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Capítulo 1484

HongKi miró el reloj. Era la hora de su medicina. Aunque había dejado a KyuJong, todavía insistía en tomarla, haciendo una especie de esfuerzo involuntario, como si todavía guardase un hueco para la esperanza en su corazón.

La medicina era amarga y le supo más desagradable que la última que tomó, sin embargo, controló su impulso de vomitar y se obligó a digerirla.

París era una ciudad que conocía a la perfección. Esconderse allí no lo hacía sentirse solo y, además, lo ayudaba porque tenía con qué mantener su mente ocupada. Aquello era lo que evitaba que se volviera flojo y perezoso.

El único inconveniente era que tenía que estar disfrazado en todo momento para evitar ser reconocido, consciente de la posibilidad de que su familia y amigos hubieran contratado a algún detective privado, por lo que decidió ser muy cuidadoso al respecto.

Aunque Jonathan había enviado a algunas personas para protegerlo, no estaba de más tomar precauciones adicionales. Mirando aquel brebaje medicinal espeso y negro, se mordió el labio perdido en sus pensamientos.

Finalmente, reunió todo su coraje y se lo bebió de un solo trago. La amargura que la medicina le dejó en la boca iba de la mano a la que sentía en su corazón. Parecía que aquel gusto desagradable no se le iría nunca.

KyuJong experimentó un dolor repentino en el estómago, como si pudiera sentir lo mismo que HongKi, y eso le preocupaba. Ya había pasado un mes. Había pensado que no podría soportar el estar separados tanto tiempo. Pero no fue así. Después de esperar a que regresara todo ese tiempo, nada había cambiado.

Parecía haber sobreestimado su amor por él. En ese momento rompió los papeles del divorcio, lleno de ira. La carta que le dejó estaba guardada en un cajón de su escritorio. Tenía grabados tanto su amor como su crueldad hacia él.

Cada vez que lo echaba de menos, sacaba aquella carta y la leía de nuevo, mirándola con nostalgia, como si pudiera estar viendolo en el momento de escribirla.

"Mayor General".
Saludó la señora Xu.

"¿Dónde está HongKi? Hace mucho que no viene por aquí".
KyuJong estaba en el edificio residencial de la base, y la señora Xu pasó a verlo.

En casa no podía dejar de obsesionarse con HongKi, dondequiera que mirara, todo le recordaba a él, así que para liberar su mente decidió que la residencia de la base era el mejor lugar en el que quedarse.

"¡Oh! Él se fue al extranjero, se quedará allí por un tiempo. Se lo comentaré y, tal vez, venga a visitarlos tan pronto como regrese".
Con una sonrisa educada pero forzada, no sabía qué más decir. Lo cierto era que él tampoco sabía cuánto tiempo estaría lejos.

"Oh, ya veo, ya veo. ¡Está bien! No lo he visto en mucho tiempo. Todos lo echamos de menos".
La señora Xu admiraba a HongKi; era amable y nunca olvidaba enviarles algunos regalos. Se llevaba bien con ellos. A todo el mundo terminó por caerle bien, incluso aunque no hiciera nada por conseguirlo.

"Está bien, se lo diré".
En la base la extrañaban, pero no tanto como él. Lo anhelaba tanto que a veces apenas podía respirar. En cualquier caso, si llegaba el día en que decidiera regresar, él seguiría estando allí para él. Tuvo que reprimir el dolor y continuar con su vida como si nada hubiera sucedido.

KyuJong estaba subiendo las escaleras cuando descubrió que alguien estaba de pie junto a la puerta de su apartamento. Tan pronto como reconoció a aquella persona, frunció el ceño, se volvió y se dirigió hacia las escaleras nuevamente. Sabía que a HongKi no le gustaría que aquel hombre estuviera cerca de él.

"Kyu, ¡espera!"
GeunSuk corrió hacia él tan pronto como lo vio.

KyuJong maldijo por lo bajo, y al escucharlo, comenzó a caminar más rápidamente. Sin embargo, tuvo que detenerse y saludar a otro oficial, con lo que él logró alcanzarlo con bastante facilidad.

"¿Por qué me evitas siempre, Kyu?"
Preguntó, haciendo un puchero tímidamente. Había escuchado que HongKi había desaparecido de su lado y se apresuró a acercarse a él. 'Por fin', pensó, 'tengo la oportunidad de tenerlo ahora'.

"Porque a mi esposo no le gusta verme con otros".
Respondió simplemente, y sin darse la vuelta para mirarlo, siguió caminando hacia la base militar. Había planeado quedarse en la residencia militar aquella noche pero parecía que, con GeunSuk por allí, tendría que regresar a casa.

"¿Pero no te ha dejado? ¡Te lo advertí, te dije que un chico rico como él no sería un buen esposo para un soldado!"
GeunSuk se rio entre dientes, como si él pensara solo en el bienestar de KyuJong.

"Eso es lo que tú te crees. Por cierto señorito, si no recuerdo mal, el Comandante te prohíbe ingresar en la base. Me pregunto cómo se sentirá si descubre que estás aquí. ¿Cabreado, tal vez?"
Dijo él, sin parar de caminar, con una sonrisa fría mientras miraba su expresión de asombro. Sabía que los guardias no lo detendrían y lo dejarían pasar si iba con él. Era la única razón lógica para desobedecer las órdenes del Comandante.

"¡Tú... lo has hecho a propósito!"
La cara de GeunSuk palideció inmediatamente al darse cuenta.

Su padre le había advertido anteriormente de que, si alguna vez descubría que desobedecía sus órdenes, lo obligaría a irse de casa y a vivir en la indigencia. Ya sabía lo que era estar desempleado debido a su falta de habilidades, con que podría hasta morirse de hambre si la familia lo echaba.

"¡Adiós!"
Dijo KyuJong, sin admitirlo ni negarlo. Su única respuesta fue subir al auto y alejarse, ya que no quería perder ni un segundo más de su tiempo con el.

'¡Maldición!', pensó GeunSuk, pisoteando el suelo, y salió de la base del ejército rápidamente, esperando que su presencia no fuera reportada a su padre. De lo contrario, habría terribles consecuencias esperándolo.

KyuJong se había acostumbrado a tener una cena caliente esperándole en casa, pero ahora, con HongKi lejos de allí, en lugar de bienvenidas no había más que oscuridad en las estancias.

Aunque ya había pasado un mes, todavía no podía aceptar la realidad. Seguía pensando que aparecería por casa en cualquier momento, mirándolo con una gran sonrisa y luego le besaría suavemente en la mejilla. Sería tremendamente feliz si eso sucediera.

"Te extraño, pero tú no lo sabes..".
Se dijo en voz baja, tragándose el nudo de su garganta. Dondequiera que mirase, lo veía: el lindo, el malo o el encantador. Echaba de menos todas las diferentes versiones de él. Pero cada vez que extendía la mano para tocar su rostro y sostenerlo en sus brazos, desaparecía en el aire. Le dolía tanto que parecía que fuera a estallarle el corazón en cualquier momento.

Un verdadero amor. 8a parte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora