Bloody Love
Capítulo 35
Un BrazaleteKALEY
Lauren y yo compartimos una mirada, la suya, llena de alarma y determinación, la mía, de aprensión y frustración. ¡Demonios!
No hay tiempo para hacer nada más, tomamos rumbos contarios por la escalera y mientras subo los peldaños de dos en dos, enciendo el comunicador.
—Alfa; reporte situacional.
Las detonaciones siguen sonando y, cuando llego a la quinta planta junto con mi división noto que ninguno de ellos está enterado de nada, el piso está en relativa calma. Relativa, porque mis Beta están mirando de un lado a otro, arreculando de a poco, con las armas en alto y los nervios de punta.
—Beta tres; Ed disparó a uno de los guaridas de la calle. —notifica Axel y la activación de su comunicador hace que los disparos se escuchen claramente a través de nuestra frecuencia.
—Beta dos; ahora tenemos una lluvia de plata desde la entrada principal y el callejón trasero. —continúa Rita, se le escucha agitada, como si hubiese estado corriendo.
—Beta uno; ya se dieron cuenta de que estamos aquí y los soldados de las plantas inferiores no tardarán en subir, ¿cómo procedemos? —pregunta Terry, que es el que se oye más calmado, que no por ello quiere decir que esté realmente sosegado.
¡Maldición! Ya todo se fue al demonio. Tenemos que salir de aquí cuanto antes.
—Plan de escape F —indico, haciendo señas a los Beta de mi división para que me sigan a las escaleras —. Terry, vuelvan a la azotea —recibo su afirmativa —; Rita, Axel, manténganse lo más alejados posible de las cornisas —un «Recibido» de ambos y desconecto mi comunicador —. Rápido, chicos, hay que ir arriba.
Me quedo de pie en el marco de la puerta a las escaleras de emergencia mientras ellos pasan, lo más apartados de la barandilla posible, y en el nivel superior se escuchan los pasos del grupo de Terry. La puerta de la azotea sigue abierta, así que el sonido de los disparos de fuera se cuela en el recinto en forma de eco.
Voy de última en la formación, atenta por si alguien aparece mientras subimos al trote. Nos falta solo un tramo de escalones cuando el golpe seco de una puerta abriéndose de repente resuena en toda la estancia, seguido de un disparo. Logro volverme para ver a Junior demasiado cerca de la barandilla, el proyectil le atraviesa por la sien y cae con un ruido sordo. Son armas de calibre medio.
El resto reacciona y se pegan a la pared para continuar con el ascenso y a Reggie, Sam y a mí nos toca pasar por sobre el cuerpo de Junior. No hay tiempo para llevárnoslo, pero escucho a Sam recitar la frase antes de pasar de largo.
Las detonaciones nos persiguen hasta que logramos salir a la azotea y, aunque aquí son incluso más de ellas, al menos no me retumban tanto en la cabeza. Los chupa-sangre suben con determinación y estoy segura de que no solo usarán la ruta que nosotros usamos, así que debemos movernos rápido.
El edificio de la izquierda es más bajo que este por dos plantas y, contiguo a él, otro de seis será nuestra ruta de escape. Es un complejo de oficinas que fue comprado por un inversionista que piensa rehabilitarlas, cuya verdadera identidad es uno de los Benefactores de la manada, y nos sirve como refugio de reorganización en misiones como la de hoy.
Sin embargo, no podemos darnos el lujo de quedarnos ahí por más de cinco minutos, que es lo que nos tomaría –cuando demasiado– bajar hasta el estacionamiento subterráneo, donde nos está esperando un camión para la retirada.

ESTÁS LEYENDO
Bloody Love
Paranormal¿Pueden una loba y una Vampiresa llegar a amarse? Ciertamente, y cuando comparten un destino escrito, es posible. Kaley Clark, una mujer lobo a punto de cumplir la mayoría de edad, jamás pensó siquiera llegar a sentir empatía por alguien como el...