Adelaide (Capítulo corto)

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La joven corría intentando huir de aquel grupo, los guardias luchaban con valentía, pero nada parecía calmar a los rebeldes.

Una puerta no tardó en abrirse indicando a la reina que entrase, la joven pasó adentro rápidamente mientras cogía de nuevo aire para sus pulmones. Sentía a sus hijos temblar del miedo, pero en todo momento se habían comportado con valentía. 

-Mi reina, tenéis que iros de aquí.

La voz de Adelaide la tranquilizó sabiendo que estaba en buenas manos, la joven abrió los ojos volviendo de nuevo a la realidad, una de las criadas de confianza de la princesa abrió uno de los pasadizos para que la joven y sus hijos caminasen por ahí. 

-¿No vendréis conmigo?-preguntó la reina. 

-Los revolucionarios necesitan entretenerse con algo.-respondió con frialdad y la espalda igual de recta que siempre. 

-¡Tía Adelaide! No podéis quedaros.-respondió la pequeña Carlota.

Adelaide sonrió ligeramente mientras comprobaba que sus pendientes tenían el tornillo bien colocado. Sacó su abanico y lo movió con lentitud. 

-Nací aquí, su alteza real. Moriré aquí como la princesa que soy. Pero usted aún tiene mucha vida por delante, es por eso que deben ponerse a salvo lo antes posible. 

María se enorgulleció de las palabras de Adelaide, sabía que todo el odio injustificado de parte de la adulta era por envidia, ella se merecía más que María ser reina, nadie lo dudaba, tenía el linaje perfecto, una inteligencia sorprendente y una astucia admirable. Lo único que le faltaba era haber nacido hombre, esa era una cruz que todas las mujeres debían llevar a sus espaldas, pero aunque Adelaide nunca había llegado a ser reina, estaba dispuesta a morir como una. 

María realizó una pequeña reverencia ante Adelaide lo que hizo que la princesa se quedara con la boca abierta. 

-Usted es la reina, no tiene que reverenciarse ante mí.

-No lo hice como reina, sino como María. Siento un gran respeto por usted, mi señora.-María realizó una pausa para coger aire.-Espero que en otra vida tengamos la oportunidad de conocernos mejor. 

Adelaide también se quedó unos momentos en silencio y después ver como la puerta estaba a punto de echarse abajo, también realizó una reverencia a la familia real antes que esta cruzara el pasadizo para dirigirse a las afueras del palacio. 

El rey caminaba de un sitio a otro, un gran número de hombres lo protegían mientras Blaisdell parecía pensar en una solución, ambos sudaban tanto que parecía que les daría un golpe de calor en ese mismo instante. 

-¿He de coger un arma y entrar yo mismo a por mi famila?-la voz de Auguste sonó tan fuerte que los soldados dudaron de las órdenes del superior Belpois. 

Una vez la puerta se abrió, todos los presentes se giraron rápidamente y suspiraron con tranquilidad al ver a María saliendo junto a los niños de los pasadizos. La pequeña Carlota corrió sin pensarlo hasta su padre para abrazarlo, este agarró sus brazos para levantarla del suelo mientras agarraba su cabeza con su mano. Incluso salieron un par de lágrimas por el costado de su ojo. 

El joven se puso en pie para acercarse rápidamente a la reina y a su hijo para abrazarlos con el brazo restante. No había tiempo que perder y debían darse toda la prisa posible. Gabrielle no tardó en salir de allí, todos los carruajes se pusieron en marcha en cuanto la familia real se unió, habría tantos a los que no volverían a ver. 

Versalles había caído y con ello, todo lo que conocían hasta entonces. 

Gabrielle habló con María ofreciéndole de nuevo que se fuera con ella a Suecia, pero María no podía irse del páis, los revolucionarios ya estaban lo suficientemente cabreados como para que los reyes desaparecieran. 

El camino fue muy silencioso, María estaba aún en estado de shock, se giró para mirar por la ventanilla de atrás lo que muchos años había sido su hogar, el palacio estaba destrozado y muchos de los árboles se encontraban ardiendo. 

Pero su corazón guardó un atisbo de esperanza cuando vio a unos cuantos soldados saliendo de allí, sobre todo por ver quién los dirigía hacia fuera del palacio con una orden de retirada.

María. (TimePrincessGame) Terminada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora