Bloody Love

Capítulo 40

Bloody Love

Capítulo 40
Beneficio De La Duda

KALEY

Lauren insiste en conducir. No discuto con ella, pero opto por sentarme en la parte de atrás del deportivo que ha conseguido sacar Amber, quien prefiere sentarse conmigo. El trayecto a través de las calles es silencioso, al menos en el exterior, pues mi cabeza es un caos.

Todavía no logro comprender. ¿Por qué Lauren se dejaría caer en las provocaciones de Rita? Sabe manejarse en esas situaciones, lo comprobé cuando fuimos secuestradas por los Cazadores. ¿De qué estaban hablando, que le ha afectado de esa forma?

Hablaban de alguien que murió, alguien a quien asesinaron. Y aparentemente lo que hizo que orientara hacia Rita esa furia que sentía que la recorría –fue, francamente, abrumador– es el hecho de que ella sea familia de Neil Haight, quien, si mal no he entendido, fue partícipe de aquello.

No termino de saber qué es aquello, ni quien era la ... ¿humana, dijo?; a la que le sucedió. Tampoco sé qué cuadra mi padre en todo esto.

No sé cómo debería sentirme ahora mismo. Por un lado, Lauren le ha disparado a una de las personas más importantes en mi vida, y podría estar muerta; eso es algo que no debería ser capaz de perdonarle. Pero por el otro, ha sido Rita quien le ha picado con el tema de un asesinato, con una crueldad de la que no la pensé capaz e ignorando la gran energía rabiosa que desprendía la Vampiresa.

No sé qué pensar. No sé a quién echarle la culpa o si debería justificar los actos de alguna de las dos porque no tengo idea más que lo que ellas mismas han dicho de lo que estaban hablando. Y todo empezó con la mención del apellido de Rita.

¿Neil Haight mató a una humana? Y, en caso de que lo haya hecho, ¿quién era esa humana? Necesito una explicación.

Solo espero que Rita esté bien. De lo contrario no podría perdonar a Lauren por haberle disparado.

Lo bueno de que tu mejor amiga sea una Mediadora es que siempre sabe cuándo no tienes el apoyo que necesitas para no colapsar en ti misma. Amber sujeta mi mano, entrelazando nuestros dedos y dándole un apretón, dedicándome una mirada preocupada y consoladora. Le respondo con los ojos, incapacitada de sonreír o de siquiera amagar el gesto, y dejo caer mi cabeza en su hombro.

No sé si su presencia aquí es buena. Agradezco su ayuda, probablemente sin ella no la hubiéramos contado, o Rita hubiese terminado de todos modos con una bala en el pecho por un motivo diferente; pero ella no debería estar aquí.

Acabo de desertar de la manada, convirtiéndome, además, en traidora y futuro objeto de caza. Lo he perdido todo, a mi familia, a mis amigos, e incluso puede que una parte de mi honor se haya quedado en el instituto y el que ella esté aquí significa que también lo ha hecho. ¿Por qué no pudo solo dejar el coche donde le indiqué y volver?

Puede que se imagine lo que pienso, pues vuelve a apretar mi mano y deja un beso en mi cabello antes de descansar la mejilla en mi cabeza. Siento la mirada de Lauren sobre nosotras, no pudiendo ver el reflejo de sus ojos en el retrovisor desde este ángulo. Sigue muy molesta, aunque trata de calmarse, sus brazos están tensos y sostiene quizá con más fuerza de la debida el volante.

Llegamos al Marfil Tower en lo que para mí es tiempo indefinido, aunque el amanecer está acaeciendo. Nada más apagar el motor, Lauren sale del auto, sin mediar palabra ni hacer el más mínimo gesto que pueda insinuar que recuerde que no está sola.

Comparto una mirada con Amber, que se ve asombrada, mientras que yo estoy levemente contrariada. ¿Se va a poner en este plan? ¡Le disparó a Rita! Y necesito saber por qué.