Bloody Love

Capítulo 22

Bloody Love

Capítulo 22
Lo Que Quiero De Ti, Es A Ti

LAUREN

En momentos como este, en los que no hay nada mejor en lo que pensar, o en el que la mente está empeñada en rondar en torno a ese pensamiento en especial, es cuando me pregunto: ¿por qué? ¿Por qué el universo está tan afanado en torturarme con esto? No tanto por el nuevo episodio interrumpido –en realidad, sí–, sino por todo el asunto general.

Comenzando por el hecho de que soy el Mate de la futura Alfa de Moon, aunque su rango, a decir verdad, no es de tanta relevancia, bastante con que sea una loba. El hecho de poder colarse continuamente y sin consentimiento en mi mente. Su forma de retarme y hacerme frente –en algunas ocasiones–, y de provocarme. La manera en que puede, y no sé cómo es que puede, sacar de mí sentimientos que no he profesado hacia nadie en años, como la compasión o la ternura.

Esto se me ha salido de las manos, por mucho que me cueste reconocerlo, y en más de un sentido. El más resaltante para mí sigue siendo el literal. He tenido más de una oportunidad, la he tenido frente a mí, la he tenido acorralada, la he tenido entre mis garras, dispuesta, resuelta y, en el último avance, entregada. Pero siempre logra escapárseme, escurrirse de alguna manera. Al final, el universo siempre se encarga de arrebatármela de las manos.

He llegado a la conclusión de que será mejor solo pasar de ella. Olvidarla. Obligarme a pensar que solo es otra loba y borrar cualquier recuerdo de ella que me quiera decir lo contrario. Aunque para eso debería borrarme las memorias que tengo de ella, y no estoy dispuesta a exponer mi mente a nadie. Pero ya me ha funcionado la técnica antes, así que valdrá la pena intentarlo.

La noche ha estado bastante movida. Prácticamente desde el ocaso estuve siguiendo a un trío muy bien camuflado de perros, que solo se dedicaron a dar vueltas por el centro, sin separarse pero sin estar a menos de diez metros de distancia uno de otro, sin hablar con nadie, sin mirar a los lados, solo caminaban aparentemente sin rumbo fijo. Pero cuando pensé que la tarea que me habían encomendado era totalmente inútil, sucedió. Y resultó ser que, los cazados no eran ellos, sino los dos Úpiros que operaban conmigo y yo.

Sus posiciones los delataron. Entraron al metro, uno se quedó de pie frente a la puerta del tren, uno en la pared del fondo y el otro de pie a un lado de las escaleras de la entrada. Panorámica, táctica, nos tenían cubiertos a los tres. Pasaron cinco segundos luego de que me diera cuenta, y comenzaron a disparar. En plena estación de metro, que estaba atestada de humanos, acometieron contra nosotros como si estuvieran en zona de guerra.

Obviamente no dudé en responder, aunque me vi forzada a ponerme a cubierto al no recibir apoyo inmediato. Llevaban armamento pesado, subfusiles compactos que ocultaron dentro de la ropa, más las balas ultravioleta, por lo que debíamos salir lo más pronto posible si no queríamos terminar calcinados. Mi mejor opción fue el mismo metro, que estaba a punto de dejar la estación; así pues, luego de dejar al perro que estaba en la puerta fuera de combate, logré escurrirme antes de que se cerraran.

Ahora mismo espero a que el tren arribe a la estación más cercana al aquelarre para bajar y deshacerme de las insistentes miradas asustadas de los humanos que se han levantado del piso.

Creo que sí será lo mejor: olvidarme de esa cachorra, solo llevar mis misiones y no preocuparme por nada que tenga que ver con ella. ¿Por qué empecé a hacerlo en un principio? ¿Por compartir ese lazo con ella? Esas fábulas de lobos no tienen significado real para mí, por lo que, yo, no tengo por qué someterme a él. ¿A dónde he llegado siguiendo la corriente? A ningún lado. Es tiempo de salir del agua.