Bloody Love

Capítulo 42

Bloody Love

Capítulo 42
Soldados Efectivos

LAUREN

El lado positivo de que el Estado no se preocupe por las condiciones del distrito bajo, y mucho menos de sus numerosas estructuras sin propietarios que se interesen en su situación, es que no se nos complica en lo absoluto conseguir una para escondernos de la persecución de los hombres de mi media hermana.

El cuarto piso es propicio para estar fuera de sus radares, y mientras que ninguna esté sangrando, también estaremos fuera del alcance de los olfatos. Es la segunda vez que tengo que emprender una huida en la noche y, aunque no termina de agradarme, sé que enfrentarnos contra ellos, ahora, sería demasiado osado para no considerarlo acciones estúpidas.

Zam se hace con el derecho de vigilar en la sombra junto a la ventana para comprobar que los soldados pasen de largo, aunque de seguro todas nos damos cuenta cuando lo hacen, no son nada discretos, ni tienen el cerebro suficiente para saber que, cuando buscan objetivos tan hábiles, deberían revisar bajo cada piedra que se encuentren en el camino.

Apenas serán unos diez y se sienten envalentonados para darnos caza dado que no fueron liquidados con el resto de los tres equipos que mandó Lorene a buscar seguramente a Kaley, por las cantidades de plata que traen, cuando procuramos escapárnosles sin dilatarnos demasiado. La verdad es que solo se encuentran con vida porque se nos acabaron las balas a mitad del enfrentamiento y tuvimos que retirarnos por un callejón que, por suerte, estaba cerca.

Zam se aparta de la ventana cuando están demasiado cerca. Por lo que oigo los diez soldados se han dividido en dos grupos, pero no son lo bastante osados para pensar en separarse, por lo que parecen venir un equipo solo unos metros por delante del otro, cada uno en una acera, con pisadas fuertes y poco coordinadas, dando órdenes en voz alta. Demasiada alta.

Me arriesgo a adelantar hasta la ventana solo lo suficiente para mirar la acera de enfrente y sentir un dejo de ansiedad provenir de la cachorra. Los soldados caminan con cautela, escudriñando cada rostro y espalda de las pocas personas que caminan por ahí, atentos a todo lo que sucede en cada edificio de ese lado de la calle, pero nunca mirando hacia este.

Actúan como novatos, pero Lorene no enviaría a un equipo que no fuese de primera casta por la cachorra luego de haber demostrado reiteradamente lo que era capaz de hacer, no si su infiltrado en Moon la tenía al tanto de lo verdaderamente capaz que es. Entonces reparo en que no escucho los pasos de los otros cinco.

—Tenemos que salir. —murmuro, girándome para enfilar a la salida.

El sonido de la puerta trasera al ser abierta de una patada hace estruendo en el silencioso edificio, congelándome en el lugar por un momento. Al parecer los he subestimado. El escuadrón al otro lado de la acerca se acerca velozmente para ingresar por la entrada principal y así acorralarnos. O eso creen, pues todavía hay una ruta de escape que no creo que sean capaces de cubrir.

—Hay que subir. —indica Kaley.

Puede que sea cierto eso de que las grandes mentes piensan igual.

Con un movimiento de cabeza insta a su amiga a ir delante y las cuatro nos orientamos a las escaleras de emergencia, intentando no hacer sonar las pisadas. Subimos prácticamente pegadas a la pared, no hay que ser una experta en estrategia para saber que uno de los equipos va a estar subiendo por esta ruta en breve y mejor si no se dan cuenta de que hacemos lo mismo.

El sonido de la puerta de la planta baja nos frena a todas por un momento e incluso la cachorra y la Perra Ojiverde se agachan con efecto inmediato, seguramente por entrenamiento; Zam y yo nos limitamos a pegarnos a la pared. Los soldados no hablan, pero oímos sus pasos avanzar con cautela, analizando la estructura con los sentidos para definir nuestra posición.