Capítulo 8

5.2K 403 37
                                        

Bloody Love

Capítulo 8
Curiosidad

LAUREN

...

Haciendo un repaso más atento al entorno para confirmar que no haya presencias sobrenaturales alrededor, me doy cuenta de que en realidad sí las hay, pero tan bien camufladas que bien podría decir que es la estela que hayan dejado algunos perros que estuviesen aquí más temprano. Y lo hubiera dicho, si no fuera porque, una de las esencias, tan singular que no se me hace nada difícil identificar, la capto con absoluta claridad.

Kaley.

Por un momento llego a pensar que se ha vuelto a escapar a escondidas de mami. Al recordar la ceremonia de unas noches atrás, y escrutar un poco mejor el ambiente, me doy cuenta de que ese rumor de hedor a perro no es una estela, sino que son auras camufladas. No ha venido sola.

Entonces no me he equivocado con el mal presentimiento: la perra mayor ha mandado a un escuadrón de sus perritos por nosotros. ¿Ha mandado a la cachorra, a su propia hija, tras los comisionados? ¿Qué tan poco aprecio por su vida, o qué tanta confianza, puede tenerle para eso? La cachorra mencionó que es un soldado, pero apenas se ha graduado y esta no es misión para novatos.

No obstante, no encuentro al resto de representantes por ningún lado. Supongo que ya los han apresado, escapar no es el estilo de ninguno de ellos, y, si es así, he subestimado a la cachorra. Lorene ha escapado, así que yo debo ser la siguiente de la lista. Debo ponerme en movimiento. Antes muerta que capturada por una panda de perros sarnosos.

Aunque ahora siendo consciente de la fuente del peligro es más sencillo notar la acechanza sobre mí, al dar un vistazo discreto en derredor no avisto a nadie sospechoso y no vale la pena esforzarme en hacerlo. Enfilo a la salida más cercana lo más rápida y disimuladamente que puedo, mis sentidos todavía muy atentos a la cachorra para estar al tanto de lo que hacen los perros.

Puede que mi vista en esta pobre iluminación no sea muy buena, pero mi oído es el mejor del mundo sobrenatural, así pues, no me cuesta casi nada distinguir la voz de la cachorra dando una orden: que todos permanezcan en sus puestos. Vaya, está a cargo. Tiene el carácter suficiente para estarlo, pero ¿la experiencia? Eso está por verse.

Y mientras me muevo con ligereza entre la afluencia reconozco que me sigue. Está sola. Una decisión muy... curiosa, cuanto menos. Seguramente es consciente de que no es rival para mí; si es así, ¿qué pretende? Eso no importa. Es una oportunidad demasiado buena para desaprovecharla.

No es muy difícil tenderle la emboscada. Su tenacidad, junto a su inocencia y orgullo, la hacen realmente adorable. Es sumamente divertido poder provocarla. Intenta resistirse, pero pronto cae a mi merced. ¿Por qué es tan simple doblegarla, incluso cuando ella no quiere dejarse?

Es cierto que está marcada, pero en ningún momento he hecho uso de mi poder sobre ella, le quitaría lo divertido. Quiere resistirse, lo noto, pero no lo hace. Solo se deja ser por algo más allá de su propio Instinto, que quiere sangre casi tanto como el mío. Es una oportunidad perfecta, se ha servido en bandeja de plata para mí y no pienso negarme el placer de volver a probar su sangre.

Pero antes de obtener ese poder que he estado añorando desde el momento que se esfumó, mirando a un par de expresivos ojos avellana, me doy cuenta de lo que pasa.

En sus ojos hay miedo e intriga a partes iguales, pero ambas cosas solo son un nimio atisbo a un lado del destello que los domina. Sé lo que es ese brillo y no me agrada en lo absoluto verlo en una loba. Pero ahí está y corrobora eso que es la única explicación para todo lo que pasa entre nosotras, aunque no haya un nosotras. Ese destello responde mis dudas y, a la vez, me condena a lo que más he temido durante demasiado tiempo.

Bloody LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora