Bloody Love
Capítulo 37
Sacrificio de AscensiónKALEY
El bar de Bruno –el lugar que en algún momento sirvió como comedor para el instituto que en realidad no le pertenece a él, pero es quien lo administra– marcha a partir de la medianoche, en el día cumple función de macro sala común, y probablemente ha de albergar el mayor porcentaje de personas en la sede todas las noches.
Los grupos de amigos como nosotros suelen venir aquí a echar unas risas un rato y beber ouzo o hidromiel –el primero, por ser tan fuerte, solo pueden consumirlo los mayores de edad, y la hidromiel cualquiera mayor de dieciséis–, que con unas gotas de beleño negro por botella puede hacernos efecto como un licor cualquiera le haría a un humano. También suele ser centro de congregación de guerreros luego de alguna misión o rondín, el sitio al que vienen cuando no tienen tareas por cumplir porque no hay duda de que encontrarás aquí a alguien con quien te lleves bien para pasar la noche. Los muchachos de mi unidad y yo solemos pasarnos por aquí al menos una hora tras cada misión exitosa, aunque mis deberes hacen que yo sea usualmente la primera en marcharse.
En conclusión: al menos un tercio de la manada está aquí, todos carcajeando y brindando, cantando con sus amigos o recordando a sus muertos entre tragos y lágrimas.
Entonces, para cuando a Dan se le suben las copas –es la primera vez que toma ouzo– y comienza a hablar a los gritos pelados y Ane está tan desconectada de su cerebro que solo puede repetir todo lo que él le dice, es prácticamente imposible evitar que el tercio de la manada que se encuentra aquí se entere de mi reciente logro.
Un brindis colectivo, en el que las copas tintinean a la par que los puños golpean las mesas, un grito de júbilo escandaloso que me llena el pecho y muchas felicitaciones es el resultado. Recibo los gestos con gusto, haciendo todo lo que puedo para esquivar las salpicaduras de licor que amenazan con empapar mi ropa y procuro pasármela lo mejor que puedo.
Es complicado, pues la silueta del cartel de neón con las palabras de Rita sigue plasmado en mi memoria, como si me hubiese encandilado; pero es irrealizable concentrarme en eso con el dúo que se apoya uno en el otro continuamente para no despatarrarse en el piso con cada ataque de risa, mientras que a Amber y a mí, que nos hemos decantado por la hidromiel, nos retorcemos con nuestras propias carcajadas nada más de mirarlos. Supongo que este es el motivo por el que solo permiten el ouzo a los mayores de edad.
Mick llega para detener todo antes de que se salga de control. Más de lo que ya lo ha hecho, quiero decir. No opongo tanta resistencia como ellos cuando corta nuestra celebración, y supongo que eso influencia el hecho de que, luego de obligarlos –a mi hermana hubo que taparle la nariz para que abriera la boca– a tomarse media jarra de café puro para contrarrestar el licor, él y Rhys se hayan ofrecido a vigilarlos mientras se recuperan para que Amber y yo pudiésemos disfrutar de la noche.
Claro que, aunque no pasará nada de lo que ellos seguramente tienen en mente, no dudo ni medio segundo en aceptar la propuesta. No sé si me estoy aprovechando de ellos, pero no me importa, no ahora mismo. Quiero estar en un entorno más calmo, sin embargo, ello no significa que quiera pensar. Quiero tranquilidad, pero también distracción; estoy segura de que a Amber se le ocurrirá algo para resolver eso.
Vamos a su habitación, pues es menos probable que nos molesten que si nos quedamos en la mía. Amber, además de en muchos otros aspectos, difiere con el resto de Mediadores en cuanto al lugar donde se hospeda.
Los edificios de los dormitorios de los soldados, lógicamente, no albergan a ninguna otra sección de la manada. Los Delta y altos rangos con familias, como Graham, están en la urbanización, donde también viví en la casa que es del Alfa hasta que comencé la Fase II; allí también se alojan la mayoría de las familias con más de cuatro integrantes, como la de Robert, un Maestro con esposa y tres hijos, y la familia de Axel, que incluso con él en las residencias de los soldados siguen sumando siete. La única Delta que no vive allí es Janiss, que está asentada en los dormitorios comunitarios con los Mediadores. El término «comunitario» no le resta privacidad; el edificio que alguna vez fue un gigantesco auditorio fue reformado para crear alrededor de cincuenta habitaciones de buen tamaño, cada uno para cobijar cuatro personas, y en esas recámaras se reparten todos los Mediadores y algunos Forasteros, que son los Rogue recién aceptados en la manada que no tienen la confianza de los miembros.

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Bloody Love
Paranormale¿Pueden una loba y una Vampiresa llegar a amarse? Ciertamente, y cuando comparten un destino escrito, es posible. Kaley Clark, una mujer lobo a punto de cumplir la mayoría de edad, jamás pensó siquiera llegar a sentir empatía por alguien como el...