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No negaba que le afectaba perder un puesto que mantuvo tantos años y por el que trabajó arduamente, pero Naruto no iba a arriesgar su relación por los caprichos de sus padres. Sasuke se había convertido en todo para él, su felicidad estaba por encima de la suya propia, ni siquiera tenía que meditar renunciar a la empresa, para mantenerlo a salvo.

Nunca pensó que se fuese a enamorar y entregar completamente, su vida hasta antes de conocerlo había sido de cierto modo superficial, llena de fiestas, sexo, parejas sin vínculos verdaderos. Hinata era un mal recuerdo de esa época, de sus fallos; ella representaba errores que quería olvidar y los cuales mantendría al margen de su relación actual. Mientras conducía, maldijo la hora a la que se le ocurrió a ella regresar de Seoul.

Llegó al Majestic justo cuando terminaba la función, esperó afuera a que saliera un poco de público y luego entró, en busca de Sasuke. Camino a tras bambalinas se encontró con Kakashi, quién lo miró extrañado.

—¿Por qué estás aquí?— le preguntó.

—¿Cómo que, por qué?— inquirió serio, con tono despectivo —Vine a buscar a Sasuke.

—Pero... yo pensé que él se había ido contigo— murmuró confundido.

—¿Qué...? ¿Dónde está?— preguntó ansioso, mirando a su espalda.

—Te digo que se fué. Le dijo al director que no se sentía bien, el remplazo ocupó su lugar y lo ví subirse a un auto negro— Naruto negó confundido.

—No puede ser...— murmuró nervioso y sacó su teléfono, esperó a que Sasuke respondiera, pero no lo hizo —¡¿Qué mierda...?!— exclamó e intentó de nuevo.

—¿No contesta?— preguntó Kakashi, preocupado.

—¡Dime cómo era ese auto! Algo que recuerdes— exigió, repitiendo la llamada por tercera vez.

—No me fijé, solo que era negro y grande, quizás un BMW. Estaba ocupado con...

—¿No viste a nadie salir?— interrumpió, ésta vez llamando a Shikamaru.

—No, Sasuke solo entró en el asiento trasero— respondió.

Naruto...— saludó el asistente.

—Sasuke no está en el Majestic, no me avisó si iba a algún lado. Lo recogió un auto negro...— comenzó a explicar, dejando a Kakashi atrás y rumbo a la salida —¡No me importa si movilizas a medio NY, pero quiero que aparezca ya!— gruñó.

Llamaré a seguridad, seguro podemos rastrear el auto con las cámaras CCTV.

—¡Ahora, Shikamaru!— ordenó y colgó, para volver a insistir con el número de Sasuke —¡¿Dónde carajos estás, sweetie?!— murmuró desesperado.

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—Me parece muy pretencioso de tu parte exigirme una cena sin avisar previamente, sobre todo con los recientes sucesos.

—Si no le interesara lo que tengo que decir, simplemente no hubiera aceptado— explicó, su rostro inexpresivo.

Minato hizo una mueca y bebió del vino que le habían acabado de servir, luego atizó su barba y miró al chico.

—¿Entonces...?

—Naruto es su único hijo...— comenzó, y lo vió asentir una sola vez —¿Y está de acuerdo en perderlo?

—Fué su decisión.

—Creo que sabe tan bien como yo, que no es así totalmente— señaló, alcanzando la servilleta de tela para jugar con una de sus esquinas —¿Pretendía reanudar el negocio con mi hermano?— Minato sonrió de lado.

—¿Él te dijo?

—No, pero no soy nada tonto. Solo debía pensar un poco, Naruto se ofende si dudan de su moralidad, es demasiado correcto. Yo soy su único fallo— dijo lo último en voz baja, con un ligero tono de orgullo —Mi hermano está renuente a aceptar nuestra relación, así que no creo que haga ningún trato con usted.

—¿Entonces para qué me llamaste en realidad?— preguntó con hastío.

—Porque yo amo a su hijo,— confesó, mirándolo a los ojos y sin pizca de temor —y sé lo que duele perder a un padre, o a ambos. Aunque Naruto no lo admita, está afectado con ésta situación.

—Él lo eligió...

—¿Está seguro?— interrumpió —Decidí hablarle porque no creo que sea una mala persona. Solo un hombre de convicciones puede criar a alguien como él. Debería plantearse si vale la pena separarse de su único hijo por el orgullo y la ambición.

—¡¿Pero quién te crees, chiquillo?!— gruñó, llamando la atención de las personas en el restaurante.

—¿Es por mí? ¿Porque es gay?— insistió —A lo mejor si fuese una chica no hubiera problema, él no se separaría de ustedes, le agradaría a su madre... Pero no lo soy— frunció ligeramente el ceño —¿No basta con confesarle que nadie lo va a querer como yo? ¿Que intentaré hacerlo feliz por todos los medios? ¿No es eso lo que debería desear un padre?— Minato estrechó sus ojos, tan azules como los de su hijo, y se recostó en el espaldar de la silla —Mis padres murieron cuando tenía seis, por más que desee hablarles, abrazarlos, o simplemente escuchar sus regaños... no puedo. Nunca podré. Pero me parecería igual de duro que estuviesen vivos y tampoco tener contacto con ellos. Por eso no quiero que Naruto pierda a su familia, sé exactamente lo que está sintiendo, aunque yo nunca me decepcioné de los míos— vió como Minato apretaba el puño sobre la mesa —¿Acaso su hijo tiene precio?

—¡Claro que no!— siseó.

—¿Entonces por qué permite que se aleje solo porque no le da lo que desea? ¿Cuándo fué que decidió darle más valor a unas acciones que a su propia sangre? ¿Es tan malo que ame a un hombre?

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—¡Shikamaru...!— exclamó al teléfono, cuando éste lo llamó. Había conducido por las calles largo rato sin rumbo fijo, rogando dar con Sasuke aunque fuese de casualidad.

Era el auto de tu padre— respondió el asistente y Naruto pegó un golpe en el volante, furioso —Fueron a un restaurante de quinta avenida y salieron con rumbo a tu departamento hace media hora. Los estoy siguiendo por las cámaras.

—¿Viste a Sasuke? ¿Está bien?— preguntó, girando rápidamente en una esquina y cambiando de dirección.

Sí, lo ví subir al auto por voluntad propia.

—De acuerdo, yo me encargo desde aquí— exclamó y colgó.

Se saltó varios semáforos camino a su departamento, y entró al estacionamiento del edificio haciendo chillar las gomas del deportivo en cada giro. Frenó repentinamente y bajó del auto, justo cuando divisó a Minato y a Sasuke salir del BMW, y furioso se acercó, tomó la mano del chico y lo apartó de su padre.

—¡¿Qué significa ésto?!— gruñó alterado.

—Naruto...— llamó Sasuke, sujetándo su brazo.

—¡Aléjate de él!— amenazó a su padre, con los dientes apretados.

—¿Es así de sobreprotector contigo todo el tiempo?— preguntó el mayor a Sasuke, y éste se encogió de hombros. Naruto los miró a ambos, con el ceño fruncido y un semblante confundido —Invítame a pasar, necesitamos hablar— ordenó.

—Sasuke...— murmuró Naruto, buscando alguna explicación.

—Fuí yo quién lo llamó. Perdón por no decirte, sabía que si lo hacía no ibas a aceptar.

—¿No entiendes acaso?— inquirió —Ese hombre...

—Es tu padre— alcanzó su mejilla —Solo habla con él,— Naruto gruñó —hazlo por mí.

Miró a Minato de reojo y luego suspiró vencido.

—Subamos.

SWEET (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora