Bloody Love

Capítulo 4

Bloody Love

Capítulo 4
Una Mordida

LAUREN

En lo que me parece una eternidad, que en realidad consiste en una hora, tal vez, la junta termina en la misma conclusión: no estamos listos para atacar directamente a la manada Moon. Las primeras veces ese resultado me pareció decepcionante, esperaba algo más de intrepidez, si bien no de Pierce, al menos por parte de sus hombres; pero, ahora, me sorprendería un resultado diferente.

No me molesto en despedirme de mi querido hermano antes de salir con Lore a cazar; como predije, apenas faltarán unos cuarenta minutos para la medianoche. Recorremos un par de cuadras juntas antes de que cada una tome una ruta distinta, en busca de víctimas especiales. Me dirijo a las periferias de la ciudad, cuidando de no acercarme demasiado a los territorios de Moon. Mientras camino, exploro los terrenos con mis sentidos, con certeza de poder distinguir el peculiar aroma de la cachorra.

No me es difícil ubicar la concentración de lobos no tan profundo en el bosque, pero no la noto allí. Quizá ha vuelto a salir de la sede, pero dudo que esté fuera del territorio. En el lindero del territorio hay varios centinelas, pero no crean una guardia impenetrable, así que me basta con usar la Ofuscación para ocultar mi presencia prácticamente por completo y pasar desapercibida en la brecha que dejan.

Si caminara al suroeste terminaría justo en la madriguera, así me adentro en el forraje en dirección contraria, hasta estar lo bastante cerca para saber que la Visión Remota me permitirá llegar a dondequiera que esté la cachorra. Usar la Visión Remota para moverme en el terreno sin nada más que la vista puede llegar a marear un poco, saber que estás de pie en un lugar pero sentirte moverte con los ojos, a los novatos incluso puede causarles vértigo.

Puede que me tome un poco más de lo que pensé, pero termino por ubicarla, sentada en las raíces de un árbol a orillas de un lago en lo profundo del bosque. Está sola. Sonrío, sin poder, ni querer, evitar que el gesto sea matizado por la malicia.

Está lo suficientemente lejos del resto como para que no me detecten, solo tengo que seguir su rastro que, una vez sabiendo dónde está, mis sentidos no tardan en captar, y alejarme de las patrullas. Si fuera humana me tardaría unos veinte minutos en llegar a su posición, pero la velocidad superior me permitirá estar allí en menos de cinco.

A poca distancia percibo la presencia de otro lobo que no es ella, pero se aleja, por lo que no le presto atención. Faltando unos cien metros reduzco la velocidad y procuro camuflarme. Realmente no estoy segura de poder obtener respuestas, o de que vaya o pueda curar la herida que me hizo; solo quiero divertirme un poco con ella.

Llego hasta el lago. La cachorra sigue en el mismo lugar, en la misma posición, dándome la espalda, con la mirada perdida en el agua solo alterada por las ondas que provocan las hojas al caer en la lisa superficie que refleja los alrededores como un espejo natural. Su aflicción es más que evidente.

No podría meterme en su mente sin que se dé cuenta, pero cuando las personas están tan turbadas suelen pensar más alto de lo que deberían y, eso, puedo captarlo sin que se percate. Sin embargo, todo lo que puedo percibir de ella es el hecho de que, lo que sea en lo que esté meditando, no será afable. Sus pensamientos son escandalosos, pero aun así no capto una sola palabra de lo que haya en su cabeza.

Debo decir que me asombra, y mucho. Solo un individuo de gran poder, o de gran fuerza de voluntad, puede evitar que, incluso en un estado vulnerable de su mente, alguien más pueda leerla. Y la cachorra será una Beta particular, pero por lo general solo los Alfa son quienes logran tal capacidad: es prácticamente imposible entrar en la mente de uno sin permiso. ¿Quién es esta cachorra? ¿Qué la tendrá tan perturbada?