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Capítulo 1497

"Es una amiga de mi clase. Quiere que vaya de compras con ella".
Dijo Yeineth, mientras metía su celular en el bolsillo. Lucas se comportaba muy extraño. Jamás se había preocupado por su vida diaria. Pero ese día mostraba cierto interés. Era totalmente extraño, pues por lo regular ella era casi invisible para él.

"Está bien".
Respondió Lucas, con indiferencia. Había estado sondeándola, pues planeaba llevarla a pasear a algún lado. Pero aquellas palabras habían matado su entusiasmo. Y ahora que estaba a punto de salir de compras, ya no podía pedirle que salieran.

"Me voy. Volveré pronto".
Yeineth sabía que no le importaría, pero de todas formas quiso informarle. De cualquier forma, no le costaba nada. Lo amaba y quería compartir todo con su marido, a pesar de que a él no le importara.

"Bien".
Espetó Lucas para luego subir las escaleras, dejándola sola.

Yeineth se mordió el labio inferior ligeramente. Pensaba que quizás se hubiera podido lograr alguna pequeña mejora en su relación. Pero no era más que una ilusión. Estaba tan distante como siempre.

De pie junto a la ventana del segundo piso, Lucas la vio salir de la casa a paso de tortuga. Afortunadamente, el servicio de transporte que estaba cerca de la casa era bastante conveniente. Así que, aunque no condujera, igual podría tomar un autobús o un taxi.

Lucas no apartó la mirada de aquella silueta cada vez más distante hasta que desapareció a la vuelta de la esquina. Y cuando finalmente se fue, una ola de soledad lo invadió. Nunca antes le había sucedido esto. Se sentía aburrido e inquieto sin ella, como si hubiera perdido algo importante. Mirando la puerta delantera vacía, rápidamente se dio la vuelta y se alejó de la ventana.

"¿Por qué él está aquí?"
Yeineth explotó cuando vio a Bradley junto a Hilda. Sintió que la estaban tratando como a una tonta. Y la que había planeado todo era su buena amiga, o eso pensaba. Su corazón se estrujó por el dolor y la ira.

"Lo siento, Yein".
Dijo Hilda, sintiéndose terriblemente culpable.

"Me pidió que hiciera esto. Y en verdad no supe cómo rechazarlo".
Hilda la miró, que estaba furiosa, y se sintió algo atemorizada.

"Así que, ¿elegiste mentirme por él?"
Yeineth la miró enfadada. Estaba extremadamente molesta. Pero también sabía que la idea de engañarla no era de Hilda.

"No es su culpa. Yo le pedí que me dejara acompañarla. No te enojes con ella".
Explicó Bradley inmediatamente, al ver que las cosas se ponían tensas entre las dos chicas.

"Ya sé que no es su culpa. Todo esto es una de tus triquiñuelas. Contesta, ¿qué quieres de mí?"
Yeineth preguntó, furiosa. Le había tendido una trampa, y ella había caído.

"¿Una de mis triquiñuelas? Pero si no es nada del otro mundo. Solo quería invitarlas a ver una película y luego comer juntos. Eso es todo. No hay ninguna trampa detrás. Tan solo le pedí a Hilda que no te dijera que vendría. No me malinterpretes, por favor. Solo quería sorprenderte".
Dijo tratando de razonar con ella. La ira de Yeineth era algo totalmente inesperado. Estaba sorprendido por su reacción y no sabía cómo tranquilizarla. Se veía sumamente intimidante, cegada con toda esa ira.

"Bueno, ¡vaya que me has sorprendido! No me importa cuáles sean tus intenciones, no quiero estar cerca de gente rica como tú".
Era bastante irónico, viniendo de ella. Pero eso era lo mejor que se podía decir de chicos así de arrogantes que venían de familias bien acomodadas. Por lo general, eso les daba en donde más les dolía

"Parece que no te agradan las personas ricas".
Dijo Bradley, frunciendo el ceño. Estaba confundido por su ira; parece que ese día estaba realmente irritable.

"No, no me disgusta la gente rica. Simplemente no quiero perder mi tiempo contigo. No quiero que esto vuelva a suceder".
Cuanto más tiempo la persiguiera este chico, más difícil sería arreglar las cosas.

A Yeineth le gustaba lidiar con estos asuntos rápidamente. No le importaba cuánto le gustara a Bradley, o por qué razón querría estar cerca de ella. En su opinión, era solo un niñato rico y consentido, que estaba obsesionado con ella por instinto. Un bribón como él nunca amaría a alguien de verdad, al menos no a esa edad.

"Pero por lo que veo, parece que me estás prejuzgando".
Bradley nunca se había comportado así de humilde con una mujer. Ella era una excepción. Con ella se obligó a hacer cosas que nunca había antes hecho.

"Eso es porque eres el único con quien no deseo hablar".
Dijo con dureza. ¡Esperaba que él entendiera sus palabras y la dejara en paz!

"¿Por qué?"
Bradley preguntó, insatisfecho con su explicación.

Ella suspiró: "Porque no eres mi tipo. Y aunque lo fueras, eso no cambiaría nada, amo a otro hombre y vamos a pasar el resto de nuestras vidas juntos".
Trató de deshacerse de él de una vez por todas, así que intentó aclarar las cosas. ¡Era hora de que se dejara de tonterías! Bradley se sorprendió con aquella confesión, mientras Hilda la miraba completamente anonadada.

Pero no se desanimó, diciendo con firmeza: "No me importa si debo competir con él".

"Bueno, a mí sí".
Dijo una voz repentinamente desde atrás. Yeineth se dio la vuelta rápidamente, reconociendo la voz.

"¡Lucas! Yo...".
Ella tartamudeó. Pero él no la estaba mirando, sus ojos estaban fijos en Bradley, ella no podía leer la expresión de aquellos ojos, debido a las gafas de sol que llevaba.

Yeineth jamás esperó que Lucas aparecería allí. Por lo que entró en pánico por esa repentina aparición y por la incómoda situación en la que se encontraba. Realmente no sabía qué hacer.

Hilda caminó a su lado y le preguntó: "¿Es este tu hermano, Yein? He escuchado su voz en el teléfono antes. Pero no pensé que fuera tan guapo".
Miraba a Lucas obsesivamente. Se veía sumamente maduro y tranquilo. Un muchacho como Bradley nunca podría dar esa impresión.

"Ah... él...".
Yeineth no sabía qué decir. No había manera de que pudiera explicar esta situación a Hilda o Lucas en ese momento.

Lucas se sintió incómodo y enojado. ¿Desde cuándo se había convertido en su hermano en lugar de su esposo?

Bradley miró al hombre por un rato y después de escuchar a Hilda, se adelantó y dijo: "¡Eres el hermano de mi Yein! Encantado de conocerte. Soy Bradley, compañero de clases".
Extendió la mano para saludarlo amistosamente. Lucas miró su mano y luego a él de forma inexpresiva, sin responder nada.

Bradley tuvo que retirar su mano de forma torpe. Estaba enfurecido. Nunca había sido tratado de esta manera por nadie. Primero Yeineth, y ahora su hermano. Apretó los dientes, pero no dijo nada.

"¿Así es cómo me presentas a tus compañeros de clase?"
Lucas preguntó con los dientes apretados. Aún con las gafas de sol, Yeineth podía sentir cómo su mirada feroz la atravesaba.

"No es lo que piensas. Te lo explicaré de regreso, ¿de acuerdo?"
En aquel momento, un pensamiento se le cruzó por la mente: Lucas estaba en casa cuando ella se fue. Entonces, ¿por qué estaba allí? ¿Acaso la siguió a escondidas? Sintió que su ira aumentaba al pensar en esa posibilidad. Ya que pensaba que lo había hecho porque no confiaba en ella.

Un verdadero amor. 8a parte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora