Bloody Love

Capítulo 33

Bloody Love

Capítulo 33
Al Fondo Del Abismo

KALEY

Está decidido. No puedo soportarlo más, no voy a soportarlo más. Será esta noche, no voy a seguir aplazándolo, no voy a seguir torturándome al escuchar las mil y un cosas gritando en mi interior, no voy a seguir en el limbo del será o no será. Hasta hoy llega toda esta mierda de la indecisión.

Todo esto ya... ya es demasiado, ya estoy sintiendo demasiado, no debería estar sintiendo tanto, esto no debería ser tan fuerte, he intentado que no lo sea, pero ¡demonios!, que lo es.

Ya no hay marcha atrás, ya no hay forma de revertirlo, o de escapar, y las insistencias de Amber en que tome la decisión han rendido frutos, porque ya lo he hecho.

No estoy segura de si debería ser frustrante o solo gracioso, el saber que me estuve esforzando en evitar algo que sabía que no podría hacerlo, que, aunque estuviese empeñada en que no fuese así, en el fondo estaba convencida de que lo sería.

Quizá en un principio pude haberme convencido de ello, de que no era tan importante, de que no tenía por qué caer, pero luego de lo que pasó tras el episodio del Rogue, una parte de mí supo que no me desharía jamás de ese cálido sentir que se origina en mi pecho cada vez que lo recuerdo, cada vez que estoy con ella.

No lo comprendo. Ninguna ha tocado el tema, ninguna ha hecho alusiones al respecto, como si nunca hubiese sucedido, como si nunca hubiese estado devastada con sus brazos como protección y como si jamás hubiese escuchado las palabras tiernas que me dedicó; pero, aun así, el recuerdo se empeña en surgir, en estar ahí, en recalcarme lo perdida que estoy.

Y no voy a soportarlo más.

Hoy salgo sola. No tengo ánimos para que Amber esté preguntándome a qué se debe la inusual circunspección en mi rostro, que me esfuerzo en ir convirtiendo en serena despreocupación mientras hago el camino más corto al Marfil Tower, en medio de la batalla interna que libran dos molestas voces que parecen creer que lo que alguna de ellas diga podría hacerme cambiar de opinión.

Pero es imposible que lo hagan, solo una cosa podría hacerme cambiar de parecer y es lo único que no pasará ni aunque todos los planetas del cosmos se alineen.

Mi presencia siquiera ha sido anticipada. Se supone que nos veríamos mañana, pero hoy he tomado la decisión y, de esperar, seguramente terminaré dándole demasiadas vueltas al asunto y desistiendo, y no quiero dar marcha atrás, solo quiero acabar con esto de una buena vez por todas.

Claro que tomar esta resolución no fue tan fácil como un «lo haré» repentino. No. Hay demasiadas cosas implicadas, demasiadas interrogantes, demasiados sentimientos por allí haciendo estragos y he tenido que responderme todas y cada una de las cuestiones que me hice, de la manera más conveniente para la decisión, obviamente.

Pero hay una a la que no pude encontrarle respuesta, simplemente porque no la tengo.

¿Qué pasará después?

A estas alturas ya no puedo especular cómo podría reaccionar Lauren, o siquiera si se dignará a reaccionar una vez dicho lo que tiene que decirse. Pero no voy a molestarme en pensar en ello. Realmente no importa, ¿cierto? Es mi decisión, y si no quiere respetarla, le costará mucho oponerse a ello.

A decir verdad, lo que pase después es lo de menos. Podría morir mañana o vivir mil años, pero, si no hago esto hoy, no podré vivir conmigo misma por lo que se extienda el resto de mi vida. No hay marcha atrás, tengo que hacerlo, aunque signifique la muerte de mi corazón, será la única manera de mantenerme cuerda.