En el nombre del Padre

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Pasó toda una semana hasta que Rohan volvió de aquel "importante viaje" el cual no le había permitido acudir al desfile, pero algo le decía a María que este estaba evitando la reunión su sus majestades. 

Por otro lado, tampoco había vuelto a ver al marqués, se había ido sin despedirse y eso la mataba. Si sus cálculos eran correctos y el hijo que esperaba era del marqués, iba casi en el tercer mes de embarazo, aunque no lo parecía en su abdomen el cual no había apenas crecido a pesar de notar los primeros síntomas. 

Se levantaba vomitando todas las mañanas, solo podía tomar sopas y carne de pollo, pues el sabor de cualquier otro alimento salado la asqueaba hasta el punto de vomitar. Aquella mañana no fue diferente, se levantó corriendo y giró su cuerpo rápidamente hasta agarrar una palangana de porcelana para poder vomitar sin ensuciar el suelo. Auguste se despertó sobre saltado mientras se acercaba a su esposa para colocar la mano sobre su espalda. 

-Para variar.-rio el joven mientras bostezaba y besaba su espalda. 

-Si mi destino es ser como mi madre... Dudo poder hacer esto dieciséis veces más.-se quejó la joven. 

-Me temo que eso solo está en los planes de Dios, majestad.-rio Auguste mientras se levantaba para asearse.

María optó por un atuendo formal, no, ir  a ver al cardenal no era algo que estuviera deseando, pero sabía que era el camino perfecto para mostrar su inocencia, Gabrielle se quedaría con los todos los niños mientras sus majestades se acercaban a la catedral. Un vestido de satén color verde oscuro con mucho volumen se ajustaba a su cuerpo de manera muy femenina. 

-Ese conjunto te hace ver muy seria y formal. Creo que es perfecto para la ocasión.-la animó Gabrielle.

-Confío en tu juicio. No hay mucho tiempo. Debo apurarme para ir con Auguste, gracias una vez más. 

Una luz clara tras al vitral iluminó a sus majestades que se acercaban en silencio por el amplio pasillo tras santiguarse, detrás de ellos se dirigían el marqués y Blaisdell. El marqués se había mantenido serio y callado, como siempre. 

Pero todo ese asunto hacía que María se sintiera menos centrada en Gilbert que de costumbre. El cardenal se encontraba de espaldas a sus invitados. 

-El nombre del Padre, del Hijo y el Espíritu Santo...-murmuraba el cardenal. 

"Ya es muy tarde para todos los pecados a nuestras espaldas", pensó María.

Rohan se giró y volvió a santiguar a sus majestades mientras los saludaba. 

-Que el amor de Dios esté con ustedes, mi rey y mi reina. 

-Y también contigo querido primo.-respondió el joven rey, María por otro lado no contestó.-Estamos aquí para preguntarte sobre el collar... ¿Qué sucede, primo?-preguntó Auguste para no hacer que María tuviese que estar mucho tiempo con el cardenal. 

El cardenal fijó sus ojos en María primero, después en el rey, su rostro delataba culpabilidad, también parecía nervioso, sus regordetas manos temblaban más cuando intentaba calmarlas. 

-Sí... He oído hablar del collar. Como mensajero de Dios, juro que no puedo decir una mentira ni podría usar el nombre de la reina para comprar un collar de diamantes. Simplemente...-tragó saliva mientras respiraba.-Escuché que a la reina le gustaba mucho ese collar... Pero por alguna razón no podía comprarlo abiertamente. Por eso la reina pidió a su amiga que me pidiera que la ayudara a acercarse a ese comerciante.-paró unos segundos de hablar, parecía a punto de ponerse a llorar.-Sé.. Sé que lo hice con la intención de ganarme el favor de la reina con ese precioso regalo... Su majestad, sabe que ofendí a la reina en el pasado. Esto fue un acto de egoísmo. Perdóneme por no informarle del asunto.

María. (TimePrincessGame) Terminada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora