Bloody Love

Capítulo 57

AVISO: ya ustedes saben lo que viene *guiño, guiño*. Si a alguien no le agrada ese contenido no estoy segura de qué está haciendo en esta historia, pero puede saltarse la escena.

Capítulo no editado. Me disculpo de antemano por cualquier error que puedan encontrar y espero que disfruten de la lectura. Este mensaje se autodestruirá en tanto edite el cap.

————

Bloody Love

Capítulo 57
Calma Antes de la Tormenta

KALEY

Nunca me han agradado las cámaras, pero ahora mismo estoy odiando mucho específicamente la que está en la esquina del ascensor del hotel, pues gracias a ella estoy aquí, de pie, siendo torturada por mi Instinto alebrestado y el olor de la tensión dulce-ácida que flota entre Lauren y yo que me tiene con las manos cosquilleando, dado que lo último que pienso hacer es darle un espectáculo a quienquiera que esté detrás de la pantalla.

Ella me echa miradas de soslayo cada tanto y sonríe para sí misma, un destello burlón en los ojos argénteos al que estoy muy acostumbrada porque claro que nota el estado en el que me encuentro, incluso mi semblante delata los denuedos que estoy haciendo para contenerme.

Y a pesar de que ella semeja estar más en compostura que yo, no es más que fachada, pues sé, porque sé, que está sufriendo el lento ascenso de la caja de metal casi tanto como yo.

No llevamos un montón de tiempo separadas, solo cuatro días, pero han sucedido tantas cosas en ese lapso que honestamente se siente como si hubiese sido una eternidad. Y entre incertidumbres, riegos y azares la urgencia de saberle cerca, sentirle conmigo, constatar que realmente estamos aquí, juntas, y que eso no va a cambiar en un futuro próximo es casi desesperada.

Y no es que la habitación esté tan lejos para sentirme tan impaciente, pero ella tampoco me colabora con la mano del brazo que tiene echado por mi espalda presionando la punta de los dedos en mi cadera con un masaje que podría pasarse por distraído si no supiera que lo hace con toda la intención.

Una vez la caja de metal llega a destino no me molesto en actuar paciencia, no tengo, el tiempo del que disponemos es limitado y no quiero malgastar un solo segundo en pretender que no me estoy muriendo por poner mis manos sobre su piel cuando ella es plenamente consciente de mi estado; sujetando la mano que estaba en mi cadera la remolco conmigo, casi arrastrándola, por el pasillo hasta la puerta de nuestra habitación.

Es ella quien tiene la llave, así que solo me quedo de pie en un costado, aguardando a que abra. Lauren, no obstante, parece disfrutar de verme así pues la única respuesta que obtengo a la intensa mirada que le dirijo es una sonrisa divertida y algo arrogante junto a un ladeo de cabeza casi provocador. Estoy a punto de rezongar cuando busca la llave en un bolsillo de su abrigo y procede.

Empuja la plancha de madera con un brazo y con el otro señala al interior de la recámara en una invitación a pasar, un gesto más burlón que cortés, por la sonrisa cuca que se trae. Le contesto el gesto con otro más sarcástico, ingresando al cuarto sin apartar la vista de sus ojos en ningún momento, un destello que me conozco perfectamente reluciendo en la plata.

La habitación es espaciosa, que no excesivamente grande, y por supuesto el mueble estrella es la cama King size pulcramente hecha con sábanas color marfil y cojines marrones entre las almohadas del mismo tono de las sábanas, haciendo juego con las paredes color hueso y los ornamentos y mobiliario de madera que le dan al espacio un aire elegante pero acogedor. Justo frente a la cama un pantalla plana en un soporte de pared, con espejos rectangulares desde el piso hasta el techo flanqueándolo y luego un corto corredor que da al baño muy bien equipado, con ducha y jacuzzi. Aparte de las luces convencionales hay unas cuantas lámparas ubicadas en puntos estratégicos por si se quiere una iluminación más tenue pero suficiente.