Bloody Love
Capítulo 34
Sobre DeslealtadLAUREN
Los días se pasan como si llevaran un grillete en los tobillos. Las noches pasan deprisa. Y la variación entre ambos momentos comienza a resultar agobiante. Durante uno no tengo suficientes cosas que hacer para considerarlo productivo, durante el otro, la mayoría de las muchas cosas que hago no me parecen relevantes.
Pierce ha querido que deje la búsqueda del traidor, lo que me ha resultado más extraño de lo que normalmente me parecen sus decisiones, alegando que soy más útil en otras tareas, cosa que llegó a sulfurarme un poco. Puede que no haya tenido muchos avances, pero no tengo nada concreto con lo que trabajar y, si yo no pude dar con algo, no creo que nadie más en el clan pueda.
Aunque no me lo dijo, sé que ha asignado la tarea a otra persona y tengo la leve sospecha de que comparto la mitad de los genes con ella. Entiéndase por leve sospecha el hecho de que estoy prácticamente segura de ello.
Lorene últimamente se la ha pasado más a menudo en el cuartel general, específicamente en el despacho de Pierce, y sus conferencias no duran más de diez minutos, lo que dice que han de tratar temas puntuales y presumiblemente importantes. Lo suficiente para que Lore deje de lado su aversión hacia él y tengan reuniones sin la compañía de nadie más. Lo que quiere decir mucho.
Ninguno de los dos me lo ha confirmado expresamente, pero las insinuaciones de Lore nunca son tan vagas como ella pretende, o yo sé interpretarlas mejor de lo que ella pretende. No desestimo las habilidades de mi hermana, pero ella jamás ha sido una traficante, por lo que en un principio me desconcertó que le diese la misión justamente a ella luego de haber estado en mis manos. Pero, ahora, pensándolo con más objetividad, puede que eso le resulte producente.
No piensa como soldado, ni como traficante, mucho menos como la nobleza, pero sabe sus formas de actuar y operar, lo que le puede significar una ventaja en la tan enigmática búsqueda. Eso y los muchos contactos que tiene, de los que nos hemos estado beneficiando todo este tiempo.
Al inicio no me agradó ni un poco haber sido desplazada de la misión, aunque, ahora, veo que ha sido muy beneficioso para mi humor y autorrealización. Lo mío es el campo, no estar en un recinto ojeando perfiles y buscando respuestas a los problemas de alguien más. Además, saber que no le ha asignado esa tarea a un completo incompetente también es un consuelo.
Desde hace dos noches que el Príncipe no me ha encomendado misiones especiales, por lo que me he dedicado a contribuir con algunos equipos de traficantes de alta casta, solo para entretenerme.
La guerra está más encarnizada que nunca. Ambas partes intentan con todo afán ganarle terreno a la otra, pero las estrategias siempre terminan contrarrestándose o igualándose, y la colisión hace que tengan que retroceder hasta quedar igual que antes, ahora con más bajas para los registros. La partida semeja estar en punto muerto y Pierce está que se quema las neuronas por el esfuerzo de idear qué hacer para remediarlo.
Soy perfectamente capaz de darme cuenta que tenemos que hacer un cambio en nuestra posición. Nuestros equipos no han logrado adentrarse en el territorio de Moon y volver con resultados positivos, o, al menos, con más de la mitad de los integrantes originales. Los de Moon, por otro lado, se han vuelto más osados en la ofensiva.
Solo hay cuatro escuadrones de lobos que se atreven a incursionar en el centro y que, sorprendentemente, han tenido la destreza de salir con un mínimo de bajas, o con ninguna. Dos de agentes pasivos y dos de agentes activos.
Los pasivos se encargan de recolectar información, dirigidos por el Teniente de Moon y un antiguo miembro restituido que hace rol de Capitán, un Clark. Los activos tienen la tarea de usar la información obtenida en su beneficio y ya desde antes tenían varias miras encima por el gran problema que representan, pero, ahora, todas ellas les apuntan: los equipos del Comandante y la futura Alfa.

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Bloody Love
Paranormal¿Pueden una loba y una Vampiresa llegar a amarse? Ciertamente, y cuando comparten un destino escrito, es posible. Kaley Clark, una mujer lobo a punto de cumplir la mayoría de edad, jamás pensó siquiera llegar a sentir empatía por alguien como el...