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Capítulo 1419

"Los hombres se encuentran con chicas en los bares con el único propósito de tener sexo con ellas. ¿Acaso no lo sabes? ¿Qué? ¿Estás esperando a tu cliente? No creas que puedes engañarme pretendiendo actuar como una chica decente".
Dijo el hombre, mirandola desdeñosamente y hablándole con agresividad. se había enojado mucho con ella luego de que se burlara de él.

"¿Qué acabas de decir? ¡Dilo de nuevo si es que tienes las agallas para hacerlo!"
Dijo, agarrándolo repentinamente por el cuello. ¿Qué le hizo pensar que ella era una prostituta? ¿Acaso estaba ciego el muy imbécil?

"¡Sí, claro! Por supuesto que lo diré una vez más, pero más te vale que lo escuches bien para no tener que volverlo a repetir. ¡No eres más que una prostituta! No finjas ser una mujer inocente. ¿Está lo suficientemente claro para ti ahora?"
La continuó desafiando el hombre, con mucho atrevimiento.

Era extremadamente humillante para un hombre que una mujer lo agarrara por el cuello en público, tal como lo había hecho Yeineth. ¿Cómo iba a bajar la cabeza ante ella cuando todos los estaban viendo?

"¡Perfecto, ahora lo pagarás! ¡Considérate muerto!"
Dijo, dándole un puñetazo en el estómago sin vacilar. El hombre se encogió por el golpe pero fue capaz de recuperarse y contraatacar.

Por fortuna, ella logró evitarlo, pero, en un santiamén, la situación se salió de control y antes de que ella pudiera darse cuenta de lo que había pasado, ya estaba en la estación de policía. Además, tuvo que enfrentarse a Lucas, quien estaba demasiado molesto.

No era para menos, pues hasta un hombre tan apacible como él se enfurecería si lo llamaban de la policía a media noche para informarle que su esposa estaba detenida.

Era obvio que Lucas estaba molesto; y al verlo, Yeineth bajó la cabeza y se quedó viendo los dedos de los pies.

Por su parte, el hombre a quien había golpeado estaba sentado junto a ella retorciéndose de dolor. Su camisa estaba hecha jirones, dejando ver múltiples rasguños sangrantes en su cuerpo; y lo peor era el lado derecho de la cara que estaba todo hinchado. El ojo lo tenía morado y los labios parecían que iban a estallar en cualquier momento.

De no ser porque los oficiales le exigieron a Yeineth que le diera el número de sus padres para comunicarse con alguien, ella no habría llamado a Lucas.

Lucas era un hombre sumamente frío y distante, y ahora lucía aún más aterrador con esa mirada amenazante que tenía. Sus ojos estallaban de ira y si hubiesen podido matarla, ya lo habrían hecho una docena de veces.

"Muy bien, Sr. Kim, ¿cómo quiere resolver este asunto? ¿Quiere ir por lo legal o zanjar el asunto en privado?"
Dijo el oficial encargado del caso. A pesar de que el hombre era un agente de la policía, no podía evitar estremecerse ante la mirada intensa de Lucas. Su actitud era demasiado intimidante y el policía sintió un escalofrío en la espalda al dirigirse a él.

"Déjeme hablar con él primero".
Respondió Lucas sin siquiera voltear la cabeza y apretó los puños para aguantarse la rabia. Él ya había pensado con anterioridad en establecerle ciertas reglas a Yeineth para que no estuviera causando problemas en la calle, pero todo sucedió tan rápido que ni siquiera le dio tiempo de advertirle. Ya los problemas habían llegado y por ello ahora se encontraban en la estación de policía.

"Escucha, esto no se va a resolver así como así, esa mujer es el demonio encarnado. Mira lo que me hizo, mira cómo está mi cara. ¡Por supuesto que la voy a demandar por esto!"
Dijo efusivamente el hombre mientras se limpiaba la sangre que se le escapaba de la comisura de la boca. Sus labios estaban tan hinchados que apenas si se le entendía lo que decía.

"¡Maldita escoria! ¡Te me acercaste y me acosaste primero! ¡Tú, idiota asqueroso! Más bien fui demasiado condescendiente contigo al darte solo un par de golpes ¡Osaste aprovecharte de mí! ¿Quién te crees que eres?"
Dijo Yeineth, enfurecida por las palabras del hombre y abalanzándose encima de él nuevamente. En ese instante, uno de los oficiales tuvo que tirar de ella para contenerla.

Durante ese momento, Yeineth olvidó por completo la mirada amenazadora de Lucas sobre ella.

"¡Cállate!"
Gruñó Lucas entre dientes. ¿Acaso no pensaba que ya había causado suficientes problemas?

Los labios de Yeineth temblaron al escucharlo, y pensaba decir algo para defenderse, pero al ver la mirada intimidante de su esposo, ella se tragó sus palabras y no se atrevió a emitir ni un sonido.

"Las cosas se van a resolver aquí y ahora, le guste o no. ¡Vamos! ¿Cuánto dinero quiere?"
Lucas no quería seguir regodeándose en el asunto ni que las cosas pasaran a mayores instancias. El asunto tenía que zanjarse en ese momento porque no quería que FX International se viera involucrado en el asunto.

"¿Por qué le vas a dar dinero? ¡Yo no hice nada malo! ¡Él fue quien me acosó!"
Dijo Yeineth, viendo a Lucas con rabia. A pesar de lo aterrorizada que estaba por la mirada de su esposo, ella sabía que estaba en lo correcto y no quería salir perjudicada.

"Mira, esto no es algo que pueda resolverse con dinero. ¡Ya escuchaste lo que dijo y viste lo que me acaba de hacer, esta mujer no tiene escrúpulos!"
Gritó el hombre, como si fuera el ser más honorable de toda la ciudad. Antes había sido tan agresivo y arrogante pero ahora no era más que un bulto de carne amoratado.

Un verdadero amor. 8a parte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora