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—Oh vamos, no fué para tanto— se quejó Naruto, divertido ante el estado de Sasuke. Éste estaba sumergido en la bañera, con las rodillas abrazadas y el rostro oculto entre ellas.

—Hay cosas que son privadas...— lloriqueó.

—Un sumiso no tiene privacidad, sweetie— recordó —Además, fué adorable escuchar todos esos...

—¡Calla...!— gritó, encogiéndose de vergüenza.

—Si no puedes con ésto, quizás es mejor rendirte— dijo serio.

—¡No, por supuesto que no!— exclamó —Llegaré hasta el final— Naruto suspiró y acarició su cabello mojado.

—Inclínate hacia adelante, te lavaré— ordenó.

Solo utilizando su mano para no lastimarlo con la esponja, comenzó a esparcir gel de baño sobre su piel. Con cuidado lavó sus hombros, espalda, continuó con su pecho y brazos. Sasuke notó lo bien que se sentían esas caricias en las zonas lastimadas y el cansancio se apoderó de él casi de inmediato. Naruto lavó su entrepierna y luego lo inclinó más para lavar su trasero, incluso metiendo dos dedos en su interior. Cuando terminó, siguió con el champú en su cabello.

El largo baño relajante lo dejó medio dormido, y cuando el rubio, después de sacarlo envuelto con una toalla y sentarlo en la cama, comenzó a secar su cabello con el secador, ya estaba dando cabezazos. Sin vestirlo, Naruto lo acomodó en la cama bocabajo y lo hizo estremecer el esparcir una fría crema sobre los azotes que aún se notaban, sobre todo en sus nalgas. Colocó otro tipo de ungüento alrededor de su entrada y después lo cubrió con una sábana, antes de ponerse de pie. Cuando se alejó, Sasuke levantó la cabeza.

—Naruto...— llamó y luego negó—Amo— corrigió, éste se volteó y lo miró serio —¿Dormirás en el otro cuarto?

—Sí— respondió y los ojos del pelinegro se entristecieron.

—Yo... ¿No fuí bueno hoy? ¿No lo hice bien?— Naruto sonrió un poco y regresó para sentarse a su lado.

—Bastante bien— concedió.

—¿No merezco una recompensa?— exigió con un leve puchero, pero al notar la mirada fría del rubio, escondió el rostro en la almohada —Todavía estás enojado— balbuceó.

—Un poco,— admitió —pero tienes razón; debería darte una recompensa. Aunque para mí, el haber permitido que te corras es más que suficiente— Sasuke se encogió —¿Qué es lo que quieres?

—Solo quédate conmigo ésta noche. No me gusta dormir solo— pidió.

—¿Sabes que estoy siendo suave contigo? Deberías dormir en el cuarto blanco, desnudo y atado; pero aquí estás— suspiró.

—Tienes razón, lo siento...— murmuró, volteando para darle la espalda y jadeando ante el tirón de su piel lastimada.

Naruto cerró los ojos, buscando alguna fuerza interior que le permitiera hacer lo que debía y dejarlo solo, pero no pudo. Ya entrenarlo estaba siendo duro, pero el negarle afecto era algo que no podía hacer. Extendió la mano y acarició su cabeza, logrando que volteara a verlo.

—Muévete un poco, me acostaré contigo— sonrió satisfecho ante la expresión aliviada de Sasuke y después se acomodó a su espalda, encerrándolo en sus brazos —Solo hasta que te duermas ¿Ok?— el pelinegro asintió y se acurrucó más —Mi tesoro...— murmuró sobre su cabello después de unos minutos, olvidando completamente su posición, y sobrecogido ante lo mucho que había extrañado ese contacto.

—¿Soy tu tesoro?

Of course. (Por supuesto).

—¿Y me amas?

—Con mi vida— respondió sincero, dejando un beso en su cabeza —Duerme ya, necesitas descansar.

Sasuke asintió con una sonrisa en los labios y se entregó al sueño.

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—Mas lento...— gruñó, sujetándo sus caderas.

Se había acostado en el diván de cuero blanco, y ordenado a Sasuke que lo montara, después de una sesión de azotes suaves con el flogger, que en lugar de castigarlo, lo hicieron sentir excitado en demasía. 

Él, con su cabello negro revuelto, jadeando y sus mejillas rojas, disfrutaba de la acción mientras observaba los músculos de su dominante contrayéndose con cada oleada de placer que le provocaba. Naruto acarició su abdomen plano y después tiró levemente de las pinzas que había puesto en sus pezones, haciéndolo jadear.

—¿Quieres que llegue rápido?— preguntó con diversión —Puedo controlarme mucho, no lo lograrás tan fácilmente— señaló, descendiendo otra vez y atrapando su miembro. Apretó la punta húmeda y luego lo acarició en la base —Me encanta lo caliente que te pones cuando me tienes dentro.

—Me gusta mucho— gimió, apoyando las manos en su pecho.

—A mí pensar que soy el único que ha estado aquí— elevó sus caderas, llegando más profundo.

—Sí...

—¿Quieres más?

Sasuke asintió y no puso resistencia cuando Naruto tiró de él hasta pegar sus torsos y después lo folló desde abajo con movimientos rápidos y potentes. Dió una nalgada sobre su rojo trasero y luego mordió su hombro, haciéndolo lloriquear con el rostro escondido en su cuello.

—Voy a llegar...— anunció.

—Aún no, aguántalo— ordenó, sonriendo cuando Sasuke asintió.

Al retener el orgasmo su cuerpo empezó a temblar; intentaba pensar en otra cosa, pero la sensación era demasiado intensa.

—No puedo más...

—¿Quieres que te castigue?— preguntó con tono de advertencia.

—Es que... ngh...— gimió, sintiendo los latidos en su miembro.

—Un poco más— exigió —Ven, bésame— se detuvo y tomó su boca, recibiendo los besos desesperados de su sumiso —Shhh...— siseó sobre sus labios —despacio. Hazlo suave— Sasuke suspiró y se dejó guiar por los juegos lentos y la lengua juguetona de Naruto, logrando calmar un poco su excitación. Solo cuando el rubio notó que estaba más relajado, continuó con sus embestidas.

Sasuke descendió por su mandíbula y llegó a su pecho, dejando besos cariñosos y con devoción, cuando buscó sus ojos azules, Naruto estaba sonriendo. Tal vez una relación BDSM no era tan ruda como había pensado, había ocasiones en las que ambos amantes disfrutaban de la cercanía y el amor que se profesaban. Quitar la vergüenza, entregar su cuerpo con confianza para explorar los límites, solo los estaba fortaleciendo, porque él estaba experimentando la faceta de su pareja que quería conocer y que sabía era una parte importante de su vida. En cambio, Naruto descubrió sus debilidades; aún siendo un dominante de primer nivel dentro del ámbito, había comenzado a apreciar más una sonrisa del chico que adoraba, que un gemido de dolor.

Lo empujó lentamente hasta enderezarlo sobre su regazo y después de agarras sus caderas con una mano y masturbarlo con la otra, notó que estaba de vuelta en el límite de su resistencia.

—Córrete...— ordenó, y Sasuke se inclinó hacia atrás, dejándose ir y manchando el torso marcado de su amo —Good boy. (Buen chico).

SWEET (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora