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Capítulo 1425

KyuJong se paró frente a la puerta del baño y llamó varias veces. HongKi llevaba en el baño bastante tiempo y él pensaba que ya debería haber salido. No podía evitar preocuparse por si le hubiera pasado algo allí dentro.

"Esto... Olvidé traer mi ropa".
Respondió abruptamente al escucharlo tocar. Su voz sonaba un poco ronca, ya que había estado llorando durante mucho tiempo.

"Está bien, espera un segundo".
Sin poder evitar que le hiciera gracia, sacudió la cabeza y se dio la vuelta. Se acercó al armario y agarró el pijama. Por un momento llegó a pensar que se había desmayado en el baño.

Se sintió aliviado de que finalmente solo hubiera olvidado su ropa y que no supiera cómo decírselo. Así era, todavía se avergonzaba por cosas como esta. Aunque ya se habían visto desnudos muchas veces, no podía evitar sentirse incómodo al pensar en ello. Era realmente tímido.

"Kikí, abre la puerta".
Dijo él esperando a que abriese, tras regresar con la ropa. Sabía que no le abriría por completo. Y tenía razón. Muy pronto, la puerta se entreabrió solo un poco y asomó un brazo delgado, como si esperara a que le pusiera la ropa en la mano.

Si no hubiera sido invierno, seguramente se habría burlado de él, pero el aire fuera del baño era frío, y le preocupaba que él pudiera resfriarse si la puerta permanecía abierta por demasiado tiempo.

Al cerrarse de nuevo, se quedó allí mismo y esperó a que su esposo saliera. KyuJong tenía un cierto aire triste esa noche y, aunque su hermoso rostro era duro y serio, las huellas de tristeza en sus ojos eran notoriamente visibles.

"¿Has estado llorando en el baño?"
Tan pronto como salió, él lo tomó en sus brazos y comenzó a plantarle pequeños besos en la cara. Se detuvo cuando sus labios tocaron los párpados de él, notando que los ojos estaban hinchados y rojos. De este modo, se echó hacia atrás y lo miró, ya que quería escuchar la verdad.

"No. Es solo el vapor. Me hizo llorar un poco".
HongKi se obligó a mirarlo a los ojos al decir esa mentira. Podía sentir el calor que emanaba del cuerpo de KyuJong, y solo Dios sabía cuánto deseaba sentir ese calor de nuevo.

"Kikí, ¿alguien te ha dicho alguna vez que mientes realmente mal? Por la expresión de tu rostro, sé que estás mintiendo".
Las comisuras de los labios de KyuJong se abrieron mostrando una sonrisa. Hacía ese gesto con tanta gracia y le hacía tan guapo que HongKi no pudo evitar que su corazón latiese agitado.

"Yo....".
Estaba sin palabras. No sabía cómo responderle a su marido.

Sí, había mentido, pero tampoco quería contarle el motivo por el que lo había hecho. Luego luchó por alejarse de sus brazos, pero él era tan fuerte que no pudo hacerlo y, en cambio, lo abrazó incluso con más fuerza.

"Kikí, nunca intentes huir de mí, ¿de acuerdo?"
Los labios casi tocaban su oreja y su rostro empezó a arder. Por su tono, podía asegurar que la advertencia era seria pero, al mismo tiempo, ese comportamiento posesivo lo estaba excitando. Levantó la cabeza y lo miró con ojos nerviosos. ¿Habría notado él su manera de actuar últimamente?

Por su lado, KyuJong no pudo evitar excitarse al ver cómo la piel de su esposo lucía tan impecable y apetecible, además de roja por el vapor de la ducha.

Sus ojos empezaron a brillar intensamente mientras lo miraba de manera inocente. Tragó saliva y, sin poder contenerse más, se inclinó y lo besó apasionadamente.

El aire se tornó cálido mientras lo envolvía con fuerza en sus brazos y lo llevaba hacia la cama. Suavemente dejó caer a su pequeño esposo y se inclinó para besarlo un poco más.

Sus besos cada vez eran más pasionales y, antes de darse cuenta, ambos estaban perdidos en un torrente de deseo. Después de su ardiente relación sexual, HongKi se durmió de inmediato, demasiado cansado.

Su respiración era tranquila y su rostro reflejaba calma. Sin embargo, KyuJong no podía conciliar el sueño, por lo que arropó a su esposo y caminó hacia el balcón.

Poco después ya estaba mirando el cielo nocturno con un cigarrillo entre los dedos. Rara vez fumaba, pero esa noche fue una excepción, ya que no podía evitar sentir que algo le pasaba a su esposo.

Aunque acaban de hacer el amor de manera apasionada, todavía sentía que algo no andaba bien. Tenía una sensación de inquietud por la forma en que actuaba esos últimos días.

No podía evitar tener miedo de despertarse un día y descubrir que se había ido. Se había convertido en una parte tan importante de su vida, que simplemente no podía perderlo.

Sabía que algo le preocupaba, pero él no se lo diría. Eso le frustraba mucho. Por esto era tierno con él pero también apasionado durante el sexo, como si, en cierta manera, estuviera tratando de derretir las paredes del dolor que ocultaba en lo más profundo de su corazón.

Era su forma de decirle que estaría con él siempre, sin importarle qué pudiera estar pasándole.

En algún momento cuando estaban haciendo el amor había sentido que había funcionado, pero esa sensación ya se había esfumado y seguía sin saber lo que su esposo estaba pensando.

Los labios se torcieron dejando ver una amarga sonrisa. Su corazón latía dolorosamente cada vez que le daba vueltas al tema. Como un soldado fuerte y resistente que era, no creía que hubiera nada que no pudiera lograr si trabajaba lo suficientemente duro. Sin embargo, con HongKi, a veces se sentía inútil y desarmado.

Todavía había muchas ocasiones en las que no podía entenderlo, a pesar de que estaban enamorados el uno del otro. Él estaba seguro de que lo amaba con locura, conque no podía entender por qué estaba escondiendo lo que fuese que lo entristecía. A veces no sabía qué hacer, especialmente cuando actuaba así.

Un verdadero amor. 8a parte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora