Un verdadero amor. 8a parte.

💘1424

Capítulo 1424

"Ojalá fueras solo mi amante. Así no tendrías que hacer nada más que esperarme, sin otra preocupación más que la de mantenerte guapo para mí".
Dijo KyuJong sin rodeos. Estaba tan molesto que no sabía lo que decía.

"¡Ja! ¡Ya me gustaría a mí ver eso! No olvides que eres un militar de alto cargo y si tuvieras un amante te llevarían a una corte militar".
HongKi lo desafió, haciéndole mucha gracia ver a un hombre tener rabietas.

"Estoy dispuesto a arriesgarlo todo por ti"
KyuJong se arremangó y comenzó a lavar verduras.

"Vaya, parece que soy un seductor pero peligroso. Creo que ya he escuchado eso antes, pero ¡no recuerdo quién me lo dijo!"
Pasó sus manos cariñosamente por la espalda de KyuJong. Sabía que él no lo dejaría cocinar esa noche, así que se limitó solamente a ayudarle.

"Bueno, podrías haber sido en otra vida Cleopatra, la que enloqueció a militares y gobernadores".
KyuJong se moría por preguntarle sobre las medicinas, pero este no era el mejor momento. A pesar de que le mataba la curiosidad, él sabía que debía tomarse su tiempo y esperar el momento adecuado para hacerle esas preguntas.

"Jaja. Entonces eso te convertiría en Julio César".
Las bromas estaban mejorando. De hecho.

"Así que me vas a hechizar".
Dijo KyuJong, quien ya no estaba enojado. Le gustaba este tipo de intimidad, cocinando con el hombre que amaba. Los dos se burlaron el uno del otro, y la verdad era que HongKi prefería una escena cálida a cocinar él solo. Parecía que su corazón iba a estallar de felicidad.

Después de la cena, KyuJong lo llevó a sentarse en el sofá. Esta vez tenía la cara seria, lo que hacía que se sintiera nervioso.

"¿Qué pasa? Te has puesto muy serio ahora".
Sentía curiosidad por saber lo que le pasaba a su esposo esa noche. ¿Había algo extraño en la comida que comieron? Pero parecía estar bien.

"Kikí, soy tu esposo, ¿verdad?"
KyuJong puso sus manos sobre las de él e hizo que se girara para que pudiera mirarlo directamente a los ojos. Esta vez no tenía escapatoria.

"Por supuesto. ¿Por qué?"
HongKi podía escuchar los latidos de su corazón. Presentía que algo iba a suceder.

"Pero me estás ocultando algo. Habíamos acordado que no íbamos a tener secretos entre nosotros, pero no estás siendo completamente honesto conmigo".
Dijo KyuJong con el ceño fruncido. Parecía abatido.

"¿De qué estás hablando, Kyu? Juro que no te estoy ocultando nada. No te llenes la cabeza de tonterías. Te ves terrible. ¿Estás enfermo?"
HongKi puso su mano sobre la frente con preocupación.

"Estoy bien. ¿Y sabes qué? Hoy fui al hospital a ver a Pol. Pero él no me dijo nada y me pidió que hablara contigo".
Le dijo sin soltar la mano de su esposo. Era muy triste ver que no confiaba en él.

"Kyu... Por favor, perdóname. Pero realmente necesito más tiempo para pensarlo".
HongKi sabía que no podía ocultar su infertilidad por mucho más tiempo, pero no esperaba que lo descubriera o se diera cuenta tan pronto.

Pensó que no tendría que preocuparse por eso por lo menos antes de terminar los bocetos de muestra para la Semana de la Moda, pero ahora no tenía más remedio que hacerle frente al problema y hablar de él.

"Kikí, quiero estar a tu lado pase lo que pase. Por favor, no te guardes las cosas".
A KyuJong le dolía saber que su esposo no contaba con él en sus momentos más difíciles. Él tenía que haber sido la primera persona a quien recurrir al verse en momentos de dificultad.

"Lo sé, pero en realidad no es un problema grave. Por favor, entiéndeme. Estoy muy cansado. Quiero bañarme y acostarme temprano".
HongKi se puso de pie y dio por terminada la conversación. No tenía el corazón para contarle la brutal verdad, que nunca podrá ser padre en esta vida, al menos no con él.

"Bien, vale. No te obligaré, pero sabes que siempre voy a estar a tu lado y que puedes contar conmigo para lo que sea. Ya me lo dirás cuando estés listo para hacerlo".
Le había prometido a PolPruk que no lo forzaría si no se lo quería contar. Y como él no quería hablar de eso en ese momento, él estaba dispuesto a darle tiempo y esperar a que tuviera las fuerzas para hacerlo.

Él estaba convencido de que con el tiempo iba a poder poner sus ideas en orden y contarle lo que estaba pasando.

HongKi le dirigió una mirada llena de amor y luego subió tambaleándose las escaleras, con tanto pesar como si hubiera una feroz inundación y bestias salvajes esperándolo allá arriba.

KyuJong se recostó en el sofá con un suspiro y cerró los ojos. 'Kiki', soy tu esposo. ¿Por qué no me abres tu corazón? Deberíamos enfrentar esto juntos'. Pensó.

HongKi se apresuró al baño. Abrió la ducha inmediatamente, y se colocó debajo sin siquiera quitarse la ropa. El agua le caía por la cara y se mezclaba con las lágrimas.

La incapacidad de concebir un hijo ya no era un gran problema en la sociedad moderna, pero le resultaba difícil aceptar que nunca podría convertirse en appa. Si no estuviera enamorado, podrían firmar un acuerdo de divorcio, pero no quería separarse de él y renunciar al gran amor que se tenían y que tanto esfuerzo le había costado construir.

De niño nunca se sintió desafortunado, ni siquiera por no tener a su madre a su lado, ya que sus hermanos se esmeraron por darle los mejores cuidados y lo trataban como si fuera un tesoro para ellos.

Pero ahora no podía evitar sentirse indefenso y pensar en lo injusto que era todo esto. Tenía un matrimonio feliz que todos admiraban, pero ¿por qué se les privaba de la alegría de ser padres? Si fuera egoísta, se lo contaría a KyuJong y le daría la opción de divorciarse por este motivo, pero no podía hacerlo.

Lo amaba demasiado y no estaba dispuesto a imponerle su desgracia. Él no tenía la culpa de nada ni había hecho nada malo. Nada de esto era culpa suya y no tenía que sufrir por él.

Se lavó la cara para quitarse las lágrimas, con el corazón lleno de profunda tristeza. Aunque sabía sobre su infertilidad desde hacía un tiempo, nunca dijo nada a nadie ni derramó una lágrima por ello.

Pero cuando su esposo comenzó a hacer preguntas, fue como si la represa que contenía todos sus miedos y emociones se rompiera, haciendo que todos esos sentimientos salieran sin control.

Quería refugiarse en sus brazos y escuchar sus palabras de consuelo, pero no tenía el coraje de ver la tristeza reflejada en sus ojos si él descubría la verdad. Era por eso que había optado por ser cobarde y escapar de la realidad.