Capítulo 44

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Bloody Love

Capítulo 44
Cosas Complicadas

LAUREN

A pesar de mucho, el sueño en el que puedo entrar luego de que mi cachorra en su papel de Alfa queda satisfecha es bastante ligero. Así pues, es solo notar algo de conmoción cerca de mí para despertar.

La habitación está en calma, mis sentidos no tardan un segundo en espabilar, así que pronto me doy cuenta de dónde proviene la agitación: de Kaley.

Acostumbra a dormir aferrada a mi brazo, tal como la primera vez en que una aplastante compasión me llevó a recostarme junto a ella, como si fuera un peluche o algo por el estilo. Por lo general deja la barbilla sobre mi hombro, pero ahora tiene el rostro presionado contra el mismo, medio oculto entre la almohada y mi piel.

Se remueve, sus dedos se crispan en torno a mi piel e incluso la pierna que tiene echada sobre mí busca pegarme más a ella, como si tratara de asirse a algo en sueños, con una expresión de angustia bastante marcada.

¿Qué estará soñando? Presumo que nada bueno. ¿Debería despertarla? No lo sé, tal vez debería ver cómo progresa, o intentar que mi presencia en la realidad influya en la fantasía dentro de la que debe estar.

Su pierna no me complica demasiado el ponerme de costado, aunque es un poco incómodo seguir dejándole mi brazo para que se abrace a él, no me parece una buena idea retirarlo. Me quedo contemplándole por unos momentos. Sería una de las visiones más tiernas que he tenido frente a mí si no fuera por el entrecejo fruncido, el gesto torcido y los sonidos angustiosos ahogados que relucen entre su respiración entrecortada.

Retiro un mechón que le cae sobre los ojos, a estas alturas poco menos de la mitad continúa azul, y aprovecho para dejar una caricia sobre su cabello, que luego desciendo por su mejilla con el dorso de mis dedos; ella lanza un suspiro, pero no parece una reacción inconsciente a mis acciones. Porque su gesto no se relaja y comienza a masticar palabras sollozadas.

Ha pasado un siglo, pero creo recordar que es suficiente con hacer notar la presencia mediante contacto para consolar a alguien en pesadillas. ¿Qué está viendo que sea tan atormentador para no admitir confort? ¿Puedo averiguarlo?

Nunca me he colado en la mente de alguien dormido para saber qué sueña. No parece una idea inadmisible y ahora que debe tener las defensas bajas será sencillo escurrirme sin que la invasión sea agresiva.

Lo hago con cuidado, buscando una rendija por la que pueda escabullirme sin que haya ninguna resistencia para no causarle ninguna sensación desagradable al sentir a un intruso irrumpir dentro de su cabeza como pasaría si lo hiciera mientras está despierta.

Siempre he tenido talento con la lectura de mentes, pero no suelo usarla porque, usualmente, me implica tener que bajar las defensas yo también, y no me agrada hacerlo.

Tardo un poco, la fuerza mental de la cachorra es impresionante y pareciera que alguna parte de ella, su Instinto o qué sé yo, estuviera impidiendo mi avance, sellando todas las grietas que he logrado encontrar antes de que pueda meterme por ellas. Cuando por fin logro ser más rápida que él no pasa mucho antes de que me saque, pero la imagen que logro vislumbrar es suficiente para saber el porqué de su estado.

Veo a Kaley más allá, en medio de un lugar que reconozco como el campo central de la sede de Moon, todo cubierto de nieve y restos de una batalla, herida y demasiado débil para levantarse. Y a otra persona, muy parecida a ella, pero de ojos azules, siendo atravesada por la espada de mi hermana.

La brecha se cierra antes de que pueda escuchar el grito que veo que va a proferir, pero no es necesario seguir dentro de su cabeza para hacerlo.

— ¡Mamá! —profiere, despertando con un sobresalto.

Bloody LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora