados, juntos en la misma cama?"
Aunque PolPruk no tenía la intención de hacerlo, no pudo evitar burlarse de aquella belleza que yacía a su lado.

"Er... Pero... Tengo hambre...".
Saint inmediatamente se arrepintió de lo que dijo tan pronto como salió de su boca, y pensó: '¿Por qué he dicho eso? ¡Oh, Dios mío! Seguro que me malinterpreta. ¿Cómo he sido tan estúpido?'.

"Chico, eres tan apasionado... ¿Estás seguro de que tienes hambre? Bueno, está bien. Si tanto deseas probarme, no me importa, adelante".
Dijo PolPruk divertido. Era como cualquier otro hombre, podía parecer un caballero por fuera, pero tenía sus necesidades y, además, deseaba a su esposo.

"Eso no es lo que quise decir. Quiero decir que tengo hambre. ¡Literalmente!"
Dijo Saint ansiosamente y pensó: '¡Dios mío! ¿Qué demonios estoy diciendo? ¡Él es quien ha empezado! ¿Cómo es que de repente parece que soy yo quien trata de seducirlo? ¡No soy ese tipo de chico! ¡Esto es tan injusto!'.

"¿Hambre? ¿Acaso un hombre tan grande como yo no puede satisfacerte?"
PolPruk levantó las cejas encantado de ver a su esposo nervioso y con cierta vergüenza. Cada vez que lo veía de esta manera se sentía feliz, y le hacía olvidar el hecho de que le mintió. Los hombres podrían ser muy generosos, sin embargo, perdonar a quienes les mintieron, eso era otra historia.

"Ya no estás enfadado conmigo, ¿verdad?"
Saint se inclinó hacia él y apoyó la barbilla con una mano.

"¿Por qué? ¿Quieres que lo esté?"
PolPruk había pensado mucho en esos días y entendió sus dudas. Todo el mundo decía que para amar u odiar a una persona se necesitaban motivos. Aunque no le gustaba que le hubiera mentido, sabía que lo hizo pensando en él.