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Nunca pensó que fuera tan difícil lidiar con una persona como Sasuke. No sabía que hacer, por un lado no quería fomentar el acercamiento entre ellos debido a lo ocurrido, y por el otro, a pesar de no demostrarlo, habían momentos en los que sentía que ese chico de dieciséis, estaba pidiendo desesperadamente ayuda en un grito enmudecido.

A pesar de todo, había pasado un buen día, aunque el silencio espeso al regreso lo incomodó un poco. Nada más llegar, Sasuke, sin decir nada, se bajó del auto y entró a la mansión, ignorando el saludo de uno de los sirvientes.

Naruto se quedó observando, hasta que se le perdió de vista, le dió las llaves a un mozo y fué directamente a su habitación. Estaba realmente cansado, necesitaba dormir con urgencia, y eso hizo. Tomó un baño y dejando salir las preocupaciones de su cabeza, se tiró en la cama apenas con un boxer.

Casi a la media noche los toques insistentes en la puerta lo hicieron maldecir. Con un quejido se levantó y colocó un pantalón de chandal antes de atender. Cuando abrió, vió a Itachi apoyado en el umbral.

—¿Ocurrió algo?— preguntó extrañado.

—Estoy ahogado de trabajo y no he podido pasar el rato contigo. Así que levanta el culo y toma un trago con tu viejo amigo— dijo divertido.

Naruto negó con una sonrisa, y resignado, se puso un suéter blanco y lo siguió. Camino a la biblioteca, se detuvieron delante de una ventana que daba hacia el jardín. Las luces del estudio de Sasuke estaban encendidas, Itachi frunció el ceño y suspiró antes de seguir caminando.

—¿Dejas que esté ensayando tan tarde?— preguntó.

—Al principio lo reprendía, pero me dí cuenta que es su manera de desahogarse. Si lo ayuda, no puedo prohibirle que baile.

Naruto apretó los labios en una línea fina y miró hacia atrás, sintiéndose un poco incómodo. Pero si su hermano decía que estaba bien ¿Quién era él para objetar lo contrario?

Ya en la biblioteca, el anfitrión le ofreció un vaso con un whisky escocés bastante fino, y se sentó en un sillón, justo frente a él. La conversación trivial fluyó sin problemas, habían pasado juntos todo el periodo de la universidad, y esa época nunca se olvidaba. Casi una hora después, se estaban contando los sucesos de los años que permanecieron lejos uno del otro.

—¿Entonces, me dirás qué ocurrió con Hinata Hyuga?— preguntó Itachi, escondiendo su risa detrás del vaso.

Naruto rodó los ojos y se recostó, extendiendo un brazo a lo largo del espaldar del sofá que ocupaba.

—No se adecuaba a mi estilo de vida— respondió, evitando detalles.

—Vamos... es la típica "niña rica"— señaló su amigo.

—Es una buena mujer, pero no funcionó. What can I tell you? (¿Qué te puedo decir?) Creo que ahora me odia— rió desvergonzado.

Itachi bebió y se inclinó hacia adelante, jugando con las gotas que cubrían su vaso debido al hielo.

—¿Seguirás soltero el resto de tu vida? Seguro tienes alguna pretendiente— el rubio se encogió de hombros.

—No estoy interesado. En eso se diferencian nuestras culturas, mis padres no me insisten en que me case. Aquí en Japón es distinto— Itachi asintió —Pero podría hacerte la misma pregunta.

—Te burlarás, pero soy el tipo de persona que cree en el amor— confesó, rodando los ojos cuando el americano soltó una carcajada.

—¿Esperas encontrar a tu alma gemela?— preguntó sarcástico.

—Ya la encontré... pero se quedó en New York, con mi antigua vida— dijo serio y Naruto frunció el ceño.

—Habla, hombre... ¿Quién es? Espera— exclamó —¿Izumi, la de la facultad de derecho?

—¿Qué? No, no— rió.

—¿Entonces quién?— Itachi miró el vaso y negó.

—Creo que he bebido suficiente— señaló y se puso de pie —Otro día te contaré.

What?! Don't leave me with the intrigue, man. (¡¿Qué?!, No me dejes con la intriga, hombre.)— lo siguió hasta la puerta, después de dejar el vaso en una mesa.

—Te lo diré antes de que te vayas, lo prometo— se disculpó —Ve a descansar, ya te molesté demasiado. Son las tres de la madrugada.

—Tsk...— protestó —Descansa entonces. Mañana saldré a correr ¿Vienes conmigo?

—De acuerdo— se despidió con la mano y se perdió en los pasillos.

Naruto giró sobre su eje y comenzó a caminar en la dirección contraria, sin poderlo evitar, cerca de la pared con ventanas. Maldijo al ver aún las luces del estudio encendidas. Después de un suspiro, dejó la mansión y atravesó el jardín hacia el lugar. Tocó la puerta, recordando las consecuencias de no haberlo hecho anteriormente, pero nadie contestó, así que la abrió y después de pasar el pequeño recibidor, llegó al tabloncillo.

Sasuke estaba allí, acostado de lado en el suelo, totalmente rendido.

Are you a masochist, boy? (¿Acaso eres masoquista, chico?)— murmuró y sonrió, por el doble sentido.

Caminó hasta él, observando que tenía los pies con múltiples rosaduras de las zapatillas y éstas estaban arrojadas a un lado. Se agachó y movió ligeramente su hombro, pero Sasuke solo se encogió y protestó.

You look so sweet when you sleep... (Tan dulce te ves cuando duermes...)— confesó, retirando un mechón negro de su cara —Come on... (Vamos...)— con cuidado, lo tomó en brazos y se puso de pie. Tal como imaginaba, Sasuke era bastante ligero.

No sabía exactamente dónde quedaba su habitación, pero se dirigió hacia el ala donde estaba la de Itachi, suponiendo que se encontraba cerca de la suya. No avanzó mucho, hasta que al mirar abajo, notó que el pelinegro tenía los ojos abiertos, mirándolo fijo.

—¿Puedes caminar, o tengo que cargarte lo que queda?— preguntó.

—Estoy cansado— murmuró somnoliento y se abrazó a su cuello, provocando que Naruto tenzara su espalda.

—Hey...

—Hueles bien— balbuceó.

—Tú apestas a sudor, deberías bañarte antes de entrar a la cama— dijo serio, todavía tenso.

—¿Quieres hacerlo tú?— preguntó —¿No te tienta saber que puedes hacer lo que quieras conmigo, y yo te dejaría?

—¿Sigues con eso?— suspiró, buscando paciencia —No eres un mal chico, Sasuke ¿Por qué esa falta de amor propio?— no lo escuchó decir nada, hasta después de unos minutos.

—Estoy desesperado— murmuró, apoyando la cabeza en su pecho.

—¿Desesperado por qué?— indagó, verdaderamente curioso.

—Por demostrar que puedo sentir, que todo no me da igual...

Naruto se detuvo y lo miró, por un momento afectado con sus palabras.

—Dime dónde está tu cuarto, necesitas dormir. Seguro después te sentirás mejor— terminó diciendo.

Lo dejó justo delante de su puerta y se dispuso a irse sin más, pero Sasuke tiró de su manga, obligándolo a mirarlo. En sus ojos se veía ruego, pero Naruto no podía ceder, no con él.

—Hasta mañana, Sasuke— tomó su mano y suavemente se deshizo de su agarre.

SWEET (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora