Bloody Love
Capítulo 53
Mate-Por-ComprobarLAUREN
Los preparativos para partir una vez más a Paisley son breves, la cachorra está demasiado ansiosa para dilatarse demasiado aunque todavía falte mucho tiempo para la medianoche porque, a pesar de haberse puesto el sol hace largo rato, es invierno, oscurece bastante más temprano.
Mientras nosotras nos dedicábamos a la reconciliación inconclusa, King aparentemente ha informado a los encargados de la búsqueda de la cachorra que la misión se cancela en vista de que el objetivo ha vuelto ileso por su cuenta. Zam no tardó en aparecer para confirmar el estado de todas y, si bien bastante aliviada de que todo estuviese en orden por fin, no está muy contenta con la nueva aventura al territorio de Crawford, sobre todo porque esta vez Kaley estipuló terminantemente que no puede acompañarnos por no querer tentar más a la suerte de lo que ya lo ha hecho.
Zam no puso muchas pegas, probablemente sabiendo que no es su lugar el discutirle a la cachorra al respecto, pero aseguró que un equipo completo estaría tocando las puertas de Paisley si no tenía noticias nuestras en las próximas veinticuatro horas.
Sin lugar a dudas hay más intereses velados en su comportamiento de los que nos va a admitir, pero supongo que no queda de otra sino esperar a que quiera compartir algo de eso por voluntad propia.
De la misma rotunda manera que la cachorra denegó la ayuda de Zam, casi me prohibió traer armas conmigo. Y digo casi, porque es imposible que yo salga de este departamento totalmente desarmada, y de hecho muy pocas veces no tengo armamento a la mano estando dentro. De manera que, todo lo que consiguió fue convencerme de que, una vez en el tren rumbo a Paisley, me deshaga de mis armas, pues por lo que parece Crawford me ha revocado de ellas en su territorio.
No que la autoridad del Alfa de la rara manada mixta que ha demostrado tener quizá demasiados prejuicios para ser lo que es signifique mucho para mí, y el único motivo por el que me desprendo del par de pistolas, mi daga personal y las dos cuchillas en mis mangas es Kaley, que pretende seguir al pie de la letra cada una de las condiciones de Crawford para admitirme en su territorio como «recurso investigativo». El término me sigue desagradando, me hace sentir como una especie de conejillo de indias.
He hecho tantas cosas que normalmente ni imaginaría por ella que comienzo a preguntarme si no me estará contagiando su escás de sensatez.
Aun cuando he salido de muchos aprietos sin asistencia más que de armas de oportunidad, estar desarmada y a la expectativa de encontrarme con una manada, en el territorio de esa manada, donde se supone que pueden hacer lo que les plazca sin miedo a represalias, me tiene mucho más inquieta de lo que creí en un principio.
Es vulnerabilidad, una en la que en realidad sé que no me encuentro del todo, gracias a que me he alimentado propiamente antes de ocurrírseme poner un pie fuera del Marfil y mis sentidos se encuentran más azuzados que nunca, pero que no puedo dejar de sentir porque soy una traficante de muerte, he sido una desde que tuve edad suficiente para ejercer un oficio en el clan, y estoy caminando sin siquiera una navaja de afeitar directo a la boca del lobo.
No estoy inerme, desde luego que no lo estoy, mis manos sumadas a mi fuerza, velocidad y habilidad son lo bastante letales, solo estoy a punto de perder los nervios porque no hay un mango de nada que pueda apretar entre los puños cerrados para consolarme y darme la sensación de tener al menos un ápice de control de la situación.
Pero ¿ya qué? No es como si pudiera detener la marcha que King, Kaley y yo llevamos rumbo a lo que la cachorra dijo era una especie de villa en el bosque donde había quedado en reunirse con Crawford. Para tener un sentido de la orientación tan malo tiene una memoria direccional muy buena, pues no duda un momento en qué camino seguir para llegar a un sitio en el que ya estuvo.

ESTÁS LEYENDO
Bloody Love
Paranormal¿Pueden una loba y una Vampiresa llegar a amarse? Ciertamente, y cuando comparten un destino escrito, es posible. Kaley Clark, una mujer lobo a punto de cumplir la mayoría de edad, jamás pensó siquiera llegar a sentir empatía por alguien como el...