Bloody Love

Capítulo 15

Bloody Love

Capítulo 15
Latente

KALEY

...

—Creo que ya puedes bajarme. —menciono luego de un largo rato pensando en el posible significado de aquella retorcida visión, sin encontrar una teoría lo bastante convincente o verosímil.

Será mejor dejar eso en segundo plano, creo que hay cosas más concretas y relevantes en las qué centrarme. Debo dejar ya la bochornosa comodidad de mi situación.

— ¿Te gustó el paseo, cachorra? —pregunta ella, socarrona, mientras me permite apoyar nuevamente los pies en la tierra.

— ¿Cuánto tiempo ha pasado? —evado su insinuación, conteniéndome de rodar los ojos, y me dedico a andar.

Ya he sanado completamente, a pesar de la cantidad de heridas que había sobre mi cuerpo. No eran la gran cosa, el Salvaje era un Rogue por lo que las heridas que pudiera causar no suponen un daño grave para un Alfa, a menos que fueran demasiadas, y por fortuna no lo fueron.

—Unas horas, el amanecer está a otro par. La ciudad ha de estar cerca.

Aparentemente tengo que volver a vérmelas con la versión más antipática de Lauren, la más irritante. No obstante, prefiero que sea así, no tengo cabeza para entablar conversaciones, y esta Lauren prefiere el silencio.

— ¿Qué tanto? —pregunto con esperanza de que esto acabe pronto, de no tener que lidiar con ella y no verme obligada nuevamente a sentir es molesto cosquilleo que me recordará que ella estará sufriendo una vez se haga de día.

—No lo suficiente. —dice secamente y continuamos con la caminata.

Se supondría que deberíamos ir evolucionando en cuanto a la extraña relación, si es que se le puede llamar de esa manera, que llevamos Lauren y yo, y su repentina y, a la vez, acostumbrada actitud borde no debería resultarme tan enojosa. Pero no es así, y, por el contrario, cada vez me sulfura más. ¿Por qué? Porque los cambios son cada vez más drásticos, ya que su actitud para conmigo va mejorando por vez, de ahí que el regreso a la indolencia sea más abrupto.

No logro comprenderla. Es como si, de un momento a otro, se transformase en otra persona. O yo lo hiciese. A veces soy una persona hacia quien siente atracción y con la que comparte un vínculo, y otras solo una loba más con la que se ve forzada a hacer equipo y a quien no ha asesinado por razones misteriosas.

Cómo sea, ya todo esto está empezando a hartarme. Aunque sigo pensando que no tengo derecho. Lo bueno es que todo terminará cuando lleguemos a la ciudad y cada quien pueda volver a su bando. Sin embargo, ¿qué es lo que pretende conmigo?

— ¿Por qué me llevabas en brazos? —la cuestión surge de repente y a partir de los pensamientos anteriores, no puedo frenarla, aunque dudo al momento de decirla.

—No iba a perder tiempo por tu temerario arrebato. —responde, su voz hace parecer que es una especie de reclamo, lo que me encrespa.

Bufo con incredulidad. ¿Cómo se atreve, luego de haberle salvado el trasero?

—Pues disculpa por querer salvarte la vida. —suelto en un tono que deje patente mi irritación.

—Nunca te pedí que lo hicieras —objeta, esquiva, y la rabia me hace dejar de lado todo pensamiento racional —. Habría terminado matándolo de todos mod...

Ya me harté, sus infelices cambios de actitud y cinismo ya son suficientes para poner a prueba mi escasa tolerancia, ¿y ahora esto? ¡Le salvé el trasero de un maldito Salvaje que estaba a nada de terminar con su miserable existencia! ¿Y qué es lo que me dice por eso? ¡Que «ninqui ti pidí qui li hiciris»! Es demasiado, ya esto es demasiado para mí.