Bloody Love
Capítulo 14
Una CabañaKALEY
La cabaña está en medio del bosque. Literalmente, en medio de la nada. No hay nada cerca que pueda decirme por qué sus constructores decidieron levantarla aquí. Ni ríos, ni lagos, ni parece haber características de relieve especiales. Pareciera que quisieron que, si alguien se adentraba por casualidad hasta aquí, tan profundo en el bosque, la pasaran por alto. Sin embargo, no soy la única que se ha percatado que está aquí: la puerta está entreabierta.
No he venido aquí por casualidad. Esto precisamente era lo que estaba buscando, y trago pesado para sobrellevar la sensación de temor arañando mi garganta y cayendo como un yunque en mi estómago. No temo a la lúgubre silueta de la casa, pero lo que pueda encontrar dentro...
La desvencijada estructura de madera parece que puede venirse abajo en cualquier momento, fantasmagórica; un escalofrío sube por mi cuerpo. No obstante, me dirijo a ella con determinación, decida a hacer frente a lo que sea para obtener lo que he venido a buscar.
Al empujar suavemente la puerta a nada de salirse de sus goznes para no llamar la atención produce un chirrido que me hace apretar los dientes. Me detengo, temiendo haber alertado a alguien, y me inclino a mirar en la rendija que ha quedado, aguzando los sentidos, por alguna razón confiando más en mi oído que mi olfato; no distingo mucho allí dentro, y tampoco escucho nada. Supongo que el chirrido de la puerta solo fue estruendoso para mis oídos a causa de lo inquieta que estoy.
Termino de abrir la puerta, pisando con cautela y haciendo un reconocimiento rápido del lugar. El interior es oscuro, curiosamente mi vista no logra sondear las sombras igual que siempre, pero avisto muebles polvorientos y telarañas por todos lados, el polvo en el suelo da evidencias de que ha habido actividad aquí dentro hace poco; huele a encierro, polvo y moho. Y cobre.
Entro de lleno, buscando, no sé lo que busco, pero no percibo presencias y, aunque algo me dice que eso es sumamente sospechoso –no sé por qué–, también puede deberse al estado alterado de mis nervios que no me permite hacer un buen trabajo de reconocimiento. Camino con lentitud, no me sorprendería toparme con una aparición en este sitio, pero, de hacerlo, probablemente me daría un infarto, aunque normalmente esas cosas no me asustan.
Me detengo cuando, al dar un paso, escucho un sonido húmedo, como de un chapoteo. Bajo la mirada instintivamente, mi bota está sobre un charco de una sustancia oscura. Olfateo, sorprendiéndome porque el aroma no había llegado a mí antes gracias al penetrante olor a clausura. Sangre.
Está muy líquida para ser pura. La pequeña laguna se alimenta de un riachuelo que viene desde un pasillo estrecho e igual o más oscuro que el resto del lugar, desaparece detrás de una puerta, cuya ranura al nivel del suelo insinúa luz al otro lado. Esto no puede significar nada bueno.
Aun sin saber por qué no he salido corriendo, puesto que una nueva sensación de pavura se ha instalado en mi pecho, reduciéndome el estómago al tamaño de una uva pasa, me muevo hacia la puerta en medio del corredor. Mi bota izquierda deja su huella dibujada en acuarela roja.
Dudo por un segundo al momento de abrir la puerta, que no es más que una desgastada plancha de madera seca con bisagras. Una sensación helada, atroz, se instala sobre mis hombros. No hace falta más que tocar la puerta para que ésta se abra como si un brazo invisible la empujase con una lentitud acongojante.
Es un baño, pequeño, sofocante. A diferencia del resto del recinto, está limpio, mas tiene el aspecto abandonado del resto del lugar, de baldosas tipo ajedrez, un escusado de cerámica blanca, un lavabo más acá, sobre el que hay un espejo rectangular pequeño y, en la pared que está justo frente a la puerta, una bañera blanca con la cortina corrida hasta la mitad.

ESTÁS LEYENDO
Bloody Love
Paranormal¿Pueden una loba y una Vampiresa llegar a amarse? Ciertamente, y cuando comparten un destino escrito, es posible. Kaley Clark, una mujer lobo a punto de cumplir la mayoría de edad, jamás pensó siquiera llegar a sentir empatía por alguien como el...