Capítulo 26

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Bloody Love

Capítulo 26
Empezar a Caer

KALEY

La iluminación llena la estancia con demasiado poder invasivo para mi sueño, que tiende a ser muy ligero. Suelo despertarme al mínimo roce de la luz, pero hace mucho rato que ha amanecido y la alcoba está sumida en un cálido amarillo. Pero no es mi alcoba. Y el comodísimo colchón sobre el que reposo no es el de mi cama.

Entonces fue real.

Sinceramente, consideré que fue solo un sueño, un dulce y apasionado sueño de esos tantos donde aquella Vampiresa de ojos tan letales para mí como la plata a la que asemejan era la protagonista. Pero no lo fue. Realmente pasó, estoy sobre su cama, en una habitación de castillo en su territorio, desnuda bajo las suaves sábanas que me deleitan con su esencia, y ella fue mía.

O, al menos, lo fue mientras duró el encuentro.

Pese a que me gustaría haber podido dormitar un poco más, estoy más llena de energía que nunca. Me incorporo, desperezándome y dejando que las sábanas se deslicen de mi cuerpo al verme sola en la estancia. Si no lo estuviera probablemente tampoco me importara, después de todo la desnudez no es tabú para un lobo. Localizo mi ropa, en diferentes ubicaciones del suelo y me dispongo a recogerla.

Debería darme un baño. Estoy muy segura que ahora mismo estoy oliendo a tres cosas: a Vampiro, a Lauren y a sexo. Aunque seguramente quien me huela solamente identificaría la primera y la tercera cosa. Bien podría solo vestirme y ya, pero, aunque Amber seguramente tendría un olor muy similar al mío, sería complicado de explicar por qué huelo a chupa-sangre y a una persona que no es ella.

La puerta del fondo, que sé no es el armario pues está empotrado justo al lado, me conduce al baño. No tengo la confianza de moverme a placer por la residencia, por no decir solamente la habitación, de Lauren, pero supongo que no se molestará porque me dé un baño. Y, en caso de que lo hiciera, prefiero lidiar con eso que con interrogatorios por parte de cualquier miembro de la manada.

Uso la regadera, con paneles de cristal y un estilo muy contemporáneo para tratarse de un edificio de más de cien años de antigüedad, en lugar de la bañera, que luce bastante más a tono con el resto de la decoración, porque solo es una ducha rápida. Localizo toallas limpias en uno de los compartimientos del escaparate de madera junto al lavabo.

Tiene jabones y lociones neutras, igual que yo en mi habitación del instituto. Es un truco de los mejores: emplear productos de higiene personal de olores no característicos que incluso tienden a desvanecerse luego de un rato para no ser tan fácilmente reconocible por el olfato de otros. Recojo mi cabello en un moño improvisado para no mojarlo. No me dilato demasiado, aunque la caricia del agua templada se siente deliciosa, algo de jabón y cuando pienso que no quedan restos de olores en mí a fuera.

Probablemente mi ropa también huela a ella, pero teniendo en cuenta que la ropa es más fácil para atrapar aromas que la piel, podría ser por cualquier persona de la que haya pasado muy cerca en la calle.

La mañana está más fresca que nunca y la iluminación no es tan intensa para resultar molesta; la vista que da el balcón es espectacular, pero no me detengo a contemplarla por mucho. Tengo que reunirme con Amber para volver a la sede tan pronto como sea posible y quiero saber dónde está Lauren. Considero que debería al menos despedirme luego de la noche que pasamos.

Pero el lugar está completamente desierto. Al salir de la habitación no la encuentro en la sala, y no me siento en confianza de ponerme a revisar las habitaciones, y tampoco siento su presencia cerca. No creo que esté fuera con el sol, pero tampoco está en plantas adyacentes del edificio. Me siento un poco incómoda sola aquí, sin libertad de vagar por su residencia; solo compartimos una noche de pasión, pero la promesa de repetirla no quiere decir que tenga derecho a nada.

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