Capítulo 24

8.9K 445 89
                                    

AVISO: El presente capítulo contiene escenas sexuales –homosexuales– explícitas. Si no es de tu agrado no lo leas.
Para futuros capítulos de este calibre también dejaré estos avisos al inicio, aunque en la descripción de la historia se especifica que es de categoría M (Mature).
Sin más preámbulos, disfruten de la lectura.

————

Bloody Love

Capítulo 24
No Una Cachorra

KALEY

Detesto el efecto de la luparia, tarda mucho en desaparecer por completo y la jaqueca que causa es muy fuerte. No me gusta nada estar consciente y no tener sensibilidad suficiente para saber mi propia situación. Los recuerdos son vagos, mi cerebro aún no hace conexión. Estoy recostada, sobre algo cálido y mullido. Rezongo, a ver si así puedo espabilar más pronto. No funciona.

¿Dónde estoy? Recuerdo la punzada del dardo, siquiera escuché la detonación, estaba en otra parte, y caí muy pronto en la inconsciencia, aunque oí rumores de otros disparos. Pero nada que me pueda decir dónde estoy. ¿Los Cazadores nos, o quizá solo me capturaron?

Recobro algo de movilidad y descubro que puedo desplazarme libremente donde estoy, no estoy atada. Qué extraño. Abro los ojos lentamente, mirando al techo. Miro en derredor, me hallo en una... ¿habitación?, bastante espaciosa, finamente decorada en tonos de rojo, terracota y crema, donde dos de los muebles son los que más llaman la atención: un diván rojo sangre cerca de un ventanal que da a un balcón, y la inmensa cama con dosel, sobre la que yo estoy. El lugar tiene un aire... arcaico, pero, más de una época pasada, parece que lo hubieran decorado con la intención provocar ese efecto de antigüedad, pues cosas como el reloj digital y el armario empotrado son atemporales.

¿Qué demonios es esto? ¿Dónde se supone que estoy? Si he vuelto a ser secuestrada, estoy segura de que los Cazadores no han sido los responsables esta vez. Me incorporo, ya no traigo la chaqueta, aunque no la necesitaría; todavía es de noche y estoy sola –o al menos no siento ninguna otra presencia– en un lugar desconocido que bien podría ser la habitación de un castillo.

¿Qué ha pasado? Me levanto, estoy descalza; un ligero mareo me ataca la cabeza, aunque se convierte en una leve jaqueca; no obstante, sigo bastante desorientada y debilitada. Tengo una ligera idea de cómo he llegado aquí, pero sigo sin tener idea de dónde estoy, por lo que no puedo quedarme más tranquila.

Me acerco al ventanal, la noche luce incluso más densa desde aquí, casi como si las sombras engulleran todo lo que hay fuera de la protección de lo que parece ser un octavo o décimo piso. Al menos, sé a dónde dirigirme si tuviera que salir corriendo: a la distancia, perdida entre las copas de los árboles, está la insinuación del tejado del instituto. Ahora sé que sigo en Lasfort.

Voy a abrir la puerta del balcón, a ver si fuera tengo mejor suerte definiendo en qué condado estoy y qué tanto peligro corro aquí, pero me detengo con la mano sobre el picaporte cuando escucho la puerta de la habitación abriéndose.

Lauren vuelve a darme un susto de muerte y no sé si culpar a su costumbre de ocultar su aura o al rumor de la luparia en mi sistema. Entra mirando hacia la cama, pero sus ojos rápidamente se vuelcan en mí.

Se ha cambiado de ropa, aparentemente se ha puesto cómoda, con una bata de alguna tela que promete ser muy suave al tacto bastante diáfana, que se anuda dejadamente a la altura de su estómago y le llega solo hasta la mitad del muslo; no sé si debería generarme confianza o recelo, pero sí llama mucho mi atención hacia la piel y la lencería negra que deja traslucir.

Bloody LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora