Bloody Love

Capítulo 10

Bloody Love

Capítulo 10
Cuestión de Orgullo

KALEY

Me lleva...

¡Me lleva el demonio!

Estoy tan jodida. ¿Por qué a mí? Ahora muchas cosas están teniendo sentido. ¿Por dónde empezar? Ahora sé por qué la salvé de los Cazadores en aquel primer encuentro. Ahora sé por qué hubo un atisbo de sensaciones estimulantes aquella vez que me mordió. Ahora sé por qué no me importó demasiado ser marcada por ella. Ahora sé por qué tomé la precipitada decisión de ir por ella sola. Ahora sé por qué le dejé hacer lo que quería conmigo. Ahora sé por qué, cada vez que dice mi nombre, siento ganas de hacerla repetirlo.

Lauren, mi Mate. Lauren Volusek, traficante de muerte, hermana del actual Príncipe del clan Volusek y Princesa por derecho del mismo, responsable de numerosas bajas en las filas de Moon, ¡mi Mate! Qué perra es el destino.

Esto no puede ser. Va contra las leyes. Va contra mis principios, contra mi naturaleza, va contra lo que soy, lo que seré, contra todo lo que he conocido y probablemente contra lo que me falta por conocer.

Pero, si es tan cierto como parece ser, soy impotente ante esto. Si es mi Mate, no puedo hacer nada para cambiarlo. Salvo, tal vez, lanzarme de un risco, y no tenía planeado eso para un futuro próximo. Esto es meramente irremediable. Y soy perfectamente consciente de que, aunque pienso esto ahora, si progresa, llegará un punto en el que dejará de importarme, en que el lazo será demasiado fuerte y terminaré a su completa merced.

Y eso no es lo peor. Por supuesto que no es lo peor. Porque estar inquebrantablemente amarrada a una Vampiresa no es lo peor que a mí, Kaley Clark, hija de Killiam y Kya Clark, futura Alfa de la manada Moon, me puede pasar. Lo peor es que sé que, aunque el lazo también influye en ella, jamás llegará a sentir lo mismo que yo. Puede que sienta atracción, deseo o incluso puede que afecto, pero jamás sentirá amor. ¿Por qué? Porque es Lauren Volusek, ella no podría amar a una loba. Y sé muy bien que el lazo hace que un lobo, no solo ame, sino que sea devoto a su Mate.

Sé que hay factores que dicen que yo podría, y no quiero ilusionarme en que lo hago, significar algo para ella. Pero, la realidad es que todo lo que siente es atracción, acompañada por el apetito venéreo que de seguro la ha guidado durante toda su existencia, originada a raíz de lo que me dijo la primera vez que nos encontramos: «Tienes algo especial». Ahora sé que ese algo, también, se debía al lazo.

¿Qué hice para merecer esto? Pertenecerle, en más de un sentido, y por mucho que me desagrade eso, a alguien que jamás podrá sentir nada verdadero por mí.

No es momento para pensar en ello. Porque si no salgo de aquí no habrá nada por lo que deba, o pueda, mortificarme más.

—Tenemos que salir de aquí. —decido, siendo consciente de que sin su ayuda no llegaré muy lejos de donde sea que nos encontremos.

—Es el primer comentario inteligente que haces desde que despertaste. —replica Lauren con desinterés.

Suelto un gruñido de hastío, rodando los ojos; no estoy de humor para su sarcasmo.

—Si me ayudas, quizá sobrevivamos. —insisto, buscando con la mirada algo que pueda sernos útil, con determinación renovada.

Algo bueno ha salido de todo... ese asunto, pues como mi mente no tiene la capacidad de asimilarlo ahora mismo, me permite enfocarme totalmente en una meta distractora: salir de aquí a como dé lugar.

—No hay un nosotras, cachorra; y a menos que puedas quitarte o quitarme las esposas, de nada sirve tu planeamiento. —refuta ella sin dignarse a dirigir la mirada a mí.