Capítulo 32

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Bloody Love

Capítulo 32
El Capitán y la Humana

KALEY

— ¿Estás segura de que es buena idea, K? —es la cuarta vez que Amber hace la pregunta en la última media hora, está cruzada de brazos junto a mí, en el almacén de las armas.


Los chicos han estado detrás de mí durante las últimas dos horas, haciéndome preguntas, no sé si por curiosidad, preocupación o para asegurarse de que no se me esté pasando por alto ningún detalle en cuanto a la misión de hoy.

Hace casi dos semanas del descontrol y la muerte del Rogue, no estoy segura de si las cosas han cambiado para bien o para mal. Por un lado, ese arrebato tuvo un aspecto positivo, que se ha visto reflejado en la Fase III: Asher ha reconocido que, por fin, estoy presentando mejoras, he logrado contenerme mejor. Pero sigo sin tolerar la mención de mi padre, sin embargo, se me ha hecho ligeramente más sencillo supeditar los frenesís una vez mi autocontrol se va al caño.

Las felicitaciones de mis amigos no se hicieron esperar, pero a la mayoría de ellas solo he podido sonreír sin mucha emoción. Es algo bueno, pero no considero que haya obtenido un triunfo aún. Quisieron celebrarlo, pero les dije que celebraríamos cuando hubiese algo realmente grande por lo que alegrarse.

En consecuencia de esta mejoría, y de que he podido mantenerla, mi madre ha autorizado la reintegración de mi unidad a las redadas, en vista de que, por fin, me ve capaz de mantener la cabeza fría. Y creo que con eso también se refirió a que, últimamente, no solo muestro frialdad de pensamientos.

Ese es el otro lado de todo esto. El incidente del Rogue, como era de prever, no pasaría sin dejar una secuela. Y esa secuela se refleja en mi comportamiento. Todos mis allegados lo han dicho con tonos de despreocupación y yo misma soy capaz de reconocer los cambios en mi personalidad en general.

El cambio de los ojos de lobo no solo significa que el iris se tiña de otro color. Azul hielo. La frialdad del color debía verse en otra cosa, y por lo general es la personalidad. Pero creo que, en la situación que estoy, es mejor así. Mientras más dura sea, menos dolerán los golpes. Y estoy segura de que el del Rogue no será el último.

Regresando a la actualidad, el principal motivo de la exagerada preocupación de los chicos es bastante simple: la misión de hoy consiste en la conquista de la base de operaciones de la división que mantiene a raya a la manada Moon en los linderos del territorio, bajo el mando de Asiak, uno de los lugartenientes de mayor categoría de Volusek.

—No es una misión fácil y ha pasado un tiempo desde tu última redada. —recuerda Dan desde un poco más allá, recargado de una de las columnas, también con uniforme.

Ha sido ascendido hace poco y tiene una patrulla hoy con los Guardianes de la zona Este, cerca de Autum Hill. Por un lado me parece bueno que esté en esa área, es la que menos emplean los chupa-sangre para atacar, pero, por el otro, la posibilidad de toparme con él cuando vuelvo de la ciudad es contraproducente.

—De nada serviría si fuera fácil —replico, inspeccionando la REC, asegurándome de que esté bien calibrada y todo en su lugar; los ingenieros han hecho un buen trabajo replicando las armas modificadas del traidor, aunque las BUV desarrolladas por los nuestros no son tan potentes, han hecho un buen trabajo, según informes —. Sé lo que hago y ya he esperado lo suficiente para esto. Además, iré con el tío Philip y su equipo. —mi impersonalidad es más bien despreocupación, pero me cuesta un poco darle demasiada emoción a mi voz.

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