Bloody Love
Capítulo 69
La Tercera es la VencidaLAUREN
— ¡No!
Lo veo en cámara lenta, pero sé que en realidad sucede tan rápido que siquiera yo soy tan veloz para hacer algo. El cuchillo pintado de morado entrando en su costado, Kaley soltando un alarido de dolor y posteriormente siendo empujada con fuerza hasta impactar de espaldas contra la pared tres metros detrás de ella.
Todas las implicaciones, toda la verdad de la situación todavía no termina de hacer click, pero en un rincón recóndito de mí sé lo que significa esa hoja apuñalándola, sé que no es una simple herida, y que acaba de pasar lo único que me juré que no dejaría que ocurriera. Demonios...
Sin embargo, al momento solo puedo reaccionar a mi primer instinto, que es ir por Lorene cuando, tras sacarse de encima a la cachorra, sale disparada con dirección a las escaleras. Consigo sujetar su brazo antes incluso que llegue más allá del extremo del mesón, pero mi atención sigue sobre Kaley, los ligeros sonidos de dolor que suelta cuando se mueve y la hoja daña más en su interior, así que cuando intento inmovilizar a Lorene ella actúa antes que yo, lanzando un izquierdazo directo a mi mandíbula para frenar mi movimiento.
Sabe que no puede ganarme en la pelea, por lo que usa el segundo de despiste que me provoca su golpe para zafarse de mi agarre y enviarme de espaldas contra el borde del mesón en el mismo movimiento. El dolor en mi espalda baja es insignificante, pero estoy desconcentrada, todas mis alarmas sonando y sin poder decidir si debería hacer caso a la parte de mí que desea venganza y se altera de verla recoger el maletín con el veneno y correr a las escaleras, o a la que me exhorta que vuelva con Kaley.
La zozobra que me ha estado susurrando en el pecho desde antes de bajar aquí ahora es más insistente, aunque es una sensación adormecida gracias a la adrenalina que sigue fluyendo vertiginosamente por mi sistema.
Por el rabillo del ojo capto movimiento y me vuelvo a tiempo para ver a Kaley sacarse el cuchillo del costado de un tirón fluido y técnico, arrojándolo a un lado. Ver la tonalidad acardenalada de la hoja, los diminutos riachuelos rojos que corren por ella, hace que esa realidad que todavía no parece caer con su completo peso gane más relevancia, y el hormigueo se convierte en pequeños pinchazos.
No aguarda ni un segundo antes de lanzarse en persecución de Lorene, pero solo ha avanzado un par de zancadas cuando su rostro se contorsiona en dolor, se dobla sobre el costado herido y se ve obligada a detenerse, apoyándose con las manos en el mesón donde tuvo sometida a Lorene en un principio para que la agonía no la lleve al piso.
Mi instinto es ir hasta ella y comprobar su estado. Percibo su dolor, el ardor que atraviesa por cada vena de su cuerpo con la potencia de un rayo, y cómo la zona de la herida da la impresión de tener un fierro al rojo vivo presionado. Un segundo después es menos intenso, no ha desaparecido, pero aminora como cuando se pone una quemadura bajo el agua fresca. No obstante, una nueva capa de sudor se suma a la que ya tenía resultado de la contienda arriba.
Sin embargo, cuando me ve enderezarme, inmediatamente exige:
— ¡No dejes que se escape! —con voz quejumbrosa, pero firme.
Respira pesadamente y sé que hace denuedos para mantenerse entera contra el dolor que la atraviesa. La herida por sí sola no podría tener tal efecto en ella, por lo que no queda otra opción sino concluir que hay suficiente veneno dentro de ella para comenzar a hacerle efecto.
A pesar de ello, voy a hacerle caso, porque para ambas lo primordial todavía es la misión, y aunque el resto de objetivos se han completado, si no acabamos con mi media hermana todo esto habrá servido de nada a la larga. Además, ya sabemos que ella puede tolerar el veneno mejor que los otros lobos, la vacuna de la hija de Crawford la ha hecho incluso más resistente, no creo que haya mayores controversias si terminamos con esto rápido para que sea atendida.

ESTÁS LEYENDO
Bloody Love
Paranormal¿Pueden una loba y una Vampiresa llegar a amarse? Ciertamente, y cuando comparten un destino escrito, es posible. Kaley Clark, una mujer lobo a punto de cumplir la mayoría de edad, jamás pensó siquiera llegar a sentir empatía por alguien como el...