Bloody Love

Capítulo 3

Bloody Love

Capítulo 3
Cavilaciones y Obsesiones

KALEY

Tengo suerte de no perderme. La adrenalina y el susto persisten en mí, pero lo positivo es que lo primero amplía mis sentidos y eso me ayuda a guiarme en dirección al único olor a lobo en Lasfort que no corresponde a Rogue. Son unos veinte minutos, tal vez, los que me toma llegar al callejón donde están mis amigos a ritmo de trote.

Están medio ocultos detrás de un contenedor de basura y se asoman al advertirme, evidentemente alertados. No es para menos. Al identificarme dejan de lado las precauciones y corren hasta mí inmediatamente, la tensión del ambiente reduciéndose en gran medida.

Vienen todos en tropel, pero en el último metro Amber adelanta y es la que se hace con el derecho de abrazarme con fuerza, soltando un suspiro de alivio.

—Gracias a la Luna que estás bien. —expresa, sin soltarme todavía.

Le devuelvo la intención, sintiendo verdadera tranquilidad por primera vez desde que vimos a las Vampiro. Dioses, temí muchísimo que no lo lograran.

Una vez ella me suelta mi hermana no pierde un solo segundo en abrazarme con tanta fuerza que temo que me rompa una costilla.

— ¿Sí estás bien, verdad? ¿No estás herida? —interroga ella al soltarme, sujetándome de los hombros para poder inspeccionarme; cuando avista el rasguño encima de mi cadera vuelve a inquirir — ¿Qué pasó? ¿Qué les hicieron?

— ¿Dónde está Philip, Kal? —pregunta Rhys con preocupación.

Entonces caigo en que mi tío no está aquí. El poco alivio que sentía se desvanece al instante.

—No lo sé. —admito, acongojada.

No quiero pensar en que la chupa-sangre rubia lo haya atrapado, pero la posibilidad nace muy nítida en mi mente. Me giro a mirar a la entrada del callejón, como esperando que llegue de un momento a otro, pero no hay más que humanos transitando por la acera. Ay, no.

— ¿Cómo escapaste?—pregunta Sloane con evidente intención de cambiar el tema.

No podemos hacer nada más que esperar por él, todavía faltan unos quince minutos para que se cumpla la hora estipulada. Mi mente maquina a toda velocidad una coartada para disfrazar el episodio por el que la chupa-sangre morena sigue con vida.

—El tío Philip y yo las llevamos al segundo piso y usamos polvo de manzanilla* para escapar de ellas, pero nos persiguieron. Tomamos caminos separados, él se las arregló para salir por la puerta, pero yo tuve que escapar por la ventana —comienzo para darme un poco de tiempo y crear una historia verosímil —. Una de ellas me alcanzó cuando cruzaba un callejón y tuve que defenderme. Por suerte llevaba una reserva extra de PM y logré despistarla para huir. Noté que tomó un rumbo diferente al mío, creo de debió confundir mi rastro.

Es un testimonio bien elaborado. Lo del frasco extra de PM no es raro, puesto que usualmente lo llevo, solo por si acaso; siempre que no me revisen los bolsillos, no se darán cuenta que sigue conmigo. Quizá lo de haberme enfrentado a ella es algo irrisorio, pero al momento no se me ocurre nada mejor y, teniendo presente el truco del PM, es viable. Aunque no sé qué tanto con luna nueva.

Por otro lado, lo de confundir mi rastro es absurdo, aunque eso solo yo lo sé. Recuerdo sus palabras: «Tienes algo especial, ¿lo sabías, cachorra?». Eso «especial» es el hecho de que mi poder es más elevado que el de un simple Beta, por ser la futura Alfa, pero detectó que solo eso soy: una Beta. Tengo familiares Alfa, sí, y con la mayoría de edad yo seré una. Admito que me satisface que alguien como... ella reconozca mi potencial. Aunque me decepciona no haber estado en condiciones de usarlo.