Bloody Love

Capítulo 59

Bloody Love

Capítulo 59
La Confesión

LAUREN

Las alarmas se activan tan pronto el aviso suena. El pesado ambiente en la habitación se levanta en menos de nada para dar paso a esa tensión que crispa los nervios que siempre precede a un inevitable enfrentamiento. Como si todo no fuera lo suficientemente complicado por sí solo…

Mientras Kya y Kaley se yerguen en sus puestos, una imposibilitada de moverse muy bruscamente, la otra entrada inmediatamente en alerta, ambas con el ceño fruncido y mandíbulas prensadas en un gesto de determinación idéntico. Definitivamente no sé cómo es que siempre asocian más a Kaley con Killiam, si con su madre son casi dos gotas de agua.

—Comandante, tenemos visitas —informa el Capitán Clark por su propia radio, compartiendo una mirada agravada con las otras dos personas que portan su apellido —; toma los treinta mejores guerreros que estén en condiciones de pelear y ve a la entrada.

A pesar de que se supondría que Acker es de mayor rango, el simple hecho de ser un Clark le da una jerarquía al Capitán más allá de los rangos.

—Dudo mucho que lleguemos a ese número, no con soldados de alto nivel, al menos. —replica el Comandante por la frecuencia, por la forma en que habla es evidente que ya está puesto manos a la obra.

Supongo que no, la mayoría de los guerreros de Moon yacen en su sede, y por supuesto que fueron los novatos y no los veteranos los que escaparon junto a los demás. Esos números no les bastarán contra los hombres de Lorene, pues claro que ella mandará todo menos novicios tras la pista de los supervivientes de Moon.

—Voy con ustedes. —Kaley se levanta en el acto, inflando el pecho con determinación.

A pesar de mucho no puedo siquiera pensar en detenerla. Sí, me indigna sobremanera que todavía quiera salir a dar la cara por tipos como el tal Rady que incluso con todo lo que ha hecho tiene las agallas de despreciarla, pero tratar de frenar a una Alfa de proteger a la manada que siente suya, sobre todo cuando ésta ya ha sido herida de fatalidad, no es la mejor idea del mundo, no si quiero conservar el buen estado actual de nuestra relación.

Ella se queda mirando a su tío antes de actuar, sin retarlo, pero con un arrojo en sus ojos que hace pensar que está esperando a que la contradiga para argumentar. Él, no obstante, no objeta. Solo asiente secamente, un movimiento casi de un soldado hacia su superior, antes de girar sobre sus talones para salir de la habitación.

La cachorra va a seguir sus pasos, pero su madre la frena sujetando su muñeca. Ella se vuelve a mirarla sobre el hombro, frunciendo el entrecejo, preocupación en sus ojos. Mientras tanto, cuando el Capitán abre la puerta el sonido del jaleo ocurriendo fuera se cuela en la habitación.

—Kaley, necesito que te quedes —le pide Kya con énfasis, la desesperación en su rostro haciéndola lucir más extenuada que hace un momento, o tal vez sea que el veneno está actuando —. Lo que tengo que decirte es importante, y no tengo idea de cuánto tiempo…

—No te preocupes, mamá, volveré pronto —le corta, su voz mucho más suave que cuando habló hace un momento, y se gira completamente para depositar un beso en su cabeza —. Me haré cargo de esto. —promete con determinación.

No le deja tiempo a insistir, se da la vuelta tan rápido que siquiera tiene tiempo a mirar a Kya abrir la boca y de largas zancadas ya se encuentra fuera. Voy tras ella, en parte porque quiero asegurarme de que tenga un buen refuerzo en caso de que no haya soldados competentes disponibles, pero mayormente porque la idea de quedarme en esa habitación a solas con su madre y King hace que me pique la incomodidad en todo el cuerpo.